EEUU pierde el control de Portland, Oregon

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Tras meses de manifestaciones en las calles por la justicia racial en respuesta al presunto asesinato a manos de la policía de George Floyd, la situación está lejos de calmarse. Distintos puntos de la geografía americana no logran controlar lo que se ha convertido en muchos casos en revueltas callejeras. Este es el caso de Portland, la ciudad más importante del estado de Oregon, donde las revueltas se han centrado no solo en la policía sino también en la figura del alcalde demócrata de la ciudad, Ted Wheeler, a pesar del apoyo de éste a las protestas del movimiento Black Lives Matter por la muerte de Floyd.

Grandes grupos de exaltados se han concentrado a lo largo de la última semana a las puertas del edificio en el que vive el alcalde, pidiendo su dimisión. Las tácticas de acoso llegan más allá del escrache tal como lo hemos visto en España, extendiéndose además al uso de luces fuertes para impedir el descanso a los vecinos y la detonación de fuegos artificiales, algunos dentro del mismo edificio. El Sr. Wheeler pedía a los manifestantes que se limitasen a acciones pacíficas. “Provocar incendios y aterrorizar familias con niños no hace nada sino distraer del mensaje importante del movimiento por la justicia racial”. Sus exhortaciones no tuvieron efecto, sin embargo, y ha anunciado su intención de encontrar una vivienda alternativa para aliviar a sus vecinos.

Este fin de semana los manifestantes han cambiado de objetivo, rodeando la comisaría de Portland. La policía advirtió el sábado que si los manifestantes entran en el recinto usarían medios antidisturbios y agentes detuvieron ya a varios manifestantes. El domingo por la noche, sin embargo, volvieron a rodear la comisaría y la tensión sigue creciendo.

Wheeler había rechazado la oferta de ayuda federal para hacer frente a los problemas de orden público en una carta abierta al Presidente de EEUU Donald Trump en la que le acusaba a este de intentar “sembrar la discordia” y de tener inclinaciones autoritarias que exacerbarían la situación. Éste último amenazó con retirar fondos públicos a Portland y otras “jurisdicciones anarquistas” si los alcaldes y gobernadores de los territorios afectados.

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