Biden da la espalda a los sin papeles venezolanos y los deporta a Colombia

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Cruzaron desde México en diciembre de 2021 casi 25.000, frente a los 206 del mismo mes de 2020

En diciembre de 2021 fueron detenidos por la policía de fronteras estadounidense 24.819 venezolanos, frente a los 206 del mismo mes del año previo, según los detalles hechos públicos por el gobierno federal estadounidense. Son ya seis millones los venezolanos exiliados que han tenido que huir de la miseria y la represión de la dictadura comunista chavista, el mayor éxodo de la historia del continente americano, y uno de los mayores del mundo.

Devoluciones en caliente
El Departamento de Seguridad Nacional dijo que ya devuelve a los venezolanos a Colombia si han pasado antes por ese país, aplicando las devoluciones en caliente.

Desde 2019, la Casa Blanca no reconoce al dictador Nicolás Maduro como el presidente legítimo de su país, y por lo tanto no puede repatriar a los venezolanos detenidos, como sí hace con mexicanos o haitianos, entre otros. Al grueso de los centroamericanos detenidos, EE.UU. les deporta a México para que allí esperen una decisión sobre sus solicitudes o regresen a sus países de origen si no son esos.

Por su parte, la mayoría de los exiliados venezolanos se han reasentado en Suramérica. Colombia ha sido el mayor receptor de inmigrantes, con casi 2 millones. En Perú hay un millón, y en Chile algo más de la mitad.

Aumento de detenciones desde la llegada de Biden

Desde su llegada al poder hace un año, Biden ha realizado una política que ha provocado un aumento dramático del número de detenciones de sin papeles en EE.UU. En el año fiscal que acabó en septiembre de 2021 hubo 1,7 millones de arrestos.

Durante los primeros meses de la de Biden, muchos de ellos han sido devueltos en caliente a México, que había aceptado convertirse en un país de espera de inmigrantes que solicitaban a las cortes de justicia estadounidenses que les aprobaran el asilo u otro visado migratorio.

Al llegar a la Casa Blanca, el presidente Biden planteó una amnistía para los 11 millones de indocumentados que se estima viven en EE.UU., algo para lo que necesita al Capitolio y que ha quedado en una suerte de limbo por la crisis en la frontera.

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, Filippo Grandi, dijo el año pasado que negarles derecho de asilo a esas personas y expulsarlas del país, alegando la crisis sanitaria del coronavirus, viola «preceptos centrales» de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de la ONU de 1951, y que las expulsiones han tenido «consecuencias humanitarias graves en el norte de México».

Calcula además el servicio migratorio de EE.UU. que hay en este país más de 320.000 venezolanos en situación irregular.

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