Los religiosos, pagan los salarios de los empleados y mantienen a la Escolanía… gracias a la hospedería y a las limosnas.
El Valle de los Caídos, símbolo de reconciliación y espiritualidad está siendo atacado de todos modos y maneras por un gobierno de Sánchez que quiere a toda costa su desaparición. La orden benedictina que habita y mantiene este complejo espiritual y monumental denuncia que el gobierno de Pedro Sánchez, lejos de cumplir con sus obligaciones de pagos para la manutención y conservación del lugar, está determinado a desalojarlos y a transformar este lugar de culto en un museo comunista… además de derribar la cruz.
El incumplimiento de pagos: Una deuda acumulada de más de 2 millones de euros
Según datos recogidos por el diario Hispanidad, el gobierno debe a los monjes benedictinos que custodian el Valle de los Caídos más de 2.040.000 euros desde 2018. Esta suma responde a la falta de pago del acuerdo por el cual el Estado se comprometió a abonar 340.000 euros anuales para la manutención y conservación del lugar. «Con ese dinero se mantenía la Escolanía, donde abundan los internos, y se preservaba la basílica en buen estado, además de pagar más de veinte nóminas de empleados. Por cierto, las siguen pagando los frailes», aclara una fuente cercana a la administración del Valle.
Los monjes benedictinos han seguido cumpliendo con sus responsabilidades financieras, manteniendo no solo los salarios de los empleados, sino también los costes de la Escolanía y el cuidado de la basílica, gracias a las limosnas de los fieles y a los ingresos de la hospedería. Es evidente que el impago no es solo una negligencia administrativa, sino que es un acto de chantaje deliberado que persigue ahogar económicamente a la comunidad religiosa hasta forzarlos a abandonar el lugar. Y es que el gobierno pretende rendirles por hambre.
El proyecto de «desmantelamiento» del Valle de los Caídos: Un Valle sin cruz ni culto
El abandono financiero no es el único desafío al que se enfrenta el Valle. El actual Ministro de Memoria Democrática, el filomasón Ángel Víctor Torres, ha promovido una política de transformación y despojarlo de su carácter religioso, e imponiendo una visión histórica acorde a la izquierda más radical y masónica.
La propuesta de Torres incluye la conversión de la basílica en un museo, con lo que desaparecería el uso de este espacio para el culto religioso. Además, no se descarta la demolición de la cruz monumental, la «cruz de Cristo», una cruz de 150 m de altura asentada sobre la cumbre de un risco que domina todo el valle circundante, coronándose así como la más alta del mundo. Este tipo de intenciones constatan que las autoridades actuales buscan borrar el carácter espiritual y religioso de la basílica y convertirlo en un objeto de propaganda política de extrema izquierda.
La visión del ministro filomasón Torres y de otros miembros del gobierno de Sánchez implica, en última instancia, una «desmantelación» del Valle de los Caídos como centro de culto cristiano. En este sentido, el proyecto de convertir la basílica en un museo civil, además de la demolición de la cruz, va mucho más allá de la reinterpretación de la historia; representa un intento de borrar la huella cristiana de uno de los monumentos más grandes del mundo.
Un gobierno «cristofóbico»
Estas medidas responden a una agenda ideológica más amplia que busca desplazar y despojar los símbolos cristianos del espacio público. La falta de apoyo financiero incumpliendo los acuerdos y las iniciativas legislativas hacia el Valle de los Caídos son ejemplos de una política anticristiana, «cristofóbica». Lo que pasa es que la columna vertebral del Sanchismo es la cristofobia. Lo demás son aditamentos».
Un lugar de reconciliación, no un campo de concentración
La reacción de los monjes benedictinos, que lidera el padre Santiago Cantera, ha sido de firmeza y de resistencia. «El gobierno pretendía rendirles por hambre, pero a los monjes no les da la gana marcharse del lugar de oración y de concordia entre ambos bandos de la Guerra Civil, que no otra cosa es el Valle». La comunidad ha encontrado apoyo en una creciente cantidad de fieles que acuden al Valle, que contribuyen con donaciones para asegurar la supervivencia económica del complejo.
Los monjes benedictinos y quienes apoyan su causa subrayan que el Valle de los Caídos siempre fue un espacio de reconciliación donde reposan, lado a lado, víctimas de ambos bandos de la Guerra Civil española. «Toda la historia oficial sobre el Valle es una gran mentira: no fue ninguna cárcel ni campo de concentración, sino un lugar de reconciliación», afirman defensores del monumento.
Además, sostienen que la narrativa que intenta desacreditar al Valle y sus orígenes responde a una distorsión ideológica de la izquierda que ignora el verdadero sentido del monumento. Para los monjes, el Valle de los Caídos es un lugar de oración y paz donde los españoles pueden recordar a sus muertos en un ambiente de recogimiento.
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2 comentarios en «Sánchez pretende rendir por hambre a los benedictinos del Valle de los Caídos: Les debe más de 2 millones de euros»
Todas las fechorías de este gobierno corrupto comunista y Masónico, tenemos que tenerlas bien apuntadas. En cuanto caiga este gobierno, hay que llevarlo directamente a los tribunales, y no vamos a pedir únicamente, que devuelvan todo lo robado, sino que vayan directamente a la cárcel, hasta que paguen las costas y multas de todos los juicios.
Raquel Casviner Cañellas
Así es. Y yo tengo la esperanza de que caiga Sánchez antes que el Valle.