“Seamos claros: están incendiando nuestros campos”.
Los eurodiputados se han alzado contra el recorte presupuestario a los agricultores europeos por valor de 84.000 millones de euros, mostrando una reacción unánime que refleja el hartazgo de toda Europa ante las políticas elitistas y tecnocráticas de la Comisión Europea.
La propuesta de Von der Leyen: un golpe directo al campo
En un movimiento sin precedentes, Ursula von der Leyen presentó su reforma presupuestaria para el próximo Marco Financiero Plurianual (MFP), que incluye un aumento sin precedentes del presupuesto desde 1,2 billones de euros hasta los 2 billones de euros, pero, sin embargo, una agresiva reducción del 21,8 % en las ayudas directas de la PAC. Este recorte presupuestario a los agricultores ha desatado una tormenta política.
Pues bien, en la Comisión de Agricultura y Desarrollo Rural del Parlamento Europeo, desde el PPE hasta la izquierda, pasando por socialistas, liberales y verdes, todos coincidieron en denunciar el ataque al campo europeo. «No intentes vendernos eso como un caso de éxito… Las cuentas no cuadran», lanzó con contundencia Herbert Dorfmann, del PPE, directamente a su propia jefa política.
Un frente común inédito: izquierda y derecha contra Von der Leyen
La magnitud del escándalo ha sido tal que ha logrado lo que parecía imposible: unir a los extremos ideológicos del Parlamento Europeo. La intervención del irlandés Luke Flanagan, de La Izquierda, fue demoledora. «Si no están satisfechos con esta Comisión, presenten una moción de censura y la apoyaré», espetó.
En este contexto, el recorte presupuestario a los agricultores no solo define el problema, sino también la causa común que une al Parlamento contra una élite que ya no escucha a sus ciudadanos.
El desgaste de Von der Leyen: ¿el principio del fin?
Este episodio llega en el peor momento para Von der Leyen, cercada por el escándalo del Pfizergate, que la implica directamente, y con una moción de censura sobre la mesa. Su autoridad moral y política está en entredicho.
El eurodiputado Gilles Pennelle fue tajante: «El 16 de julio de 2025 será recordado como el día en que la UE demostró que los agricultores ya no son una prioridad». Esta frase resume lo que millones de europeos perciben: una desconexión total entre Bruselas y el mundo real.
Un campo europeo que no se resigna
Más de 6400 organizaciones agrarias ya han iniciado una campaña contra el recorte presupuestario a los agricultores, movilizando una protesta sin precedentes. Aunque la reciente manifestación fue más reducida por la temporada de cosecha, se espera una reanudación masiva de bloqueos agrícolas en otoño.
El francés Arno Bausemer, del grupo ESN, afirmó que «un millón de agricultores se unirán a la moción de censura con sus tractores». Las imágenes de Bruselas en llamas, con la Plaza de Luxemburgo bloqueada por tractores, son la viva prueba de que el campo europeo ha dicho basta.
Las verdaderas prioridades de la Comisión Europea
El comisario Csaba Dömötör desenmascaró el fondo de la propuesta: «La Comisión quiere liberar dinero para políticas de guerra, ampliaciones forzadas y préstamos mal calculados. Y lo hace a costa del campo europeo».
Ese recorte presupuestario a los agricultores no es un error técnico: es una decisión política que busca financiar otros intereses ajenos al ciudadano común, al agricultor que da de comer a Europa.
El recorte presupuestario a los agricultores ha encendido las alarmas en todo el continente. Pero esta vez, la reacción ha sido proporcional. Todos los grupos parlamentarios, incluso los más obedientes al globalismo de Bruselas, han tenido que alzar la voz.




