Alarma-Dos | Paco Álvarez

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Alarmados deberíamos estar y no sólo porque estemos en la “Alarma dos”, ordenada por los mismos que nos han traído hasta aquí sin ningún otro resultado que no sea muertos y pobreza. Alarmados deberíamos estar porque quieren que esta vez sus “poderes especiales” que no su responsabilidad, duren seis meses y en dos días ya sabemos para qué quieren el estado de alarma: todo esto no tiene nada que ver con el covid. Tiene que ver que a las 48 horas de haberse promulgado, aparece una ley de censura en redes (el penúltimo resquicio de libertad) y también tiene que ver con que la fiscalía general, dirigida por la exministra socialista y su pareja exjuez, digan que en lo de Ábalos y Delcy no hay delito… normal que luego Ábalos diga que hay que indultar a sediciosos y malversadores para “normalizar la vida política” porque claro, para él, debe de ser normal todo esto.

Mientras Echenique, obligado a dimitir según los estatutos de su propio partido, y según la decencia más básica ya que está condenado por tener un trabajador “en negro”, se aferra a su silla, y no me refiero a en la que está postrado, sino a la que ocupa asido con pegamento en el parlamento, institución que supuestamente nos representa a los ciudadanos y un señor condenado por no pagar al Estado, a la Seguridad Social, no debería estar allí ni un segundo más, ya que como decían ellos antes: ¡No, no nos representa!

Hitler también en su día decretó un “estado de alarma” en su día llamado “leyes habilitantes” que permitía a su gobierno emitir leyes sin el visto bueno del parlamento. Ya sabemos cómo terminó eso. Lo malo es que, igual que como cuando Hitler llevó a cabo su ataque a la democracia, hoy también hay mucha gente con miedo y que todavía cree que esto de dejarle las manos libres a Sánchez y amigos durante seis meses, es por nuestro bien… es por nuestra salud… la culpa es nuestra, que nos saltamos las recomendaciones del comité de expertos cuya lista es tan grande, que Simón no nos la dice para no aburrirnos…

Es para estar alarmados que el Consejo de Ministros decrete un estado de alarma de seis meses de duración y un toque de queda también hasta mayo y al día siguiente digan que el toque de queda pueda puede derogarse simplemente en 15 días, y que el estado de alarma, si es sólo de cuatro meses, que ya les vale igual. Lo del toque de queda, que me expliquen en qué evita la propagación del virus, que debe ser que de día no se contagia. Es otra chorrada más, una medida de postureo, como lo de cerrar los municipios. Sólo se puede transitar, por ejemplo entre municipios de Vizcaya por motivos de trabajo, relaciones con la administración, asuntos médicos, judiciales, etc. es decir, por el 99% de los motivos en los que la gente se desplaza normalmente entre semana y en otoño. Prácticamente lo único que está prohibido es desplazarse de municipio para ir a la playa o de compras o aun museo, pero, es que si vas al médico y luego de compras y luego de cañas y a comer por ahí, eso sí se puede. O si vas a visitar a una gestoría a Bilbao con un justificante hecho en tu ordenador. Y a eso le llamamos cierre perimetral y limitación de la movilidad y combatir la propagación del virus. No hombre, no. No es sobre el virus, es sobre la libertad. De eso va esto.

Más nos vale estar alarma-dos, porque si se fijan, el anterior confinamiento, de 50 días, nos iba a librar del virus y al final no sirvió para nada. Bueno si, para empobrecernos hasta el infinito y más allá y para que al mes de “dejarnos salir” ya fuera obligatoria la mascarilla, que tampoco sirve de mucho a tenor de las cifras de contagios desde primeros de agosto hasta aquí. Os dirán que es que la usamos mal. Ya. Por supuesto, la culpa de todo es nuestra, no del insigne gobierno cuyas medidas contra al virus realmente son… ¡Ninguna! Sólo son medidas contra nuestra libertad. Como lo de que no podemos reunirnos seis o ni siquiera seis si no somos convivientes, tras las doce de la noche. Pero resulta que el estado de alarma limita pero no elimina los derechos fundamentales, para eso hace falta el estado de excepción, y mientras tanto, menos de 20 personas ni siquiera se considera reunión en nuestro ordenamiento jurídico y además, el domicilio es inviolable. La policía no puede entrar en ningún domicilio a la fuerza sin orden judicial, salvo que tenga conocimiento directo de que allí se está cometiendo un flagrante delito y saltarse el número de reunidos en un domicilio, como mucho, es una falta. Francamente, además, la policía bastante tiene con sus deberes normales como para ver si mi familia y la de mi hermana cenando en casa, somos seis u ocho a las doce y media.

Lo de que la culpa es de los jóvenes, por irresponsables, es otro cuento. Además, llevamos décadas con leyes de permisividad, como la que hace que los menores no sean responsables ni imputables de ningún delito, la misma que permite a los menas hacer su delincuente vida subvencionados por usted y yo, la misma ley que dice que ni siquiera hace falta aprobar para pasar de curso o que las menores puedan abortar sin conocimiento de sus padres (en discusión ahora mismo) pero sí queremos que sean responsables con la hora de llegar a casa. Seamos serios. ¿Nunca ha sido un problema esto de la hora? Venga hombre, si los jóvenes no hacen caso a sus padres, ni nosotros se lo hacíamos a los nuestros, van ahora a hacer caso los chavales de lo que dice el Pesanchez y sus secuaces? Son jóvenes, pero no tontos. Ven lo de la tesis, lo de las mentiras, lo de Delcy, lo del Falcon, lo de los amigos del presi y claro, este tío no tiene altura moral para obligar a nadie a cumplir nada. Por otra parte, el botellón está prohibido, pero no de ahora, desde hace años, igual que la venta de alcohol a menores o desde las diez de la noche, pero curiosamente cuando cierran los bares por la noche, las colas se hacen en los chinos y no, no es para comparar chuches. Vale, los jóvenes se están contagiando más… pero no están enfermando, lo cual quiere decir que se está aumentando la famosa “inmunidad de rebaño”. Al fin y al cabo, la vacuna es infectarse pero no enfermar, así que francamente creo que tampoco tan mal, ¿no?

Alarmados deberíamos estar porque además, parece que el virus fuera lo único que mata, cuando hay montones de enfermedades para las que ni se investiga, ni se tratan, porque la gente tiene miedo de ir al hospital o al ambulatorio, después de que falsamente lleven meses diciendo que está todo abarrotado y lleno de enfermos tosiendo. Bueno, según las cifras oficiales, la ocupación de camas UCI en Madrid es del 26%, es decir, que las tres cuartas partes de la capacidad normal está disponible y por cierto, en una semana se abre otro hospital y si fuera necesario, ahí está IFEMA. Es decir, no estamos tan, tan mal, pero nos meten miedo cada día, y no, no es para curarnos, es para encerrarnos. Es para que digamos Amen.

Alarmados debemos estar porque no hay una razón lógica para limitar hasta mayo nuestras libertades; o bien se trata de un medio para fines ocultos y desde luego, poco democráticos, o bien es un invento propagandístico para en un mes, o en navidades, ellos mismos levantar el estado de alarma y anunciar que nos han salvado, tan majos que son. Desde luego.

Y suponiendo que sí, que vale, que admitimos estado de alarma como animal de compañía, y luego en junio, si vuelve la gente a infectarse… ¿otra vez igual? ¿otro estado de alarma? ¿el tercero? ¿Ya que es taaan larga la lista de expertos, no se les ocurre otra manera de protegernos que no sea limitando nuestra libertad?

Paco Álvarez | Escritor

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