El bipartidismo al descubierto: El PP, al igual que el PSOE, abre diálogo regular con Junts

El PP abre diálogo regular con Junts

Para el bipartidismo, los principios duran lo que tardan en ser útiles

El bipartidismo en España vuelve a mostrar su verdadero rostro. El PP, que hace apenas un año llamaba “prófugo” al golpista Carles Puigdemont, ahora mantiene conversaciones regulares con Junts. No se trata de un pacto de investidura ni de una alianza formal -por ahora-, pero sí de una interlocución discreta y constante entre Miguel Tellado, secretario general del PP, y Míriam Nogueras, la voz de Junts en el Congreso.

Este movimiento confirma lo que muchos advertimos: para el bipartidismo en España, los principios duran lo que tardan en ser útiles. El PSOE ya lleva años pactando con quienes atentaron contra la unidad de la nación, y ahora el PP recorre el mismo camino, blanqueando a un partido independentista que ya ha dado un golpe de Estado.

PP y PSOE: dos caras del mismo bipartidismo

Durante meses, el discurso popular fue duro contra Puigdemont. Sin embargo, la realidad política ha desmentido aquellas soflamas. El diálogo fluido con Junts demuestra que el bipartidismo en España se adapta al momento y a los intereses de poder, dejando de lado la coherencia y los principios.

El PSOE, con Pedro Sánchez al frente, ya demostró que estaba dispuesto a arrodillarse ante el separatismo y a los proetarras para mantenerse en La Moncloa. La amnistía, las cesiones económicas y los privilegios concedidos a Cataluña son una prueba evidente de esa claudicación. Lo que sorprende —al menos a su electorado— es que el PP siga los mismos pasos.

Como reconocen fuentes parlamentarias, la legislatura ya no tiene piloto automático. Lo que parecía un rodillo socialista se tambalea y, en ese contexto, el PP aprovecha para tender puentes con Junts. Esto no es casualidad: el bipartidismo en España necesita mantener el control, y si eso implica negociar con quienes atacaron la unidad nacional, lo hará sin pestañear.

El blanqueamiento de Junts: traición a la unidad de España

Lo verdaderamente preocupante no es que PP y PSOE hablen con Junts, sino que lo hagan de manera normalizada, reconociendo un interés común. El bipartidismo en España, con tal de conservar poder, ha decidido blanquear a un partido que representa la ruptura de España, la división y la ilegalidad.

El discurso cambia según sople el viento. Lo que ayer era intolerable, hoy se presenta como un ejercicio de responsabilidad política. El PP, que se autoproclama defensor de la unidad de España, legitima con su diálogo a un partido que sigue defendiendo la independencia y que no ha renunciado al golpe institucional que ya perpetró en 2017.

El mensaje es claro: el bipartidismo en España se mantiene porque sus actores principales han convertido los principios en mercancía negociable. La coherencia y la defensa de la nación se sacrifican en el altar de la conveniencia.

El bipartidismo en España: un sistema corrupto en su origen

La alternancia entre PP y PSOE ha marcado las últimas décadas. Ambos partidos se presentan como opciones opuestas, pero la realidad muestra otra cosa. El bipartidismo en España ha creado una dinámica en la que los papeles cambian, pero las prácticas permanecen: concesiones al separatismo, cesiones a la izquierda radical y desprecio por la soberanía nacional.

Hoy, el PSOE necesita a Junts para sostener su mayoría en el Congreso. Mañana, puede ser el PP quien necesite a los mismos socios para avanzar sus intereses. El denominador común siempre es el mismo: mantenerse en el poder, aunque eso implique renunciar a principios fundamentales como la unidad de España o la igualdad entre los españoles.

Este sistema demuestra estar corrupto desde su origen. Los ciudadanos, que creyeron en la firmeza del PP frente al separatismo, descubren ahora que el bipartidismo en España no ofrece garantías reales de defensa nacional. Solo hay un teatro político en el que las supuestas diferencias se diluyen ante el ansia de control.

El bipartidismo en España, representado por PP y PSOE, ha demostrado que sus compromisos duran lo que tardan en resultar útiles. Ambos partidos se presentan como guardianes de principios que, en la práctica, sacrifican sin pudor cuando el poder lo exige.

El caso del diálogo con Junts es un ejemplo evidente: tanto la izquierda socialista como la derecha popular están dispuestas a pactar con quienes ya intentaron destruir la unidad nacional.

El bipartidismo en España no es la solución: es parte del problema.

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