El asalto descarado de la Masonería al PSOE … y viceversa

A lo largo de la historia, la masonería ha jugado un papel fundamental en la configuración de los movimientos políticos en España. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) no ha sido una excepción, y su relación con la masonería se remonta a sus orígenes. La influencia masónica en la política española ha sido determinante en la orientación ideológica de distintos gobiernos. y la II República es un ejemplo reciente.

Txema Oleaga, Gran Maestro de la Gran Logia de España

En las últimas décadas, la relación entre socialismo y masonería se ha intensificado, con figuras clave del PSOE manteniendo estrechos vínculos con logias masónicas.

En la actualidad, el senador socialista Txema Oleaga, Gran Maestro de la Gran Logia de España, está promoviendo la infiltración de socialistas en cargos clave de la masonería y viceversa, en lo que parece un intento de monopolizar ambas instituciones.

Desde marzo de 2022, Txema Oleaga ostenta el título de Muy Respetable Gran Maestro de la Gran Logia de España, una organización vinculada a la histórica Gran Logia de Londres, fundada en 1717. La logia española, establecida en 1889, ha sido liderada desde entonces por distintas figuras de influencia, pero ahora con una clara vinculación al PSOE.

Objetivo: monopolizar al socialismo español

Bajo el liderazgo de Oleaga, según un informe de El Cierre Digital, la Gran Logia de España ha visto un incremento notable de militantes del PSOE en puestos clave. Su hermano, Jesús Oleaga, también militante socialista, fue nombrado Gran Maestro Provincial de Castilla. Francisco Javier Rivas, castellanomanchego y también vinculado al partido socialista, ascendió al cargo de Gran Diputado, el número dos de la organización. En Cataluña, David Aragonés, miembro del PSC, se desempeña como Gran Maestro Provincial y jefe de equipo en la Diputación de Barcelona, dominada por los socialistas.

Los nombramientos no terminan ahí. José Antonio Rodríguez Peregrina fue designado Gran Orador, un cargo similar al de juez dentro de la organización. Lluís Moyà Noguera, también socialista, lidera la Corte Masónica de Justicia, mientras que Adolfo Zabala, afiliado al PSOE, dirige el Consejo Rector de la Masonería. Además, Juan Carlos Goñi y Carlos Barón, ambos militantes socialistas, fueron nombrados Asistente del Gran Maestro y presidente de la Comisión de Patrimonio, respectivamente.

Cita clave en Canarias

Txema Oleaga pretende adelantar las elecciones a Gran Maestro para colocar a un sucesor afín a su agenda. Como parte de esta estrategia, busca renovar el cargo de Gran Orador en una votación clave que se realizará en Canarias, autonomía con el segundo mayor número de masones en España, después de Cataluña, donde Barcelona sigue siendo la sede de la Gran Logia de España.

«Canarias es la segunda autonomía con mayor número de masones en España», indican fuentes internas. Esta circunstancia convierte la votación en un punto estratégico para la consolidación del control socialista dentro de la organización masónica.

Entre los masones hay quienes describen a Oleaga como «cordial hasta que se le lleva la contraria». Otros afirman que «es un profano con mandil que se dedica con descaro a condecorar a hermanos con relación con el PSOE«. Sin embargo, incluso sus detractores reconocen su habilidad para maniobrar dentro de la organización.

La masonería y el PSOE: una alianza histórica

Pedro Sánchez, actual presidente del Gobierno, no ha sido ajeno a esta influencia. Su gobierno ha impulsado políticas alineadas con los postulados masónicos, promoviendo leyes que buscan transformar la sociedad española en función de los principios del globalismo y el laicismo radical. La agenda de su Ejecutivo refleja muchos de los valores que históricamente han defendido las logias, como el debilitamiento de la identidad nacional y la erosión de la tradición cristiana en la sociedad.

Con su alianza, Sánchez y la masonería se fortalecen mutuamente. A Sánchez le faltaba controlar una institución como la masonería, y a la masonería le faltaba dominar por completo el Gobierno. Aunque ya contaban con personas estratégicamente colocadas, no ejercían un control total. Ahora, con esta sinergia, ambos consiguen lo que buscaban. Los que pierden en este juego de poder somos los españoles, que vemos cómo nuestras instituciones son utilizadas para fines ajenos al interés nacional.