Crear niños modificados genéticamente abre la puerta a los Frankenstein | Luca Volonté

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El Reglamento de Fecundación y Embriología Humana (Donación Mitocondrial) permite la creación de niños con tres o cuatro padres en casos de enfermedad mitocondrial mediante una técnica conocida como “donación mitocondrial”.

El anuncio de la semana pasada por parte de la Autoridad de Embriología y Fertilización Humana del Reino Unido (HFEA, por sus siglas en inglés) que confirma que científicos británicos han creado «algo menos de cinco» bebés genéticamente modificados desde que se legalizaron los controvertidos procedimientos en 2015 es profundamente preocupante.

El procedimiento consiste en fertilizar dos óvulos con el esperma del padre, uno de la futura madre y otro de un donante con mitocondrias sanas. Luego, el material genético nuclear del óvulo donado se reemplaza con el del óvulo fertilizado de los padres, lo que da como resultado un niño con ADN de tres padres. Debido a que los embriones combinan el esperma y el óvulo de los padres biológicos con diminutas estructuras similares a baterías, llamadas mitocondrias, del óvulo donado, el niño resultante tiene el ADN de la madre y el padre, así como una pequeña cantidad de material genético, alrededor de 37 genes–del donante. El proceso condujo al término “hijos con tres padres”, a pesar de que más del 99,8 por ciento del ADN de los niños en realidad proviene de la madre y el padre.

La investigación sobre MDT, también conocida como terapia de reemplazo mitocondrial (MRT), fue iniciada en el Reino Unido por médicos del Newcastle Fertility Center en 2016. El trabajo tenía como objetivo ayudar a las mujeres con mitocondrias mutadas a tener hijos sin el riesgo de transmitir enfermedades genéticas. Las personas heredan todas las mitocondrias de sus madres, por lo que las mutaciones dañinas en las mitocondrias, las «baterías» de nuestras células, pueden afectar a todos los hijos de la mujer.

Hay que decirlo claramente: la técnica se basa en la destrucción de dos vidas humanas que tenían dignidad y derechos inherentes, y que deben ser protegidas desde su creación como personas, para crear un tercer embrión y una tercera vida. Además, el procedimiento separa al niño de la crianza biológica y nos adentra en el mundo desconocido de la ingeniería genética con la manipulación del genoma humano.

Luca Volonté | Escritor. Exeurodiputado italiano | IfamNews

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