Sánchez financia la implantación islámica en los colegios: da 1,7 millones a una entidad islámica y su hoja de ruta

implantación islámica en España

La Comisión Islámica de España pidió también que se permitiera en las escuelas públicas y privadas «prendas para la cobertura del cabello»

El Gobierno impulsa la implantación islámica en las aulas españolas

La implantación islámica en España avanza con el respaldo político y económico de Pedro Sánchez. En enero de 2025, la Comisión Islámica de España presentó un informe que exigía al Gobierno la implantación del menú halal en todos los centros educativos y el uso del velo islámico en colegios públicos y privados.

El Ejecutivo socialista respondió con rapidez. En abril, aprobó un Real Decreto que obliga a los colegios a ofrecer “menús especiales por motivos éticos o religiosos”. En la práctica, el decreto abre la puerta a la imposición del menú halal en las escuelas, una medida que rompe con el principio de neutralidad religiosa del Estado.

El menú halal impuesto por decreto: Ceuta como laboratorio de ensayo

El Ministerio de Educación, dirigido por Pilar Alegría, ya ha aplicado el nuevo decreto en seis colegios de Ceuta.

El Boletín Oficial del Estado publicó la adjudicación de un contrato público para el suministro de alimentos y menús adaptados a las normas islámicas. Según el pliego técnico, la carne “será Hal-al (sic)” y no se utilizará carne de cerdo. El aceite empleado será de oliva, y se prohíben productos como la panga o la perca. Es decir, el menú escolar español se subordina ahora a las normas religiosas del islam, en centros públicos financiados por todos los contribuyentes.

Esta medida, lejos de garantizar la convivencia, favorece la implantación islámica en España y promueve la segmentación cultural en las aulas. Ceuta se convierte así en el laboratorio del multiculturalismo obligatorio que Sánchez pretende extender al resto del país.

1,7 millones en subvenciones a la Comisión Islámica

La Comisión Islámica de España, principal promotora del menú halal y del velo en los colegios, recibe millones de euros del Gobierno. Según el Sistema Nacional de Publicidad de Subvenciones y Ayudas Públicas (SNPSA), esta entidad ha obtenido más de 1,7 millones de euros en subvenciones sin contraprestación desde 2021.

El flujo de dinero comenzó el 4 de junio de 2021, cuando el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ordenó una concesión directa de 21.000 euros. Ese mismo año, la Consejería de Educación de Ceuta —dependiente del Ministerio de Educación— otorgó otros 65.000 euros mediante un “convenio de colaboración”. El documento justificaba el pago por “analizar la enseñanza de la religión islámica” y por “fomentar las relaciones institucionales durante el mes de Ramadán”.

En diciembre de 2021, el Gobierno aprobó un Real Decreto que regulaba subvenciones a “confesiones religiosas minoritarias”. Sin embargo, la mayor parte del dinero —433.130 euros— terminó en manos de la Comisión Islámica.

Sánchez consolida una red de financiación ideológica

Desde 2021, el Gobierno ha repetido el mismo patrón cada año: nuevos decretos, nuevas subvenciones y mayor influencia islámica en la administración pública.

En 2024, la Comisión Islámica recibió 95.000 euros adicionales del convenio con Ceuta y 430.960 euros del Ministerio de la Presidencia. Incluso el Ministerio del Interior destinó 21.000 euros para “garantizar la libertad religiosa” en centros penitenciarios, a través de “asistencia islámica”. El Gobierno justifica estas ayudas como “cooperación con las confesiones religiosas”, pero los datos muestran un patrón de financiación política.

La implantación islámica en España no avanza sola: se impulsa desde Moncloa con dinero público y con la complicidad de ministerios que priorizan el islam sobre el cristianismo. Mientras las iglesias católicas cierran por falta de apoyo y las familias españolas soportan impuestos abusivos, el Ejecutivo socialista financia la expansión de una agenda ajena a nuestra identidad nacional.

Educación y religión: la nueva batalla cultural

La educación pública española se ha convertido en el principal campo de experimentación de la invasión islámica. El Real Decreto de Sánchez impone menús religiosos, admite prendas islámicas en las aulas y fomenta la contratación de profesores de religión islámica.

Pero la Comisión Islámica pretende ir más allá. En su informe, reclama que las escuelas permitan “prendas para la cobertura del cabello, ya sean por motivos confesionales o de salud”. Esta petición no busca respeto cultural, sino imponer símbolos religiosos en un espacio que debería garantizar la neutralidad ideológica.

La implantación islámica en España avanza bajo un Gobierno que usa el dinero público para financiar la agenda islámica, mientras desprecia los valores cristianos.
La implantación islámica en España no es progreso. Es rendición ante una agenda contraria a nuestra historia, nuestra religión, nuestras raíces y nuestra libertad.

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