Aprobar las cuentas con los herederos de ETA ‘hiela la sangre’ y te convierte en indigno
Satisfacción en el gobierno por la aprobación de las cuentas públicas. Son los segundos presupuestos aprobados por el gobierno Sánchez y lanzan un mensaje de estabilidad y fortaleza parlamentaria para agotar la legislatura.
Sin embargo, un mínimo análisis evidencia su debilidad. Los presupuestos están pactados con una ERC obsesionada con la construcción de la nación catalana. Para ello, nada mejor que la cultura, Gramsci dixit. Así que ha logrado que el 6% de los contenidos audiovisuales deban ser traducidos al catalán. Es decir, ERC fuerza al gobierno nacional a poner palos en las ruedas a las inversiones extranjeras en España. El problema es que los palos son tan gordos que es bastante probable que las inversiones nunca se produzcan. De esta manera Cataluña seguirá recibiendo el 6%, pero será el 6% de la nada. ¡Qué felicidad!
Más indignante e indigno es el apoyo de Bildu. Sánchez dijo una y mil veces que con Bildu nada de nada, nunca, jamás, tampoco. Pero hete aquí que se sienta con los herederos de ETA y alcanza un acuerdo sin que ningún barón levante la voz.
Si alguno hablara lo justificará argumentando que la política es el arte de lo posible, que sus votos eran necesarios para sacar adelante unas cuentas sociales, que la culpa es del PP que no ha mostrado voluntad negociadora, bla, bla, bla.
La realidad es que el PSOE de Sánchez ha elegido muerte antes que susto. Prefiere pactar con la extrema izquierda, los secesionistas golpistas y los herederos de ETA que con un centro-derecha democrático. La realidad es que ha negociado las enmiendas de los grupos políticos que odian a España y ha despreciado las 2000 enmiendas de los ‘populares’ y las 400 de los ‘naranjitos’.
No estaba obligado a tomar esta decisión para garantizar la gobernabilidad. Había otras aritméticas parlamentarias. Pero optó por la radical. Optó por pactar las cuentas de España con quien odia a España, con quien tiene como objetivo destruir España, con los herederos de quienes mataron a muchos compañeros de filas de Sánchez.
Y lo más increíble es que ni siguiera los Vara o Page hayan dicho esta boca es mía. Tampoco en el PSE. El único que grita es Odón Elorza. Pero en realidad grita porque -como explica el diputado de Ciudadanos, Guillermo Díaz- quien le grita es su conciencia. ¡Qué indignidad!
Luis Losada Pescador | Periodista