¡Victoria del sentido común en Reino Unido!: tres decisiones clave contra el dogma trans mientras España profundiza en la aberración

El Reino Unido ha dado un giro crucial en la defensa de la verdad, la biología y los derechos reales de las personas, aplicando últimamente tres medidas concretas que marcan una apuesta firme por el sentido común y la protección de los ciudadanos frente a la aberración ideológica trans. Estas decisiones, respaldadas por evidencia médica, jurídica y social, suponen un freno necesario a los abusos derivados de la autodeterminación de género. Las tres medidas son: Cribado de autismo y otros trastornos en menores que afirmen ser trans; Prohibición legal de registrar como mujeres a hombres condenados por violación; Separación estricta de baños y vestuarios según el sexo biológico.

Estas acciones no solo refuerzan el principio de realidad, sino que demuestran que es posible gobernar con responsabilidad sin claudicar ante las presiones de los lobbies ideológicos. Veamóslo.

Un cambio de rumbo en Reino Unido: pruebas de autismo a menores que se declaren «trans»

El Servicio Nacional de Salud (NHS) británico ha dado un paso firme en la defensa de la verdad biológica y la salud mental infantil. A partir de este año, todos los menores que aseguren ser «trans» serán sometidos a pruebas para detectar autismo y otras condiciones neuropsiquiátricas como el TDAH. Esta medida, basada en la revisión dirigida por la pediatra Hilary Cass, reconoce que existe una elevada incidencia de trastornos mentales entre quienes presentan disforia de género.

El nuevo protocolo sustituye al desacreditado modelo del Servicio de Desarrollo de Identidad de Género de Tavistock, señalando que cada menor será analizado en ocho áreas clave de su vida, incluyendo su entorno familiar, desarrollo cognitivo y físico, atracción sexual, y rendimiento académico.

Según establece el nuevo documento del NHS: «Dada la alta prevalencia de neurodiversidad identificada en esta población, todos los que acudan al Servicio de Género para Niños y Jóvenes del NHS deben recibir un cribado para detectar condiciones del neurodesarrollo».

Esta decisión se fundamenta en un hecho incontestable: la tasa de confusión de género se ha disparado en apenas una década, pasando de 0,14 casos por cada 10.000 menores en 2011 a 4,4 en 2021, especialmente entre chicas adolescentes. A su vez, el diagnóstico de autismo ha crecido de 1 en cada 2.500 niños a 1 en cada 34 en edades entre 10 y 14 años.

El profesor Michael Craig, exdirector de la Unidad Nacional de Autismo del NHS, ha estimado que hasta la mitad de los pacientes de la clínica Tavistock eran autistas. La ideología de género, por tanto, no solo ignora la ciencia sino que pone en riesgo a menores vulnerables que, en lugar de recibir apoyo clínico adecuado, son empujados a transicionar sin diagnóstico previo ni reflexión.

La justicia británica dice basta: los violadores no podrán registrarse como mujeres

Otra victoria del sentido común se ha producido en el plano judicial. El Tribunal Supremo del Reino Unido ha sentenciado que los hombres biológicos condenados por violación no podrán seguir figurando como mujeres en los registros oficiales ni en las estadísticas policiales. Esto marca un hito en la lucha contra el absurdo legal generado por la ideología de género.

Esta resolución pone fin al disparate jurídico que permitía a varones delincuentes registrarse como mujeres, simplemente por «autoidentificarse». El caso más escandaloso fue el del violador Adam Graham, que adoptó el nombre «Isla Bryson» mientras esperaba juicio y fue enviado inicialmente a una prisión de mujeres, hasta que la presión ciudadana forzó su traslado.

Desde el colectivo policial SEEN UK han advertido: «Los derechos de mujeres y niñas, especialmente aquellos protegidos por el sexo biológico, son una cuestión legal, no una preferencia».

Este cambio también ha sido reconocido por la jefa de la Comisión de Diversidad e Inclusión del Consejo Nacional de Jefes de Policía, Rachel Swann, quien reconoció que la sentencia «aporta claridad», anunciando que se revisarán las guías internas.

Baños y vestuarios según el sexo biológico: Reino Unido restaura la lógica

Como tercera medida contundente, el Reino Unido establece que los baños y vestuarios deberán estar separados por sexo biológico, eliminando los espacios mixtos que tantos conflictos han generado. La Comisión para la Igualdad y los Derechos Humanos ha publicado una guía preliminar que deja claro que cuando la ley británica habla de «mujer», se refiere a una persona nacida mujer, y no a quienes se identifiquen como tales.

Así lo detalla el documento: «A las mujeres trans (hombres biológicos) no se les debería permitir usar las instalaciones para mujeres, y a los hombres trans (mujeres biológicas) no se les debería permitir usar las instalaciones para hombres».

En entornos educativos, se establece que a partir de los 8 años los menores deben tener baños separados, y desde los 11 años, vestuarios diferenciados. En otros espacios públicos —tiendas, restaurantes, hospitales, gimnasios— se adoptará la misma norma. En casos donde no sea posible la separación, se habilitará una única instalación individual con llave.

España, en el lado opuesto: el gobierno de Sánchez sigue promoviendo la aberración trans

Mientras Reino Unido recobra el sentido común y toma medidas objetivas y científicas, España permanece atrapada en la ingeniería ideológica del gobierno sectario de Pedro Sánchez. La infame Ley Trans, impulsada por la comunista Irene Montero, sigue vigente, permitiendo la autodeterminación de género sin necesidad de pruebas médicas, ni diagnósticos, ni informes psicológicos.

Hoy en España, cualquier varón con antecedentes de violencia sexual puede acceder al registro como «mujer», compartir vestuarios con niñas o competir en categorías femeninas, todo gracias a una ley que ignora la ciencia y pisotea los derechos de las mujeres reales. Esto sucede con la complicidad activa del PSOE y el silencio cobarde del PP.

La diferencia es abismal: mientras en Reino Unido se prioriza la realidad biológica, en España se institucionaliza el delirio, la aberración y el sectarismo. La ley protege más la identidad subjetiva de un delincuente que la seguridad de una niña en un baño público.

¿Qué camino elegirá España?

La pregunta que se impone es clara: ¿seguirá España arrastrándose tras las imposiciones de la Agenda 2030, o será capaz de volver a abrazar el sentido común, la ciencia, y la protección de la familia natural?

Mientras otros países comienzan a corregir sus errores, nuestro gobierno profundiza en la aberración ideológica que solo ha traído confusión, abusos y una cultura del engaño que destruye la infancia.

Es hora de que España recupere su soberanía legislativa, y diga basta a las imposiciones extranjeras y a las políticas impulsadas por lobbies que atentan contra la verdad biológica, la libertad educativa y la seguridad de nuestras mujeres y niños.

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