El FMI certifica el empobrecimiento de los españoles

El FMI advierte que el crecimiento español está basado en gasto, deuda y baja productividad.

El empobrecimiento de los españoles ya no es una opinión política, sino un hecho económico. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha publicado su informe World Economic Outlook de octubre de 2025 donde ha confirmado que el crecimiento español se sostiene sobre tres pilares débiles: gasto público descontrolado, endeudamiento excesivo y baja productividad. Este diagnóstico retrata el fracaso del modelo económico del Gobierno socialista de Pedro Sánchez, más centrado en la propaganda que en las reformas estructurales.

Un crecimiento basado en el gasto y la deuda

El FMI advierte que la economía española crece a costa del endeudamiento masivo del Estado. La deuda pública supera ya el 109% del PIB, mientras el déficit se mantiene crónicamente por encima de los límites europeos. España gasta más de lo que produce, y lo financia con deuda que pagarán las futuras generaciones.

Este modelo ha disparado el empobrecimiento de los españoles, ya que el dinero público se dirige a subsidios improductivos, gasto político y estructuras ideológicas, en lugar de invertir en innovación o productividad. Mientras tanto, los impuestos asfixian a las familias, a los autónomos y a las pequeñas empresas que sostienen la economía real.

Según el informe, España crecerá menos que la media europea en los próximos años, y su crecimiento será puramente estadístico, sostenido por el turismo y el gasto público, no por el aumento de la riqueza real.

La baja productividad condena el futuro económico

El FMI señala que España tiene una de las productividades laborales más bajas de Europa, un problema estructural que el actual Gobierno no ha abordado. Los españoles trabajan más horas, pero producen menos que sus vecinos europeos. Esto se traduce en salarios estancados, empleo precario y pérdida constante de poder adquisitivo.

El empobrecimiento de los españoles se agrava porque el Gobierno prefiere mantener políticas populistas que aumentan el gasto sin mejorar la competitividad. En lugar de apoyar a los sectores productivos, la Moncloa financia una administración sobredimensionada, programas ideológicos y campañas de propaganda que maquillan las cifras reales.

El FMI insiste en que la economía española necesita reformas estructurales profundas en el mercado laboral, la educación y la fiscalidad. Sin ellas, España quedará rezagada y dependerá cada vez más de los fondos europeos y del crédito exterior.

Inflación y pérdida del poder adquisitivo

La inflación ha erosionado el poder adquisitivo de las familias españolas. Los precios de los alimentos, la energía y la vivienda se dispararon en los últimos años, mientras los salarios permanecen congelados. El FMI advierte que esta situación alimenta el empobrecimiento de los españoles y aumenta la desigualdad social.

A pesar del discurso oficial de recuperación, la realidad es que las familias han perdido capacidad de ahorro. El consumo crece porque muchos españoles tiran de crédito para mantener su nivel de vida. Este círculo vicioso amenaza con una nueva crisis si el BCE endurece su política monetaria o si se reducen las ayudas europeas.

España lidera los rankings de paro juvenil y temporalidad, lo que demuestra que el modelo económico no crea empleo estable ni oportunidades para las nuevas generaciones. Mientras tanto, el Gobierno presume de crecimiento, ignorando que ese crecimiento se alimenta de deuda y de inflación.

El FMI cuestiona las políticas del Gobierno de Sánchez

El FMI no se anda con rodeos: las políticas del Gobierno de Pedro Sánchez son insostenibles. Su informe cuestiona el incremento de gasto público estructural y la falta de planificación presupuestaria. También alerta de que las promesas sociales se financian con deuda, no con crecimiento real.

El empobrecimiento de los españoles no es accidental. Es el resultado de una estrategia que prioriza el control político sobre la eficiencia económica. Las subvenciones, el clientelismo institucional y la dependencia del Estado sustituyen al mérito, el esfuerzo y la iniciativa privada.

El FMI recomienda reducir el gasto político, eliminar duplicidades administrativas y fomentar la inversión productiva. Pero estas medidas chocan con el modelo intervencionista del actual Gobierno, más interesado en perpetuarse en el poder que en sanear la economía nacional.

España, a la cola de Europa en prosperidad

España ha pasado de ser una economía dinámica a convertirse en una nación estancada. Según el FMI, los ingresos medios reales son hoy inferiores a los de 2019, y el nivel de vida se ha deteriorado incluso en los hogares con empleo. Esta tendencia confirma el empobrecimiento de los españoles, que soportan la carga de una presión fiscal récord mientras ven cómo sus ahorros se evaporan.

El informe también advierte que la dependencia del turismo y del sector servicios limita la resiliencia económica del país. Sin industria sólida ni política energética propia, España queda expuesta a las decisiones de Bruselas y a las crisis internacionales.

El FMI exige a España disciplina presupuestaria y un plan serio de reducción del déficit. Pero el Gobierno responde con más gasto, más deuda y más intervencionismo, demostrando que no existe una hoja de ruta económica coherente.

Un modelo que empobrece y divide

El empobrecimiento de los españoles no es solo un dato económico, es una consecuencia política. España vive los efectos de un modelo socialista que destruye la clase media, penaliza el trabajo y premia la dependencia.

El FMI ha puesto negro sobre blanco lo que millones de familias ya perciben en su vida cotidiana: que cada mes cuesta más llegar a fin de mes. Si España no rectifica su rumbo, seguirá atrapada en una espiral de deuda, inflación y estancamiento.

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