No es solo tráfico, es control: lo que va a ocurrir con los controles de la DGT con IA pone los pelos de punta

Los controles de la DGT con IA no son lo que parecen ya que no solo refuerzan la seguridad vial; sino que representan un riesgo de hipervigilancia y una amenaza a la libertad.

La irrupción de la inteligencia artificial en el tráfico

En los últimos años, la Dirección General de Tráfico ha mostrado un interés creciente en aplicar inteligencia artificial a los sistemas de control en las carreteras. Con este salto tecnológico, se abre una nueva etapa en la seguridad vial, pero también se encienden las alarmas sobre el respeto a la privacidad.

Hace apenas una década, los controles de tráfico se limitaban a radares y cámaras convencionales. Hoy, los controles de la DGT con IA permiten detectar no solo excesos de velocidad, sino también quienes van en el coche -reconocimiento facial- comportamientos complejos como el uso del móvil al volante, la falta de cinturón de seguridad o el incumplimiento en el uso de sistemas de retención infantil.

Este cambio supone una vigilancia mucho más intrusiva. Cámaras de alta resolución, visión infrarroja y procesamiento en tiempo real convierten cada trayecto en un escenario monitorizado. El Gran Hermano digital parece más cerca que nunca.

Cómo funcionan los nuevos controles de la DGT con IA

La clave de estos dispositivos no está solo en las cámaras, sino en el software de inteligencia artificial que analizan los datos en tiempo real.

Los equipos detectan infracciones, filtran conductas permitidas y solo envían las pruebas relevantes al centro de control de la DGT. Muchos funcionan con paneles solares, lo que permite desplegarlos sin grandes infraestructuras.

El problema surge cuando esta enorme cantidad de información se centraliza. ¿Quién controla al controlador? ¿Qué garantías existen de que esos datos no se crucen con Hacienda, Seguridad Social u otros organismos estatales?

Aquí se encuentra el punto crítico: la transformación de los controles de la DGT con IA en un sistema de vigilancia masiva que no se limita al tráfico, sino que dibuja el perfil completo de cada ciudadano.

Sociedad hipervigilada: el riesgo de la libertad

El uso de la inteligencia artificial en el tráfico amenaza con consolidar una sociedad hipervigilada. Lo que se presenta como un avance para la seguridad se transforma en una herramienta de control social.

El marco legal vigente, la Ley Orgánica 4/1997, regulaba el uso de videocámaras en espacios públicos. Sin embargo, fue redactada en un contexto donde la IA no existía. Por tanto, hoy se abre un vacío normativo que el poder político puede aprovechar.

La proliferación de cámaras inteligentes encierra un peligro latente. No se trata solo de registrar infracciones, sino de almacenar datos sensibles que, cruzados con otras bases, ofrecen una radiografía total de la vida del ciudadano.

El debate político y social sobre la IA en las carreteras

En Europa, varios países ya experimentan con sistemas similares. Sin embargo, el debate sobre sus límites está mucho más avanzado en algunos Estados que en España.

Aquí, la implementación se realiza sin una legislación específica. Esto significa que la DGT puede desplegar controles con IA en un escenario donde el ciudadano tiene pocas garantías jurídicas frente a posibles abusos.

Las fuerzas globalistas y los gobiernos socialistas suelen justificar estas medidas en nombre de la seguridad y por «nuestro bien». Pero, en realidad, constituyen un paso más en el control totalitario de la vida social. Se vigila al ciudadano no solo por cómo conduce, sino por cómo vive.

¿Hacia un «Gran Hermano» a través de la carretera?

El riesgo no es imaginario. Con la interconexión de bases de datos estatales, los controles de la DGT con IA pueden convertirse en un Gran Hermano a través de las carreteras.

No se trata de ciencia ficción. Un sistema que detecta quien eres, tu comportamiento al volante, que almacena tus datos y los cruza con tu historial fiscal, laboral o sanitario, abre la puerta a un control social sin precedentes.

La cuestión es clara: las políticas globalistas utilizan la tecnología para dominar al individuo. Lo que empieza como una cámara para multar puede terminar como una herramienta de ingeniería social.

Comparte con tus contactos:

2 comentarios en «No es solo tráfico, es control: lo que va a ocurrir con los controles de la DGT con IA pone los pelos de punta»

  1. Hay cámaras por todos los sitios, nacen como las setas pero en el asfalto.
    Quien las controla? para que las usan?…
    no decían que tenemos derecho a la intimidad, que sin permiso no se puede fotografiar…o es todo mentira y nos siguen engañando!!!!

    Responder

Deja un comentario