Pablo de Benavides es ingeniero industrial y consultor de estrategia. Casado y padre de 4 niños pequeños. Tras su libro Las señales del fin, en esta ocasión nos habla de su último trabajo, titulado Restauración.
El periodista Javier Navascués le entrevista para Infocatólica. Por su interés reproducimos dicha entrevista
– ¿Por qué un libro titulado Restauración?
El mundo va mal. Se nota en el ambiente una falta de esperanza generalizada respecto al futuro. Pero esto no siempre fue así, incluso en momentos del pasado objetivamente peores. Estamos ante un fin de ciclo, un fin de época. Algunos quieren imponer su Nuevo Orden Mundial, pero ese camino es todavía peor. En Señales del fin hice un repaso de lo que ha sido profetizado para estos tiempos que nos va a tocar vivir dentro de poco. En Restauración analizo cuáles van a ser los detonantes para la necesaria vuelta a una política católica (una guerra, la peor crisis financiera de la historia), cómo varios siglos de revolución nos han traído hasta aquí y qué debemos cambiar en la organización de nuestra sociedad-política.
– ¿Qué es lo que hay que restaurar?
Hay que restaurar la sociedad cristiana, construida entorno al Evangelio. La realeza social de Cristo es la única salida a nuestros problemas: la guerra, la crisis económica, la soledad, la destrucción de la familia, de los ecosistemas…
Ojo, restaurar no significa volver a un pasado idealizado, sino recuperar un camino perdido hace siglos. Hay que restaurar el derecho natural, la familia, la propiedad, la educación, el ejercicio del poder para ponerlo al servicio del bien común, la liturgia y la Iglesia. De este listado, salvo lo último, todo es terreno de una política católica.
– ¿Y la democracia?
No está en el listado anterior porque tal como se entiende hoy la democracia, como fundamento de gobierno para darse cualquier tipo de ley sin subordinación a un único soberano, Cristo Rey, es mejor que termine por desaparecer. El ensayo analiza en cambio como la actual democracia es de lejos menos representativa que las viejas cortes de Castilla y de Aragón. Esa es la democracia que habría que restaurar, la vieja representación política limitada e imperativa. Dicho de otro modo, es mejor volver a un rey que reine y abandonar una concepción totalitaria y absolutista de la política, en la que las Cortes legislan sobre todo lo que se les ocurre.
– ¿Por qué pronóstica que Rusia invadirá Europa?
Esto ha sido revelado en numerosas apariciones privadas de la Virgen como ya adelanté en Señales del fin. Aparece también en la Biblia, una guerra que involucra a Rusia (Gog), a Europa, y que se relaciona con otra guerra que relaciona a Israel con Irán (Persia). La situación geopolítica nos dice que esas revelaciones, públicas y privadas, están próximas a desencadenarse.
– ¿Qué consecuencias tendría?
En el plano puramente humano, una gran catástrofe en Europa y una crisis económica como no la recuerdan los siglos. En el plano espiritual es la antesala a la intervención de Dios que terminará en el triunfo sobrenatural de la Iglesia, lo que en Fátima fue llamado el triunfo del Inmaculado Corazón de María, pero travesando la Gran Tribulación que anunció Jesús a sus discípulos cuando le preguntaron cuál sería la señal de Su venida.
– ¿En qué posición quedaría España?
España debería salvarse de lo peor de la destrucción. Difícilmente el ejército ruso podría llegar a nuestras tierras como en cambio sí lo hará a tierras francesas e italianas. Si tenemos la suerte de tener un gobierno sensato, se mantendrá al margen del conflicto, que es lo que históricamente ha hecho, bien hecho, España en las dos guerras mundiales. El otanismo loco de algunos de Vox y del PP es lo peor que nos podría suceder en este escenario.
– ¿Qué papel podrían tener China y el mundo musulmán?
Aunque de esto no trato en mi libro, China se comerá Taiwán y la guerra de Israel contra Irán dará también un salto cualitativo con el uso de armamento nuclear por parte del único contendiente que ahora lo posee, Israel, en una escalada para construir lo que algunos sionistas llaman el Gran Israel. Esto llevará previsiblemente a una escalada de terrorismo yihadista por todo Occidente, por su apoyo directo o indirecto a Israel. Por ello, el conflicto que se está larvando, será más bien una guerra multipolar en varios frentes y con contendientes distintos.
– ¿Cómo a partir de aquí se puede restaurar todo?
Será un gran desastre, porque la guerra será nuclear en varios puntos del planeta, aunque no llegará a producirse un holocausto nuclear, porque el Señor detendrá esta guerra con el Aviso anunciado en Garabandal (Mt 24, 30). Con el Aviso, todos los hombres verán su alma como la ve Dios y eso llevará a la conversión a muchos. Aunque esta conversión no tendrá recorrido en la mayoría del mundo, por eso viene el Milagro unos meses después, será el punto de inflexión donde un resto fiel se pondrá del lado del Señor, para volver al buen camino frente a los que querrán simplemente reconstruir y volver rápidamente a lo que tenemos ahora. Pero ojo, porque esa agenda no pretenderá volver a los 90’, tiene un nombre, el Gran Reinicio (Great Reset). El control social será su núcleo.
Igual que Dios se reservó a 7.000 hombres que no doblaron su rodilla ante Baal (1 Re 19, 18; Rm 11, 4-5), habrá en esta ocasión otro resto fiel que combata del lado del Señor. Como el gran milagro, última tabla de salvación para una humanidad incrédula, se producirá en Garabandal, es esperable que ese movimiento de restauración tenga aquí en España un papel importante, para culminar en el cumplimiento de la promesa dada al P. Hoyos en Valladolid, s. XVIII: “Reinaré en España”.
– ¿Por qué a veces es necesario tocar fondo antes de resurgir?
Es una constante que se verifica a nivel histórico y a nivel personal. Los hombres somos tercos y nos mantenemos obcecados en el error hasta que no nos queda más que perder. Es la historia de muchas conversiones, o me suicidio o vuelvo a Dios. Es lo que han visto muchos revolucionarios a lo largo de la historia: o el triunfo descarnado de la revolución, o la vuelta a Dios. El fondo sugiere algo así como el desierto, el lugar propicio para reflexionar sin distracciones. Será para nuestras sociedades modernas la oportunidad para reflexionar acerca de a dónde nos ha llevado construir un mundo de espaldas al Creador.
Siempre existe la tentación de salvar lo que no es del todo malo, pero es necesario romper del todo y sin miramientos con la apostasía e idolatría, es la enseñanza que nos transmite el AT en los libros históricos, de Josué a Reyes. Como en la historia de Israel, tocar fondo será ocasión para volver al buen camino.
– ¿En qué medida es factible que se cumplan sus predicciones?
Humanamente es imposible. Las naciones otrora católicas han apostatado. La mayoría de los católicos no conservan la fe de los cristianos que les precedieron durante siglos y esto incluye especialmente a clérigos y consagrados, por desgracia. Estamos en el centenario de la Quas Primas y hoy esta enseñanza es ignorada o contestada por la mayoría de la Iglesia.
Dios vendrá a salvarnos de nuevo con el Aviso que detendrá una guerra nuclear. Esto sucederá sin duda en nuestros tiempos. La restauración que vendrá después será posible si y sólo si un resto fiel, suficientemente numeroso, sigue al Señor. Yo mantengo la esperanza de que habrá un número suficiente y que España verá el inicio de la restauración, ya que su papel histórico entre las naciones ha sido siempre este, el de ser un baluarte en la defensa y expansión de la Iglesia, dudo que esta vez sea diferente.
– ¿Qué relación tiene todo esto con la Teología de la Historia y las profecías al respecto?
Lo hemos ido viendo. El estudio de la geopolítica y geoeconomía, los sistemas militares y la carrera armamentística actual no deja lugar a dudas de que el conflicto multipolar estallará y que será dramático. Las profecías, antiguas y modernas, bíblicas y marianas, nos señalan la gran tribulación a la que nos encaminamos. Una tribulación que será, en palabras de Benedicto XVI, la oportunidad de una gran purificación para la Iglesia, que dará a luz a unos nuevos tiempos donde se han de verificar profecías luminosas (paz, justicia, unidad de la Iglesia bajo un único pastor…).
La teología de la historia nos ayuda a ver una gran batalla histórica multisecular contra Dios, la revolución. Las profecías nos dicen cómo acabará esta historia, humanamente mal. Pero también nos dice que el final es luminoso, que el Inmaculado Corazón de María triunfará. El triunfo de la Iglesia será sobrenatural, no humano. Pero la historia de la salvación siempre se construye con nuestros síes. Por eso no debemos perder la esperanza y debemos trabajar por la restauración, cuando el momento oportuno llegue.