El Euríbor a 12 meses ha llegado en su evolución diaria al 3%, un nivel que no registraba desde diciembre de 2008. Con el último dato, la media mensual del Euríbor se sitúa en el 2,8%, de tal manera que todavía se quedaría por debajo del 3% al cierre del año.
Mientras el BCE tenga como objetivo reducir la inflación a por lo menos un 5% –en noviembre el IPC de la eurozona fue del 10,1%– seguirá elevando los tipos de interés
Tras la última reunión del Banco Central Europeo (BCE), el indicador ha registrado ya dos jornadas por encima de 2,8%. En concreto, el viernes escaló hasta el 2,993% mientras que este lunes se ha situado en el 3,057%.
En su última reunión del año, el BCE decidió aumentar los tipos de interés en 50 puntos básicos hasta el 2,5%. A pesar de mostrar una moderación con respecto a los dos incrementos anteriores de 75 puntos básicos, el banco central adelantó ese mismo día que los tipos tendrán que continuar aumentando «significativamente» y de forma sostenida hasta alcanzar niveles suficientemente restrictivos para asegurar que los precios vuelvan a situarse en el objetivo del 2% a medio plazo.
Estos aumentos se producen después de que en noviembre el Euríbor se estancase en el 2,8% ya que: por un lado, en noviembre, el índice ya estaba casi un punto por encima de los tipos de interés; que los expertos especulaban con la moderación en el ritmo de subidas del BCE; y, por último, que la inflación en Europa había cedido.
Mientras el BCE tenga como objetivo reducir la inflación a por lo menos un 5% –en noviembre el IPC de la eurozona fue del 10,1%– seguirá elevando los tipos de interés. Eso sí, no se tratará de un ascenso fulminante y agresivo, como lo vivimos estos últimos meses, sino de uno mucho más sosegado y pausado.
Una de las razones por las que se espera que el BCE controle sus incrementos es evitar dañar la economía de los países de la zona euro. En efecto, la autoridad monetaria debe buscar el equilibrio entre disminuir la inflación y evitar poner en aprietos a los países que están más endeudados. De esta forma, es previsible que durante los primeros seis meses de 2023, los tipos llegarán al 3%, lo que provocaría que el Euríbor alcanzase el 3,5% en junio.
El drama del euríbor y la ridícula rentabilidad de los depósitos bancarios de los ahorradores
Las familias con ahorros no han notado en exceso la fuerte subida de tipos del año 2022 (todas en su segunda mitad) que los han llevado del negativo al 3,0%. Primero porque los depósitos bancarios han mejorado su rentabilidad mucho menos y segundo porque con una inflación acumulada en España superior al 8%, la pérdida de poder adquisitivo del dinero, incluso aunque ofrecieran un 4% de intereses, sería notable. Sin embargo, si esa misma familia está endeudada con una hipoteca a tipo variable referenciada al Euribor, sí que ha sentido en su economía la acción del BCE.
Esta velocidad de los últimos meses ha impactado mucho en la economía de las familias que han tenido la mala suerte de ver revisada su cuota hipotecaria anual justo en este periodo. Tras años de tipos que probablemente nunca soñaron (¿quién se imaginaba un Euribor en negativo hace diez años?), se han visto sorprendidos por un BCE que ha trocado una política extremadamente acomodaticia a otra radicalmente distinta, al imponer tras sus irresponsables medidas de la última década. Pero más allá del banco central, es poco comprensible la actitud de la banca en España, que no ha trasmitido a los clientes con ahorros, como sí lo hace con los endeudados, la subida de tipos.
Así que nos encontramos con unos hipotecados que cada vez pagan más y unos ahorradores que pierden poder adquisitivo (como por cierto lleva pasando años) por lo que la subida de tipos perjudica a todos. Las malas políticas de BCE, tanto durante la última década como en 2022, actuando tarde y muy de golpe, en lugar de en forma escalonada, han desconcertado a los hipotecados a tipo variable. Ya es tarde para pasarse a un tipo fijo, ya que es probable que los tipos «altos» duren mucho menos que la duración restante de la hipoteca. Estando en los bancos centrales los mismos que creyeron que los tipos de interés negativos durante años eran una buena idea y con un BCE que se resiste tanto a reducir balance, es lógico pensar que, a la que puedan, volverán a bajar tipos y a comprar deuda para ayudar a los endeudadísimos estados. Aunque ahora no lo parezca, lo tienen peor los que tienen ahorros, que o se arriesgan con la bolsa o se animan a comprar deuda, porque dejando el dinero parado en el banco, van a seguir perdiendo. Qué pena que se castigue tanto al ahorro en este país.