Coherencia del PP. La Constitución y el golpe de gracia a una democracia enferma | Pío Moa

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Coherencia del PP

**¿En qué difieren PP y PSOE? Coinciden en todas las políticas de fondo: falsificación de la memoria “histórica”, incultura “de género”,  ideología  LGTBI, agenda 2030, España como amasijo de “naciones sin estado”, disolución progresiva de la soberanía española en la burocracia de Bruselas, agenda 2030… ¿En qué difieren, pues? En que tienen que pelear por los mismos cargos y dineros.

** Contra lo que creen y critican los ilusos, el PP es muy coherente. Siempre ha hecho lo mismo, explotar la credulidad de millones de ilusos para hacer las mismas políticas que el PSOE y los separatistas. Los incoherentes son sus votantes, que después de tantos año estafados le dan el voto “útil”.

**Tampoco VOX está siendo muy coherente: se queja de que el PP no plante cara junto con VOX al golpe del Doctor y el Puchimón. Jamás tuvo el PP intención de hacerlo. Su intención es explotar una vez más a sus atontados votantes y con la misma maniobra reducir a VOX a la irrelevancia, como en Andalucía o Madrid.

**Otra incoherencia de VOX, esta algo cursi, es defender la Constitución con el argumento de que nuestros abuelos se mataron entre ellos y nuestros padres se abrazaron en la transición. Un cuento para niños, no  verdadera política.  Incoherencias rectificables en VOX, en tanto persista en defender la unidad nacional y la libertad.

**En relación con la guerra de Ucrania y con VOX, el dato más alarmante es la casi unanimidad de los medios de información convertidos en medios de una  propaganda asfixiante: de la OTAN en el caso de Ucrania, y del PP o el PSOE en el caso de VOX. Nuestra democracia está muy pero muy enferma, preparada para recibir el golpe de gracia. Si no lo remediamos.

La Constitución y el golpe de gracia a una democracia enferma

**La Constitución no pasará a la historia como una obra maestra de la democracia. Es ambigua, por cuanto defiende la unidad nacional y al mismo tiempo presenta  unas autonomías ampliables indefinidamente hasta hacer residual dicha unidad y preparar e país para el golpe final de su desintegración. Como viene ocurriendo.

**Aun peor fue incluir  el término “nacionalidades” abriendo paso a la ruptura de la trayectoria histórica y cultural de España para transformarla en una confederación republicana de “naciones” sin estado y con implícito o explícito derecho de autodeterminación. Este proyecto data de 1918 en el PSOE y es asumido hoy por el PP: lo ha expresado como de pasada, pero claramente,  Feijóo y lo comparten sin decirlo Bonilla en Andalucía  y los jefes del PP en Cataluña o Vascongadas.

**El plan de romper España ya contribuyó a destruir el régimen liberal de la Restauración, la parcialmente democrática II República, y está  en la raíz de la guerra civil del siglo pasado. Destruir la unidad nacional exige destruir la democracia.

**Por tanto, la Constitución permite una interpretación retorcida en pro de la desintegración progresiva del país y de la libertad. Pero también proclama la unidad nacional, las libertades políticas y la separación de poderes. Lo que se precisa es voluntad resuelta para defender estos puntos esenciales, voluntad que ha venido fallando estos años, enfermando gravemente la política. Debemos defender la Constitución por ello;  porque es la única hecha por consenso y con refrendo popular; y porque no podemos dejarla a la retorcida voluntad leguleyesco de sus enemigos.

**Los defectos de la Constitución nacen de su elaboración entre unos “padres” y las cenas,  al margen, de dos políticos chapuceros, Alfonso Guerra y Abril Martorell. La clave es que todos ellos querían distanciarse del referéndum de diciembre de 1976, que había establecido claramente la legitimidad del régimen anterior, del que procedía y solo podía proceder la transición democrática. Fue ya un primer paso disgregador. Otro, y fundamental, fue la negación de la separación de poderes por el PSOE y la complicidad del PP. De ahí todo lo demás.

**De golpe en golpe nos hemos acercado al que pretende ser definitivo. Y que hay que parar a toda costa, pues la destrucción de la legalidad acarrea la disgregación social y el violento enfrentamiento civil.

Pío Moa | Escritor | https://www.piomoa.es/

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