Trump protege la libertad religiosa ante la creciente persecución de cristianos

libertad religiosa en el gobierno

Trump emite nuevas directrices para proteger la libertad religiosa de empleados federales ante la creciente persecución de cristianos

Señala «Nadie debería verse forzado a elegir entre su fe y su carrera profesional»

La libertad religiosa da un paso adelante en EEUU. Donald Trump emite nuevas directrices para proteger a los empleados cristianos ante la persecución ideológica.

Trump protege la fe cristiana en el ámbito federal

El presidente Donald Trump ha emitido un conjunto de directrices que refuerzan la libertad religiosa en el gobierno, en respuesta a la creciente discriminación que sufren los cristianos en entornos laborales estatales.

El documento fue publicado el lunes 28 de julio por el director de la Oficina de Administración de Personal, Scott Kupor, y está dirigido a todas las agencias y departamentos del Estado.

¿El objetivo?: asegurar que cada trabajador del gobierno pueda vivir su fe sin temor a represalias.

«Nadie debería verse forzado a elegir entre su fe y su carrera profesional», afirmó Kupor en un comunicado oficial que resuena con claridad entre quienes defendemos la libertad como pilar irrenunciable de las sociedades occidentales.

Medidas concretas para una libertad real

Las nuevas políticas federales establecen que cualquier empleado podrá portar y exhibir símbolos religiosos en su espacio de trabajo. Eso incluye Biblias, crucifijos, rosarios o cualquier otro objeto que represente su fe.

Asimismo, se permite hablar de religión de forma voluntaria y participar en oraciones dentro del horario laboral, siempre que se respete el marco legal y se realice de forma personal.

La libertad religiosa en el gobierno ya no será un principio ambiguo. Ahora queda blindada jurídicamente, con una normativa clara que impide la censura o la marginación por creencias religiosas.

Reacción de las organizaciones provida y de libertad religiosa

La medida ha sido recibida con entusiasmo por múltiples organizaciones defensoras de los derechos de los cristianos en EE. UU. Alliance Defending Freedom, una de las más importantes, aplaudió la acción.

Su asesor legal, Michael Ross, declaró: “Ningún trabajador debería dejar sus creencias en la puerta al entrar a su oficina. Agradecemos al presidente Trump por apoyar el derecho de los empleados federales a vivir su fe abiertamente”.

Esta afirmación evidencia el contraste entre el respeto a la fe cristiana que promueve la administración Trump y las restricciones impuestas en entornos izquierdistass, donde se pretende relegar la religión al ámbito privado, como si profesar una fe fuera motivo de vergüenza.

La libertad religiosa en el gobierno no es un favor del poder. Es un derecho natural que Trump ha decidido respetar y garantizar con firmeza.

Una acción coherente con la Primera Enmienda

Las nuevas directrices no introducen un privilegio; reafirman lo ya protegido por la Primera Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos: la libertad de religión y de expresión.

Durante años, la izquierda ha promovido una falsa idea de “neutralidad religiosa” que en realidad significaba silenciar toda manifestación cristiana. Hoy, Trump rompe con esa dinámica.

Al permitir expresiones religiosas en espacios públicos dentro de edificios gubernamentales —siempre bajo condiciones personales e individuales—, el Estado no impone una creencia, pero sí protege el derecho del individuo a vivir su fe.

Persecución ideológica y necesidad de respuesta política

Este avance legislativo no surge de la nada. En los últimos años, diversos empleados públicos han sufrido discriminación por llevar un crucifijo, leer la Biblia en sus descansos o rezar antes de iniciar su jornada.

La libertad religiosa en el gobierno no era real mientras estos cristianos eran sancionados o silenciados.

LGI

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