Crisis tecnológica: la guerra de Ucrania agrava aún más la falta de chips

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La invasión rusa podría provocar una mayor escasez de semiconductores, elevando la presión en los fabricantes de coches y de dispositivos tecnológicos. Rusia y Ucrania son proveedores de componentes clave utilizados en la fabricación de los chips

Si algo le faltaba a la industria de los semiconductores es la guerra de Ucrania. La invasión rusa de ese país ha desatado todas las alarmas pues los analistas ven más que probable que la escasez de chips, que ha causado durante más de un año fuertes estragos a los fabricantes de automóviles y de dispositivos tecnológicos y que se esperaba disminuyera este 2022, empeore.

Y es que tras el impacto de la pandemia del Covid, la tensión del conflicto bélico con la invasión de Rusia a Ucrania podría recrudecer y agravar aún más la situación en las cadenas de suministro a nivel mundial y la falta de abastecimiento de materias primas, así como encarecer los precios del transporte de piezas esenciales para la producción industrial o disparar los precios de la energía en las fábricas. Factores que mantendrán bajo nivel de penuria el aprovisionamiento de semiconductores en el automóvil y las telecomunicaciones más allá de 2024.

Repercusiones en los chips

Al igual que Taiwán, tanto Ucrania como Rusia desempeñan un papel fundamental en la cadena de suministro mundial de semiconductores. Esta guerra podría afectar potencialmente en la capacidad de fabricación de semiconductores y, en consecuencia, aumentar los precios de los chips

La guerra emprendida por Rusia con la invasión de Ucrania va a afectar gravemente a la industria de los semiconductores ya que Ucrania es uno de los productores más importantes de gas neón, fundamental para la fabricación de los codiciados chips que provocaron el parón de la automoción en 2021. Un desabastecimiento que golpeará de lleno a Estados Unidos, puesto que Ucrania le suministra más del 90% de esta materia prima, clave para los láseres utilizados en la fabricación de chips.

Un dato puesto sobre la mesa estos días es que el precio del neón se disparó un 600% cuando Rusia invadió Crimea en 2014. Y el paladio subió más del 7% el pasado jueves.

Si a la importancia que tiene Ucrania en el montaje de semiconductores le sumamos que Rusia es uno de los mayores proveedores de paladio, un mental clave para esta industria – de hecho, Rusia es, junto con Sudáfrica, un proveedor clave de paladio, pues provee en torno al 33% de la demanda mundial de este metal raro-, esto se traduce en una auténtica catástrofe para la salud de las cadenas de suministro a nivel mundial. ¿Los principales perjudicados? Las automovilísticas y tecnológicas.

Más allá de 2024

La dependencia de los países europeos de la energía rusa, concretamente del gas, se ha convertido en otro de los principales problemas. Una materia prima que, desde este jueves, ha experimentado un notable encarecimiento de los precios por el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Al igual que la electricidad, que golpea de sobremanera a la industria.

Un aumento de los costes que se reflejará directamente en la inflación de los próximos meses, y que podría poner en juego la débil recuperación de la economía española, una de las más expuestas a la guerra.

 

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