La Generalidad elaborará listas negras de profesores que den las clases en español

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Exige a los centros que informen cada seis meses a la consejería sobre la lengua que usan en sus clases los docentes

Nueva maniobra de la Generalidad para erradicar el español de la enseñanza. El Govern de ERC y Junts ya ha destapado sus cartas sobre la estrategia que desplegará en los próximos meses para afianzar el uso del catalán en los entornos escolares –en las aulas ya lo ha conseguido con la inmersión– y en la universidad. Esta vez se trata de imponer los restrictivos criterios lingüísticos de la inmersión en las doce universidades públicas que operan en Cataluña.

La consejería de Investigación y Universidades, en manos de Gemma Geis, de Junts per Catalunya (JxCat), ha llegado a un acuerdo con los rectores, en su mayoría separatistas, para elaborar listados de profesores que den las clases en español. En una reunión mantenida el pasado martes por la tarde los responsables académicos dieron luz verde a un plan para fiscalizar el uso de las lenguas que se hace en la docencia de las universidades catalanas.

La libertad de cátedra, la piedra en el camino del separatismo

El separatismo catalán quiere imponer el catalán en las universidades y que todas las clases se den en este idioma pero se han topado con la libertad de cátedra, que permite a cada profesor emplear el español si así lo desean.

En efecto, aunque los rectores tratan de imponer el catalán como lengua oficial y por ende, erradicar el español, la libertad de cátedra faculta a los docentes a emplear el español si así lo desean. En los grados, es mayoritario el uso del catalán (en un 77%) frente al español y el inglés, situación que cambia en el caso de los estudios superiores o másteres, que se dan mayoritariamente en español por la presencia de estudiantes venidos del resto de España y del extranjero.

Las universidades deberán elaborar informes cada seis meses 

El plan acordado esta semana por la consejería y las doce universidades públicas prevé controlar por primera vez el uso de las lenguas en la docencia universitaria. En concreto, propone realizar un seguimiento semestral para garantizar que se acaba impartiendo la asignatura en la lengua que consta en el plan de docencia.

Según las nuevas instrucciones del gobierno catalán, las universidades deberán elaborar informes cada seis meses que entregarán a la consejería, donde se recogerán todas las incidencias que se produzcan sobre cambios en la lengua de docencia. La Generalitat quiere, según arguye, que las clases universitarias se impartan en la lengua que aparece en los planes y no haya cambios de última hora para «garantizar los derechos lingüísticos de los alumnos y el profesorado», aunque subyace de fondo una «intencionalidad política».

De hecho, los últimos informes lingüísticos de la Generalitat constatan que «la batalla del catalán» se ha perdido definitivamente en los másteres, donde el castellano sigue siendo la lengua hegemónica. En estos estudios, el impacto del catalán es menor debido a la vocación internacional que tienen, ya que atraen a un gran número de estudiantes extranjeros, especialmente de países latinoamericanos.

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