El Parlamento Europeo aprueba la financiación del «turismo abortivo»

La UE financia el turismo abortivo

La financiación del turismo abortivo avanza en la Unión Europea tras la aprobación de «My Voice, My Choice», una resolución que promociona el aborto y ataca la soberanía nacional.

Bruselas cruza una línea roja contra la soberanía

El Parlamento Europeo aprobó el 17 de diciembre la resolución «My Voice, My Choice» con 358 votos a favor, 202 en contra y 79 abstenciones. La iniciativa impulsa la financiación del turismo abortivo para residentes que no acceden al aborto en su país.

El texto reclama un mecanismo europeo que permita viajar a otro Estado miembro para abortar, con fondos de la Unión y de los ciudadanos. La propuesta se presenta como voluntaria, pero usa dinero público.

Este paso vulnera los tratados fundacionales. La política de aborto pertenece a los Estados miembros. Bruselas no tiene competencia en esta materia. Aun así, el Parlamento priorizó la ideología sectaria y abortista y la impone a las naciones.

Sectarismo de la UE: Comparación entre iniciativas ciudadanas

El sectarismo es tal que, por ejemplo, la iniciativa One of Us reunió cerca de 1,7 millones de firmas verificadas por la Comisión Europea, más de medio millón por encima de las recogidas por «My Voice, My Choice», que alcanzó 1,12 millones. La primera – la de One of Us- solicitaba la protección de la vida humana desde la concepción y la exclusión de la financiación de actividades relacionadas con el aborto en las competencias de la Unión Europea.

A pesar de su mayor representatividad ciudadana, la Comisión Europea denegó cualquier propuesta legislativa en respuesta a One of Us. Sin embargo, la Comisión se ha comprometido a examinar «My Voice, My Choice» antes del próximo mes de marzo, aunque nada la obliga a transformarla en un acto jurídico europeo.

El aborto no constituye un valor europeo

One of Us recordó un hecho esencial: el aborto no figura como derecho fundamental en el derecho europeo ni internacional. Ningún tratado vinculante lo reconoce. Tampoco aparece en la Carta de Derechos Fundamentales.

Europa se fundó sobre la dignidad humana y la protección de la vida. Esos valores deben permanecer en el centro del proyecto europeo. La financiación del turismo abortivo contradice esa raíz moral.

“Erasmus del aborto” y dinero de todos

La organización italiana Pro Vita & Famiglia expresó un rechazo rotundo. Calificó la resolución como un “Erasmus del aborto” financiado por los ciudadanos europeos.

La medida incentiva el turismo abortivo y empuja a los Estados a competir por fondos comunitarios. Ese incentivo promueve la supresión de vidas inocentes y vacía el principio democrático.

La financiación del turismo abortivo viola los tratados y anula la soberanía nacional mediante una imposición ideológica desde arriba. Europa no puede avanzar por ese camino sin romperse.

Resistir para defender la vida

La financiación del turismo abortivo marca un punto de inflexión. Los Estados deben defender su soberanía. Los eurodiputados deben proteger la vida y la dignidad humana. La sociedad civil debe alzar la voz.

Sin vida, no existe libertad. Sin soberanía, no existe sociedad ni nación.

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