Resentido | José Antonio Ruiz de la Hermosa

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…//… “A Dios pongo por testigo, que jamás volveré a pasar hambre” …// … frase mítica si puede ser, de una película, la más famosa y vista de Hollywood. Frase que define a un resentido por excelencia. Alguien a quien jamás los hados del destino debieran haber permitido ocupar los salones de la Moncloa, pero que por desgracia se ha hecho con ellos y con los cuerpos y vidas de los españoles.

Nunca, nadie tan pequeño de mente ha conseguido que alguien importante le ocupase la suya y lo utilizase como ariete para la destrucción de España y de los españoles. Un hombre pequeño, a veces de cuerpo descoordinado, que como cualquier baloncestista, como decía don Santiago Bernabéu, descoordina acciones. Pero ni eso, pues hasta lo que dice querer, odia en el fondo, porque donde no ha podido medrar, se ha convertido en tierra a destruir, y a fe que lo lleva a la práctica.

Y en su resentimiento ha reunido a los de su casta y condición y, al tiempo que los usa, también los destruye. Esta semana se ha visto en las Cortes. Dos mujeres solas, movidas por esa fuerza del demonio, con la cara desencajada, como figuras de las niñas de la curva de la película Resplandor, observaban como les rompía su juguete. El juguete del resentimiento a los hombres y a las mujeres que no habían sabido defenderse de la jauría patriarcal.

Llevo años estudiando, a las no más de veinte resentidas, que sin mucha ciencia y ninguna conciencia pretenden el enfrentamiento permanente y la destrucción definitiva de la mitad de los españoles a manos de la otra mitad. Y a fuer de que lo han conseguido. Êrp si falta de inteligencia y la protección de su caudillo, sola han conseguido, en definitiva, y de momento, el odio. Entre las mujeres y los hombres, entre los padres y los hijos, entre todos, pero en no suficiente número para repetir el que la mitad se levante contra la otra mitad, como un 17 de julio de hace 87 años. Pero en ello están.

El resentimiento es propio de esas, poco más de veinte mujeres, que flaco favor nos hacen, pero que cumplen con una de las patas del banco de su jefe. No se pierdan su foto, la de las dos en el banco azul, cuando defienden lo indefendible. No con la inteligencia, no con la conciencia o el conocimiento, sino con el resentimiento. Pero…, el resentimiento crea un karma, que se volverá, como las arenas del desierto cuando son despreciadas por el peregrino que lo cruza.

En las próximas semanas tendremos más resentimiento: El agua que no llega por el bombardeo de las nubes desde aviones, que impiden su descarga. El de los embalses de Franco destruidos por orden de Europa, cuando más se necesitan. La persecución de quien cree en la inteligencia, pero molesta a quien en buena lid no hubiese sido capaz de superar la reválida de cuarto. En definitiva, a quien nos venderá los miles de viviendas que no existen y que son muchas menos que las que solo en Madrid se hicieron en los años cincuenta.

Unas elecciones en las que votará Indra por nosotros y que serán, como las de febrero de 1936, las que pondrán la piedra que lanzará una de las dos Españas. La piedra que refleja Goya en sus cuadros y que no es ni más ni menos que la que acaba provocando que miles de españoles huyan atravesando la frontera con nuestros vecinos, como desde tiempo inmemorial han hecho los liberales de 1823 o los isabelinos de mitad de ese mismo siglo. Esto viene de lejos. Y que Dios nos coja confesados, porque la próxima será peor.

El peor pecado, el resentimiento falso, será el acicate y la venganza justa del menospreciado, será el fuego que la ataque. Y ahí lo dejo…

José Antonio Ruiz de la Hermosa es, de primera formación, Sanitario y Capitán retirado de Sanidad Militar. Después, historiador, escritor y divulgador. Actualmente dirige en Decisión Radio varios programas de divulgación histórica y “La Cortina de Humo” sobre la actualidad nacional.

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