El presidente del CIS ha caído en desgracia entre el socialismo, y él lo sabe. Ha cruzado demasiadas líneas rojas, las últimas el 4-M. Y tampoco goza del respeto de sus compañeros.
Pasados los efectos de las elecciones en Madrid y aclarado el escenario en Cataluña, no debería pasar ni un minuto más sin que Pedro Sánchez anuncie el cese de José Félix Tezanos como presidente del CIS. No caerá esa breva. Si algo irrita al presidente más que un revés es que le impongan el paso.
Ajeno a los terremotos que va dejando a su paso barómetro a barómetro, manipulación tras manipulación y fallo tras fallo -dilapidando cientos de miles de euros del erario público-, el sociólogo de cabecera del PSOE, y a tiempo parcial responsable del organismo demoscópico de todos, reaparecía este martes con otra profecía que nace como “papel mojado”.
Una vez más, como esos conductores suicidas que irrumpen en las autovías en dirección contraria, Tezanos concluye que, pese al “batacazo de Madrid”, el proyecto de Sánchez goza de tanta salud que sigue a la cabeza de las preferencias de los españoles. Justo cuando casi una veintena de sondeos privados han constatado que Pablo Casado ha logrado superar a los socialistas en intención de voto.
Consciente de su caída en desgracia en el seno mismo del socialismo, Tezanos ha asumido lo obvio y “alerta” a La Moncloa de un importante recorte electoral. Y aun así, sus datos siguen alejados de la realidad: desde Ferraz manejan otros que arrojarían un “empate técnico” con el PP.
A oídos de Tezanos han llegado las últimas críticas de personas muy cercanas al presidente por su “ilusionismo” del 4-M. Hasta para eso usa a su antojo el responsable del CIS el trabajo de los profesionales del organismo, cuyo prestigio y solvencia ha puesto en almoneda.
Pese a que los españoles nos hemos acostumbrado a los usos sectarios de las instituciones del Estado por el sanchismo, lo de José Félix Tezanos es una anomalía democrática difícil de digerir. Más aún, que compatibilice su abultado salario con la dirección de una revista en la que se dedica a denigrar a la misma oposición a la que está obligado a escrutar desde la más exquisita independencia.
La impunidad con la que Sánchez ha utilizado los medios públicos desde su llegada al poder no puede ser disculpa para que Tezanos maneje los sondeos públicos con interés de partido. Su salida del Centro de Investigaciones Sociológicas es pura higiene democrática. De no ser así, quien acabará muerta víctima del descrédito es la institución que mal dirige.
(Antonio Martín Beaumont. EsDiario)
