Otra de la casta política: los seis grandes partidos ocultan el sueldo de sus dirigentes, contratos y estructura interna

opacidad de los partidos políticos

La opacidad de los partidos políticos vuelve a quedar acreditada. Son una casta. Los seis grandes partidos con presencia en el Congreso incumplen la Ley de Transparencia y ocultan sueldos, contratos y su organización interna.

Transparencia incumplida más de una década después

La opacidad de los partidos políticos no constituye una sospecha ideológica. Los informes oficiales del Consejo de Transparencia y Buen Gobierno lo confirman con datos objetivos y verificables. En 2025, el organismo ha evaluado por segundo año consecutivo a PSOE, PP, Vox, Sumar, Podemos e Izquierda Unida.

La conclusión del informe, analizado por The Objective, es contundente y demoledor. Ninguna formación cumple plenamente las obligaciones de publicidad activa que fija la Ley 19/2013. Más de diez años después de su entrada en vigor, los partidos siguen sin ofrecer información básica a los ciudadanos.

El déficit más grave afecta a los sueldos. Ninguno partido político publica las retribuciones de sus máximos responsables. Este incumplimiento se repite respecto a la evaluación de 2024. Ningún partido ha corregido esta opacidad.

La opacidad de los partidos políticos impide controlar el uso de fondos públicos y subvenciones. Los partidos reciben millones de euros cada año. Aun así, niegan a los ciudadanos el derecho a saber cuánto cobran sus dirigentes.

Contratos, convenios y presupuestos bajo sombra

La falta de transparencia no se limita a los sueldos. El Consejo detecta graves carencias en la información contractual. Partido Popular, Vox e Izquierda Unida no publican datos sobre contratos adjudicados por administraciones públicas. No ofrecen cifras globales ni estadísticas.

Tampoco facilitan información completa sobre convenios firmados con administraciones. Esta omisión impide seguir la huella económica de las relaciones institucionales. La opacidad de los partidos políticos se extiende así a sus vínculos con el poder público.

En materia presupuestaria, la situación tampoco mejora. PP e Izquierda Unida no publican sus presupuestos. Vox solo mantiene disponible el de 2022, claramente desactualizado. Sumar carece tanto de presupuestos como de información completa sobre su ejecución.

El Consejo también señala la ausencia de informes de fiscalización del Tribunal de Cuentas en varios partidos. Sin estos datos, la rendición de cuentas se convierte en una ficción.

Organigramas ocultos y dirigentes sin perfil público

Otro aspecto clave de la opacidad de los partidos políticos afecta a su estructura interna. Varios partidos no publican su organigrama completo ni describen claramente su organización. En algunos casos, el retroceso resulta evidente.

Partido Popular y Sumar han eliminado información que sí figuraba en 2024. Vox no publica su estructura organizativa, ni su organigrama, ni los perfiles profesionales de sus órganos de gobierno.

La falta de perfiles profesionales impide evaluar la cualificación de quienes dirigen organizaciones financiadas con recursos públicos. Izquierda Unida solo publica datos de su coordinador general. Podemos y PP no facilitan información completa de todos sus responsables.

La ausencia de esta información alimenta la desconfianza ciudadana. La opacidad de los partidos políticos refuerza la percepción de una casta cerrada y ajena al control social.

Índices oficiales y falta de corrección

El Consejo utiliza el Índice de Cumplimiento de la Información Obligatoria para medir resultados. Este índice valora accesibilidad, claridad, actualización y reutilización de los datos publicados.

En 2025, Vox registra el peor con un 33,2%. El Partido Popular se sitúa en niveles muy similares. Sumar e Izquierda Unida ocupan posiciones intermedias. Podemos mejora, aunque no alcanza el cumplimiento pleno.

Más relevante que los porcentajes resulta la falta de correcciones. PP y Vox no han aplicado ninguna de las recomendaciones formuladas en 2024. El resto solo ha corregido parcialmente las deficiencias.

La opacidad de los partidos políticos persiste porque no existen consecuencias reales. El Consejo carece de capacidad sancionadora. Solo puede emitir recomendaciones que los partidos ignoran sin coste alguno.

Un sistema sin castigo ni control efectivo

El informe concluye que los incumplimientos no responden a fallos técnicos puntuales. Reflejan una carencia estructural en la cultura de transparencia de los partidos españoles.

Además, el Consejo detecta problemas de calidad en la información publicada. Muchos documentos carecen de fecha de actualización. Otros aparecen en formatos no reutilizables. Estas prácticas dificultan la fiscalización externa.

El resultado configura un sistema perverso. Los partidos legislan, gobiernan y gestionan fondos públicos. Al mismo tiempo, se autoexcluyen del control ciudadano efectivo.

La opacidad de los partidos políticos no constituye un error administrativo. Representa una decisión consciente. Protege privilegios. Oculta responsabilidades. Consolida una casta política separada de la sociedad.

Transparencia o descrédito

La opacidad de los partidos políticos erosiona la confianza social. Un sistema que exige sacrificios a los ciudadanos no puede ocultar sueldos, contratos y estructuras internas. El problema es que son una casta política y actúan como tales.

La transparencia constituye una obligación legal y moral. Sin ella, la política degenera en partitocracia y clientelismo.

Los ciudadanos tienen derecho a saber quién manda, cuánto cobra y cómo se organiza el poder. Exigir transparencia hoy supone defender la libertad, la responsabilidad y la soberanía popular.

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