Efecto dominó: Sánchez hunde al PSOE en una agonía lenta

Sánchez condena al PSOE a una lenta agonía

El ‘corrupto’ Sánchez condena al PSOE a una lenta e inexorable agonía tras una cascada de escándalos de corrupción y acosos sexuales internos que arrastran al partido hacia un final político anunciado.

Un partido atrapado en el búnker de Sánchez

El ‘corrupto’ Sánchez condena al PSOE a una lenta e inexorable agonía porque ha decidido resistir sin importar el coste. En los pasillos de Ferraz ya nadie lo niega en privado: “si cae, nos cae a todos”.

Lo que hace meses sonaba exagerado hoy funciona como axioma interno. El PSOE ya no pelea por ganar elecciones. Pelea por sobrevivir. La dirección se atrinchera mientras el barco hace agua y las ratas huyen.

La sucesión de detenciones, registros y sumarios ha convertido la llamada “resistencia” en un búnker político. Nadie espera una victoria. Todos temen quedar salpicados. Así actúan las organizaciones agotadas.

Diez causas de corrupción activas afectan al Gobierno de Sánchez y al PSOE. Los hilos conectan Ferraz, la SEPI, ministerios clave y figuras de máxima confianza presidencial.

De casos aislados a corrupción estructural

Sánchez condena al PSOE a una lenta e inexorable agonía porque se ha producido un salto cualitativo. Durante años hablaron de “manzanas podridas”, de casos aislados. Hoy el patrón resulta estructural.

La corrupción ya no aparece como una excepción. Afecta al propio núcleo del proyecto socialista. El problema ya no es Sánchez. El problema es el PSOE que lo sostiene.

En menos de un año, el partido pasó del desgaste del caso Koldo-Ábalos a un mapa de escándalos que revela una red compleja de intereses, comisiones y tráfico de influencias.

El megasumario Cerdán-Ábalos-Koldo marca un punto de inflexión. El exministro y su exasesor permanecen bajo prisión provisional por presunto cobro de comisiones ligadas a contratos públicos.

A esto se suma la trama de Servinabar y la SEPI. Las detenciones de Vicente Fernández y del empresario Antxón Alonso destapan comisiones del 2% por obras públicas. Y además, los supuestos cientos de millones de comisiones de Leire Díez.

El efecto dominó que cerca a La Moncloa

Pero lo peor para ellos es que cada nuevo auto judicial reactiva causas anteriores. El efecto dominó ya resulta imparable.

La figura de Leire Díez aparece en varios sumarios como presunta intermediaria. Su papel consistiría en recabar información sensible sobre jueces, fiscales y mandos policiales vinculados a causas incómodas.

Los frentes más delicados afectan al círculo íntimo del presidente. Las investigaciones sobre Begoña Gómez y la situación judicial del hermano de Sánchez elevan la presión política y mediática.

A esto se añade la condena del exfiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, por filtrar un correo relacionado con la defensa de la pareja de Isabel Díaz Ayuso. El daño institucional resulta profundo.

Ya no hablamos de episodios aislados. Hablamos de un entramado donde reaparecen empresas, intermediarios y cargos públicos en distintos sumarios. Es el Gobierno y es el PSOE.

Un futuro marcado por tres frentes críticos

El partido afronta tres frentes simultáneos.

En el plano judicial, al menos diez causas activas afectan a exministros, altos cargos y figuras orgánicas clave. Las investigaciones analizan adjudicaciones millonarias, comisiones ilegales y uso irregular de recursos públicos.

En el plano interno, el PSOE se divide. Algunos piden una catarsis profunda con relevo incluido. La opción feminista de alternativa a Sánchez emerge con fuerza, Otros temen que cualquier movimiento precipite una debacle electoral. Mientras tanto, el desgaste continúa.

En el plano electoral, las encuestas muestran lecturas casi unánimes. Excepto el órgano oficialista de Sánchez- el CIS- que maquilla la realidad, el resto de sondeos apuntan a una derecha dispuesta a arrasar si se convocan elecciones.

El electorado socialista muestra fatiga. La sensación de “casos sin fin” cala incluso entre antiguos votantes fieles.

Una agonía que arrastra a todo el PSOE

El ‘corrupto’ Sánchez condena al PSOE a una lenta e inexorable agonía porque ha elegido resistir en lugar de asumir responsabilidades. La corrupción dejó de ser un problema de imagen. Hoy es una amenaza existencial.

Mientras Moncloa aprieta los dientes, las federaciones territoriales asumen otra realidad: cuando la música pare, muchas se quedarán sin silla. Y lo saben.

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