En el día de ayer, 26 de febrero de 2022, tuvo lugar una manifestación cuyo itinerario se realizó entre la plaza de Cuzco y la clínica Dator de Madrid situada en el número 4 de la calle Hermano Gárate.
A la manifestación, que fue apoyada por la Fundación de Abogados Cristianos, la Asociación Enraizados y la Asociación Derecho a Vivir, acudieron alrededor de 300 personas con objeto de rezar el Rosario frente a la clínica Dator. Un grupo, contrario a la citada manifestación, intentó acallar el rezo haciendo uso de silbatos y otros instrumentos acústicos. No se produjeron altercados como consecuencia de la actitud pacifica de los manifestantes y la presencia de algunos miembros de la policía nacional que han contenido al grupo contrario a la manifestación.
Esta manifestación se convocaba en protesta por el reciente cambio realizado en el código penal que castiga con penas de cárcel el hecho de acudir a rezar delante de una clínica abortista, al elevar esta acción a delito de acoso. Esta modificación se encuentra ya aprobada por el Congreso y en fase de tramitación en el Senado.
El nuevo código penal entiende que rezar delante de una clínica abortista es un delito de acoso a aquellas mujeres que libremente van a esas clínicas para terminar con su embarazo. Hasta ahora se entendía por acoso aquella vulneración de la libertad del individuo valiéndose de violencia o intimidación. Por ejemplo: lo que suelen hacer algunos sindicatos de izquierda los días de huelga. Exceso éste que siempre se ha visto con excesiva indulgencia por el poder legislativo. A partir de ahora, rezar en la vía pública se entenderá como acoso cuando alguien se sienta incomodo por ello.
La cuestión va más allá de valorar si el aborto vulnera el derecho a la vida o no. Recordemos que en relación con esto existe un recurso de inconstitucionalidad sobre la ley vigente del aborto que está en manos del Tribunal Constitucional desde hace 11 años y que incomprensiblemente sigue pendiente de resolución. Ahora informar, ofrecer opciones alternativas a alguien que se dirige a abortar o, simplemente, rezar se considera un delito contra la libertad.
La Fundación de Abogados Cristianos indica que la reforma de la ley persigue un fin meramente disuasorio, ya que no podrán imputar por coacciones a alguien que simplemente haga uso de su derecho a rezar donde quiera. Con esta reforma solo se busca eliminar obstáculos al negocio de la muerte, impidiendo que algunas mujeres, con intención inicial de abortar, puedan arrepentirse en el último momento.