“79 TRANS, 79” | José Antonio Ruiz de la Hermosa

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Ese es el número de presos internados en cárceles españolas que en los últimos días han solicitado, según las autoridades de Justicia, su cambio de sexo en los Registros correspondientes. Todo ello con las lógicas reservas por nuestra parte, pues las autoridades de Juzgados, Registros, Prisiones etc., etc., etc., -y que tienen competencias en este tema-, tienen la costumbre de dilatar en el tiempo sus comunicados, sobre todo en determinadas Comunidades Autónomas. No queremos con esto acusar a nadie de dilaciones u ocultamiento, pero lo cierto es que desde que se transfirieron ciertas competencias, como Justicia, depende de quién, las cosas van más rápido o más lento, o directamente se olvida informar a los medios. Y, por supuesto, a la población.

¿Qué está sucediendo? Pues lo que podía esperarse: ¡Que a rio revuelto, pues ganancia de pescadores! Tenemos un ejemplo también en una provincia cualquiera: Burgos tuvo quince peticiones en 20 años, mientras que ahora ha tenido doce en 20 días. La proporción es curiosa. En esta última provincia, de las doce, tan solo una es de mujer a hombre. ¿Y en las cárceles? Pues de momento y de forma extraoficial, ojo extraoficial y fuera de micrófono, nos confirman que el cien por cien de los reclusos, son eso, reclusos y no reclusas.

Es lo que tenemos y no otra cosa, pero no se preocupen, porque si las predicciones que nos hacen los que verdaderamente saben de esto, lo que preocupa es precisamente esos cambios de sexo de mujer a hombre. Recuerdan ustedes el tema de continuo “machaque” propagandístico de Irene Montero y su “comando de la tarta”. Todas estas leyes están pensadas para defender a las mujeres y evitar, por ejemplo, “la trata”, la prostitución forzada o el uso de mujeres como esclavas sexuales. Pues, prepárense a ver una avalancha de mujeres en cárceles que van a cambiarse de sexo, o de mujeres en libertad que van a cambiarse de sexo y, a continuación, bien de forma preventiva, bien por sentencia van a ir a parar a establecimientos penitenciarios del sexo que se auto-perciben, simplemente se auto-perciben, sin necesidad de pruebas médicas, tratamientos médicos o psiquiátricos.

Y dirán ustedes ¿de qué me está hablando?. Pues de las últimas investigaciones policiales y de los propios funcionarios de prisiones, que son conscientes de que las mafias del sexo han visto el negocio del siglo. Y si no lo han puesto ya en marcha es por meros motivos de idoneidad, simplemente. Están organizándose, para en el momento oportuno empezar su particular negociete, bien con una serie de peticiones escalonada, bien con una avalancha de las mismas. Todo depende de una cosa muy importante, que es ni más ni menos «la Norma» correspondiente a la aplicación de la Ley Trans. Porque a toda Ley, le complementan Normas y Reglamentos específicos de aplicación. Y claro, el problema es como torear este toro, que no es nada fácil. Lo que sí es fácil es que los funcionarios se suban por las paredes por las barbaridades, que se implementen en las citadas normas, sobre todo cuando haya que ejecutarlas en vivo y en directo.

Porque el lio va a ser de aúpa. En el tema de hombres a mujeres, hay diversos motivos para que se pida el cambio, desde los motivos propios que ya existían antes, es decir veinte o veinticinco casos al año. Todos ellos muy discutibles, pero previsibles. Ahora bien, la avalancha se va a producir básicamente por los condenados por violación, los condenados por la Ley de Género, -otro tema curioso, ya que es la primera Ley donde el reo es condenado porque la Ley le considera culpable de entrada y tiene que demostrar su inocencia-. Ley que ha llevado a las cárceles españolas, no solo a verdaderos maltratadores, una cantidad mínima, sino a una multitud de pobres desgraciados que han sido inculpados de unos crímenes de cuya inculpación no han podido defenderse, bien por el contexto de la Ley, bien y en la mayoría de casos, por no poder pagarse un buen abogado o por la especial inquina que, también, en algunos casos han demostrado las llamadas “jueces feminazis”. Y poco más.

En el otro bando, el número de mujeres interesadas en ir a una cárcel de hombres es casi inexistente, pues el tema suele ser más psiquiátrico que físico. Pero, como ha podido vislumbrar el gran negocio de la prostitución, actualmente entre hombres solamente, y que se va a mover a una autentica apertura de bares de lucecitas dentro de las penitenciarias. Es más fácil de lo que ustedes piensan: Extorsión, amenazas, chantajes, deudas grandiosas, tráfico de drogas, etc., lo que van a llenar las cárceles de hombres con mujeres teóricamente trans y, ahí, es donde la ingobernabilidad de las mismas, que ya es muy alta, va a ser de traca. ¿Se acuerdan ustedes de esas películas de los años sesenta y setenta con los funcionarios de las cárceles vestidos de uniforme y controlando de lejos y solo con la mirada? Pues eso se acabó hace muchos años. Ahora las cárceles son una selva, donde los funcionarios se conforman con volver sanos y salvos a sus casas todos los días. De modo que ya verán que fiesta se prepara.

En fin, lo que más me llama la atención son las declaraciones de Irene Montero sobre este tema. Va y dice, que sin haber siquiera cumplido con las exigencias de la Ley Trans, las mujeres trans pueden ir a la cárcel que les corresponda, según una norma del año 2006, dictada por la “ministra Gallizo” del PSOE. Pues nada Irene, ya verás que risa. Cuando dejes de ser ministra, tú y el comando de la tarta, y se vayan descubriendo algunas cosillas. ¡Ya me contarás, ya!

En fin, ¿cómo es posible que el “tito Bernie”, sus compañeros de partido y los de los partidos Comunista, separatistas, independentistas y amiguetes de los terroristas hayan votado este dislate? Pero es lo que tenemos, aunque lo peor es que el ministro Grande-Marlaska y la ministra Pilar Llop, son los que en conjunción tienen que hacer normas y reglamentos de actuación de funcionarios policiales y de prisiones. Prepárense a dejar puertas y ventanas abiertas a lo mejorcito de la delincuencia. De hecho, ya algunos ni pedirán reducción de penas, si “el Paraíso” va a estar dentro. Y como todas las semanas, ahí lo dejo.

José Antonio Ruiz de la Hermosa es, de primera formación, Sanitario y Capitán retirado de Sanidad Militar. Después, historiador, escritor y divulgador. Actualmente dirige en Decisión Radio varios programas de divulgación histórica y “La Cortina de Humo” sobre la actualidad nacional.

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