¿Por qué la guerra de Ucrania? | Luis Losada Pescador

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Ucrania es el tablero de la reorganización geopolítica

Este viernes 24 de febrero se cumplió un año de la guerra de Ucrania. O más bien, de la guerra en Ucrania porque se trata ‘de facto’ de una guerra mundial en suelo ucraniano. Veamos: son 50 los países que apoyan a Ucrania y 30 los que están enviando armas. Por el otro lado, China plantea un plan de paz que supone un apoyo implícito a Rusia. Occidente vende que Rusia está sola en el mundo; la realidad es que la guerra ha dividido el mundo en dos.

Hasta que estallara la guerra la geopolítica discutía si la hegemonía mundial la ostentaría China y cuándo, si la crisis del covid había acelerado el relevo y si había espacio para dos liderazgos mundiales. En ese escenario Rusia era una potencia media, con influencia militar y de inteligencia y con peso económico pobre.

Pero la guerra ha modificado el mapa. Rusia se convierte en un actor relevante y la prolongación del conflicto logra que Rusia y China se acerquen creando un frente que antes no existía. Un ‘éxito’ de la diplomacia norteamericana.

En medio del desastre, Trump aparece ufano afirmando que él habría logrado la paz en 24 horas. Se podrá decir que Trump es un ‘bocachanclas’ pero la realidad es que durante su mandato el mundo estuvo en paz y logró el acercamiento histórico con Corea del Norte.

Con el pacífico Biden -en cambio-, vivimos en una especia de tercera guerra mundial por capítulos y en suelo ucraniano. ¿Quién gana con este conflicto?

Desde luego que Europa no. El coste de la guerra ha sido absolutamente descomunal, muy superior al del covid. Rusia proporcionaba energía accesible y un mercado amplio. Las sanciones económicas y el repliegue empresarial ha provocado una caída notable de la actividad.

Se podrá argumentar que no podíamos hacer otra cosa cuando la guerra estalla a pocos kilómetros de casa. Puede. Pero la diplomacia europea hizo el ridículo al expulsar a Rusia de eurovisión al principio y al poner la alfombra roja a Estados Unidos después. Sin exigencia alguna. Europa paga la factura de la guerra y digiere una crisis migratoria de ocho millones de refugiados. ¡Ocho millones!

Estados Unidos logra la sumisión europea y un mercado amplio para su gas licuado sustituto del ruso. Pero su torpeza diplomática consigue que Rusia y China se acerquen y creen un gigante económico y de inteligencia que puede amenazar la hegemonía Occidental. Gracias, Joe.

Luis Losada Pescador | Periodista 7NN

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