Cuando un holandés tiene más dignidad que el PP y el PSOE

Wilders defiende a España y desata una oleada de apoyo a nuestra nación. El líder soberanista holandés respondió con contundencia a una provocación islamista.: «Que Alá se vaya al infierno, siempre lucharemos por la libertad»

Ni el PP ni el PSOE no solamente son capaces de defender a España sino que con sus hechos promueven el discurso de odio islamista.

Una respuesta firme ante el islamismo radical

Geert Wilders, líder del Partido por la Libertad en los Países Bajos, ha protagonizado un gesto que debería avergonzar a los políticos españoles. Ante una provocadora publicación islamista que mostraba un mapa de la península ibérica rebautizado como “Al-Ándalus” y acompañado del mensaje “Que Alá devuelva España al islam”, Wilders respondió sin ambigüedades: «May Allah go to hell and may we always fight for freedom!» (“¡Que Alá se vaya al infierno y que siempre luchemos por la libertad!”).

Este contundente mensaje de Wilders ha provocado una oleada de reacciones en redes sociales. Ha despertado la conciencia sobre la falta de respuesta de las élites políticas nacionales, atrapadas en un régimen bipartidista corrupto PP-PSOE que ni sabe ni quiere defender nuestra identidad cristiana, occidental y soberana.

El silencio cómplice del régimen bipartidista PP-PSOE

Mientras Wilders defiende a España, el PP y el PSOE continúan en su estrategia de claudicación. No solo no han condenado el ataque islamista, sino que siguen contribuyendo con sus políticas a fomentar el discurso de odio contra nuestra historia, religión, valores y cultura.

Ambos partidos actúan como si renunciar a la historia cristiana de España fuera un gesto de modernidad. Pero esa actitud complaciente abre la puerta al avance de narrativas islamistas radicales. El régimen bipartidista corrupto PP-PSOE se muestra incapaz de alzar la voz en defensa de España. Han abandonado el orgullo nacional en nombre de una corrección política que nos está destruyendo como pueblo y como nación.

En este contexto, Wilders defiende a España mejor que muchos de nuestros supuestos líderes. ¿Cómo puede ser que un político holandés tenga más valor que los gobernantes de nuestro propio país? Esta es la pregunta que debería sacudir las conciencias.

Al-Ándalus: un proyecto político disfrazado de nostalgia

La provocación islamista no es un simple “tweet”. Es un mensaje con carga ideológica y con implicaciones políticas. El mapa de “Al-Ándalus” difundido por la cuenta @HalalNation_ revive una visión revisionista y peligrosamente expansionista del islam radical. Se trata de una narrativa que idealiza un pasado islámico de dominio y que sueña con repetirlo.

La publicación no es un ejercicio histórico. Es una declaración de intenciones. Por eso Wilders defiende a España, porque entiende el riesgo de permitir que esas ideas avancen sin oposición.

La verdadera historia: la Reconquista cristiana

Mientras el bipartidismo corrupto del PP-PSOE claudica, conviene recordar la verdad histórica. La presencia islámica en la península comenzó en el año 711 tras la invasión bereber y árabe que derrotó al rey visigodo Rodrigo en la batalla de Guadalete. Durante más de siete siglos, los cristianos lucharon por reconquistar su tierra, su cultura y su religión.

La Reconquista no fue un simple proceso militar. Fue ante todo un renacer de identidad. Desde el Reino de Asturias, pasando por la liberación de Toledo (1085), Zaragoza (1118) o Córdoba (1236), hasta llegar a la toma de Granada en 1492 por los Reyes Católicos, se vivió una resistencia histórica sin parangón.

La recuperación de España para el cristianismo y la libertad fue un milagro histórico. Hoy, esa misma libertad vuelve a estar amenazada por una combinación de islamismo radical y cobardía política.

Wilders defiende a España con palabras que evocan el espíritu de la Reconquista. Algo que ni Sánchez ni Feijóo parecen dispuestos a hacer.

Dignidad nacional

España no necesita discursos vacíos ni líderes tibios y traidores. Necesita líderes que defiendan nuestra soberanía, nuestra historia, nuestra cultura, nuestra religión católica y nuestros valores sin complejos. Necesitamos políticos que, como Wilders, no teman llamar a las cosas por su nombre.

No se trata de islamofobia. Se trata de amor a España. De defender nuestras raíces. De no ceder ante los que quieren borrar siglos de historia cristiana y suplantarla por una versión ficticia y peligrosa de “Al-Ándalus”.

Por eso es tan valioso el gesto de Wilders. Porque desenmascara el silencio cómplice de nuestras élites políticas del PP y el PSOE – sin contar, por supuesto, la de los partidos separatistas y comunistas- y recuerda a los españoles que aún hay líderes que creen en la libertad.

O despertamos, o nos arrodillamos

La provocación islamista y la respuesta de Wilders deben ser un punto de inflexión. No podemos seguir en manos de un régimen bipartidista corrupto incapaz de defender nuestra patria. No podemos dejar que sean los políticos extranjeros los únicos que plantan cara a las amenazas.

Nosotros también debemos hacerlo. Desde la palabra, desde la cultura, desde la religión, desde la política. Es hora de recuperar el orgullo nacional, de dejar atrás el complejo, y de afirmar sin miedo: España es cristiana, es libre, y no se rinde.