El bienestar de los españoles cae tras una nueva subida de precios en alimentos básicos que golpea a familias, trabajadores y pensionistas en 2025.
Una inflación que castiga a las familias españolas
El bienestar de los españoles cae porque la cesta de la compra se convierte en un lujo para millones de hogares. Los datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística confirman una realidad que las familias ya sufren cada día.
Huevos, carne de vacuno y café lideran las subidas de precios entre enero y noviembre. Todos superan ampliamente los dos dígitos. Estos productos no representan artículos prescindibles. Son alimentos básicos para una dieta normal.
Según el IPC de noviembre del INE, los huevos subieron un 30% en once meses. La carne de vacuno se encareció un 15,6%. El café registró un aumento del 17%.
El impacto resulta directo. Las familias reducen consumo. Ajustan menús. Eliminan proteína de calidad. La inflación ya no resulta una cifra técnica. Afecta a la salud, a la alimentación y a la dignidad.
Huevos, carne y café: símbolos del empobrecimiento
El bienestar de los españoles vuelve a caer cuando los huevos, alimento esencial, encadenan nueve meses consecutivos con subidas superiores al 10%. En noviembre, el precio aumentó un 6,8% respecto al mes anterior.
La carne de vacuno también sufre una escalada continua. Muchas familias dejan de comprarla. O reducen su consumo a fechas señaladas. La proteína animal se convierte en un lujo cotidiano.
El café, producto básico en millones de hogares, sube un 17%. Este incremento afecta especialmente a trabajadores y autónomos. El consumo diario ya no resulta asumible para muchos bolsillos.
Las frutas frescas también se encarecen un 9,1%. El pescado congelado sube un 7%. La mantequilla y la leche entera aumentan un 5,1%.
Un modelo que empobrece a España
El bienestar de los españoles vuelve a caer porque el modelo económico prioriza la ideología sobre la realidad. El intervencionismo, la presión fiscal y el abandono del campo agravan la crisis.
Las políticas económicas actuales no protegen a la familia. No defienden la soberanía alimentaria. No garantizan precios justos. El resultado castiga a quienes viven de su trabajo. La inflación no es inevitable. Es consecuencia de decisiones políticas.




