Blasfemias en TVE: La presentadora de las campanadas ofende a los católicos con una imagen blasfema del Sagrado Corazón de Jesús

La última noche del año 2024 dejó un amargo sabor para millones de católicos españoles, quienes fueron testigos de un ataque directo a uno de los símbolos más sagrados de su fe, el Sagrado Corazón de Jesús. Este lamentable y blasfemos episodio, que tuvo lugar en la retransmisión de las campanadas de TVE1, no solo evidencia la creciente cristofobia en España, sino que además señala con claridad al Gobierno de Pedro Sánchez como responsable de permitir, e incluso promover, este tipo de burlas desde un medio público.

Un ataque sin precedentes al Sagrado Corazón de Jesús

La retransmisión de las campanadas en la televisión pública contó con la participación del presentador David Broncano, director del programa ‘La Revuelta’, y la colaboradora conocida como Lalachus. Durante el programa, esta última mostró a cámara una imagen en la que una vaca sustituía al Sagrado Corazón de Jesús, un gesto que es una burla blasfema hacia la fe católica.

La respuesta de RTVE: ignorar la ofensa

En lugar de reconocer la gravedad del acto y ofrecer disculpas, el presidente de RTVE, José Pablo López, optó por justificar la elección de los presentadores, alabando su conexión con las nuevas generaciones. Según sus palabras, estas campanadas estuvieron marcadas por “otros códigos, otras preocupaciones (vivienda, diversidad)” y por su esfuerzo en “dirigirse a cada uno en su propia lengua y no olvidar a los que peor lo pasan”.

Sin embargo, este intento de minimizar el acto no hace más que agravar la indignación de millones de españoles que consideran inaceptable que la televisión pública, financiada por todos los contribuyentes, se convierta en escenario de blasfemias y burlas contra la fe mayoritaria del país.

El marco legal: ¿Un futuro sin protección para los sentimientos religiosos?

El contexto no podría ser más preocupante. Mientras actos como este se suceden, el Gobierno de Pedro Sánchez está impulsando reformas al Código Penal que incluyen la derogación del delito de ofensa contra los sentimientos religiosos. Esto plantea un escenario de impunidad para quienes decidan insultar y ridiculizar las creencias de millones de españoles.

Además, esta reforma busca eliminar o modificar otros delitos, como las injurias al Rey y a altas instituciones del Estado. En este marco, el respeto a lo sagrado queda relegado, mientras que el ataque a los valores tradicionales parece incentivado.

Una dimisión necesaria y sin paliativos

El acto blasfemo cometido durante las campanadas de RTVE no puede quedar sin consecuencias. Asociaciones civiles como Abogados Cristianos han señalado que tomarán las medidas legales oportunas para llevar este caso ante los tribunales. Y es que no es solo una falta de respeto, es una blasfemia pública que no debe quedar impune.

Además, numerosas voces de todos los espectros sociales exigen una reacción política inmediata. La dimisión en bloque de los responsables de RTVE es el único gesto que podría reparar mínimamente la ofensa cometida contra los católicos españoles.

Cristofobia: un problema en crecimiento

Lo sucedido en las campanadas de TVE1 no es un caso aislado, sino parte de una tendencia preocupante de cristofobia en España. Este fenómeno, que se manifiesta tanto en actos públicas como en decisiones políticas, no solo busca relegar al cristianismo al ámbito privado, negándole su influencia histórica y cultural en la sociedad española sino, y es lo más preocupante, pretende su eliminación.

El ataque al Sagrado Corazón de Jesús desde un medio público no solo es grave en sí mismo, sino que se convierte en un síntoma de un problema más profundo: la progresiva eliminación de las raíces cristianas de España, amparada e impulsada desde las altas esferas del poder.

Defender la Fe y la dignidad

En un país donde la fe católica ha sido un pilar fundamental durante siglos, los católicos no pueden permanecer en silencio ante este tipo de ataques. Es imprescindible que se actúe desde la sociedad civil, las instituciones y el ámbito legal para garantizar que el respeto hacia los sentimientos religiosos se mantenga como un valor irrenunciable.

El Gobierno y RTVE tienen una deuda pendiente con los ciudadanos. Las disculpas ya no son suficientes: es momento de exigir responsabilidades y marcar un límite claro frente a la cristofobia institucionalizada. Solo así se podrá garantizar que la fe, la cultura y la dignidad de millones de españoles sean respetadas.