Contra la renovación del Consejo General del Poder Judicial | Javier Borrego

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“En el día de hoy, cautivo y desarmado el Poder Judicial, YO he alcanzado y sometido mi penúltimo objetivo constitucional. La democracia ha terminado. El Presidente de la República Plurinacional, Pedro Sánchez-Castejón”.

Un nuevo caudillo está próximo a que alguien le reescriba el parte de Franco del final de la guerra civil. En cinco años, ha ido colonizando una a una todas las instituciones. Sánchez se autopreguntó retóricamente en la televisión ·¿y de quien depende la Fiscalía?”

El y todos sabíamos la respuesta: La Fiscalía depende de Sánchez. De él mismo.

Hay más preguntas retóricas: ¿De quien depende el Tribunal Constitucional? ¿Y el Tribunal de Cuentas? ¿Y el Consejo de Estado? ¿Y la Presidencia del Congreso? ¿Y la posición en el exterior del Reino de España? ¿Y la Telefónica? ¿Y la Agencia EFE?

Las respuestas también son conocidas y sangrantes: Depende todo de una sola persona, Sánchez. Para seguir durmiendo en la Moncloa y usando el Falcon, ha vendido España y su gobernación y futuro a un prófugo de la justifica por siete miserables votos.

Un dos por ciento del Congreso en España se burla de sus símbolos y humillan a toda España.

¿A toda España?

No. Como en los cómics de Asterix, hay una aldea con irreductibles españoles, los jueces, personificados en el Tribunal Supremo y en el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

Las mesnadas sanchistas, espoleadas por los separatistas catalanes, minoritarios en Cataluña, y por los “aprovechazeguis” que atacan y desprecian a España mientras viven y disfrutan de sus privilegios, rodean el último objetivo libre del Estado de Derecho.

Atacan al Poder Judicial con dianas nominativas a excelentes jueces por ser independientes. Constituyen Comités de Salvación Pública, (hoy llamadas Comisiones de «lawfare») de resucitados jacobinos, que pretender volver a aquel Terror.

Y un aprendiz de aprendiz de Robespierre habla de proteger la independencia judicial mientras sus actos y los de sus socios la intentan destruir, amedrentando a los jueces.

Pero no se asustan fácilmente la mayoría de los jueces.

Dice Sánchez que quiere renovar el CGPJ, que es una exigencia de Estado. Pero todos, (todos salvo los ingenuos, que aún quedan), sabemos que es mentira.

Sánchez quiere controlar el CGPJ

Sánchez no quiere renovar el CGPJ, ansía controlarlo, como ya controla casi todas las instituciones.

Si quisiera renovar el CGPJ y superar la dificultad de nombrar 20 vocales podría empezar por renovar la aislada plaza vacante en el Tribunal Constitucional desde hace años.

Sería muy fácil:  Acordar un solo nombramiento en lugar de veinte, pero Sánchez no quiere renovar, sino controlar y la plaza vacante en el TC corresponde cubrirla al Senado y como él, Sánchez, no controla el Senado, no le interesa renovar esa plaza en el Constitucional.

La renovación aquí y así del CGPJ impone que los nombrados por Sánchez han de elegir 24 magistrados para cubrir las vacantes del Tribunal Supremo, lo que supone un tercio de la plantilla del Alto Tribunal, incluyendo las Presidencias de la Sala de lo Contencioso-Administrativo y de lo Social; también la mayor parte de las Presidencias de Audiencias Provinciales y de Tribunales Superiores de Justicia; casi toda la jurisdicción militar.

Un auténtico botín para un autócrata.

Se puede evitar: La Ley Orgánica 4/2021 enmendó la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) y prohibió al CGPJ en funciones hacer nombramientos. Pero como a Sánchez le interesó colonizar el TC, su Ley Orgánica 8/2022 enmendó la anterior enmienda e impuso al Consejo nombrar sus dos magistrados para el Constitucional.

La primera enmienda, la Ley Orgánica 4/2021 ha sido “bendecida” por el TC por el consabido y habitual 7 a 4.

Pues enmiéndese, tercera enmienda, la LOPJ y facúltese al Consejo actual para cubrir, en el plazo de seis meses, todas las vacantes judiciales existentes al 31 de diciembre 2023.

Y en dicho plazo, tramítese la reforma de la LOPJ, dándole a los jueces el nombramiento de los doce vocales judiciales, como exige la Unión Europea.

He sido magistrado por el quinto turno del Tribunal Supremo; votado por una amplia mayoría de vocales, de todas las sensibilidades y procedencias geográficas. Y hay muchos en la misma situación. Este Consejo ha tenido aciertos y errores, pero nadie puede decir que no se esforzó en elegir magistrados independientes para el Alto Tribunal.

“Habla pueblo, habla. Que nadie decida por ti”. Ni Pedro ni Carles, ni Carles ni Pedro.

Los españoles orgullosos de serlo y de haber sido gobernados por gigantes, tanto monta monta tanto, no pueden aceptar ser gobernados por liliputienses.

Muy pequeños, si, pero como las termitas, que horadan y dejan hueco en todo lo que pillan.

Javier Borrego ha sido magistrado del Tribunal Supremo y juez del Tribunal Europeo de Derechos Humanos 

(Publicado originalmente de Confilegal)

1 comentario en «Contra la renovación del Consejo General del Poder Judicial | Javier Borrego»

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