Siempre promesas. Muchas promesas, pero cuando llega al poder el PP reniega de lo prometido
El líder del PP, Alberto Núñez Feijoo, promete que derogará la nefasta Ley de Memoria Democrática al igual que lo hiciera en su día prometió Mariano Rajoy con la ley de Memoria Historica. Pero si hay un denominador común en el PP es su falta credibilidad. Porque el PP no derogó cuando pudo, con la mayoría absoluta de Mariano Rajoy en 2011, la ley de memoria histórica de José Luis Rodríguez Zapatero, y porque hoy no deroga las leyes autonómicas que, como la de Andalucía, persiguen el mismo revanchista fin.
El Consejo de Gobierno de la Junta ha rechazado la toma en consideración de la proposición de Ley de Reconciliación registrada por VOX en el Parlamento andaluz, un texto que, entre otras cuestiones, plantea la derogación de la actual ley autonómica (de 2017), que impone «una verdad oficial e irrefutable de la que no se permite disentir».
No es la primera vez que el PP se posiciona en Andalucía a favor de mantener la legislación izquierdista en materia de memoria, que sólo «mejoraría», sostiene, «si es con amplio consenso». Los populares no apoyaron en diciembre del año pasado la Proposición de Ley de Concordia. El Ejecutivo de Moreno Bonilla incumplió así uno de los puntos del pacto de investidura (alcanzado tras las elecciones de diciembre de 2018) y el deber de cualquier poder público, que no es otro que fomentar la concordia y la reconciliación entre los españoles.
Esa tibieza del PP ha dado alas al Gobierno socialcomunista de Pedro Sánchez, que con la nueva ley de Memoria Democrática impone sanciones para quienes discrepen, atenta contra el ejercicio de la libertad de expresión, de investigación y de cátedra, y busca finiquitar cualquier visión plural del pasado reciente de España.
Y es que siempre lo mismo, tanto el PP como el PSOE son las dos caras de una misma moneda. Mientras el PSOE elabora e implementa leyes injustas y aberrantes, el PP, incluso con mayoría absoluta, las mantiene sin derogarlas ni, incluso, modificarlas. Y es que el PP ya agotó toda su credibilidad
