Podemos dispara la presión para echar al Rey en 48 horas frenéticas de ataques

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La campaña contra la Corona se dispara en un fin de semana de terribles acusaciones y ataques de un partido de Gobierno que ya pide sin ambages la salida del Jefe del Estado actual.

Podemos ha llevado al clímax sus ataques a la Corona en 48 horas de presión inédita, con mensajes públicos de sus principales dirigentes en los que, sin ambages, acusan a la institución de distintos abusos, la describen con epítetos despectivos y reclaman abiertamente su sustitución por un sistema republicano.

Aun a sabiendas de la imposibilidad constitucional de lograr ese fin, que requeriría de un largo procedimiento jurídico, de unas mayorías imposibles en el Congreso, de la repetición de Elecciones Generales y de un referéndum nacional; Podemos repite con virulencia su mensaje, con una contundencia insólita desde 1978 como la desplegada por su portavoz nacional, Isa Serra, este domingo.

La también líder de Podemos en la Asamblea de Madrid, condenada por agredir a policías municipales, va más lejos que nadie y en una entrevista de Alexis Romero en Público acusa incluso al Rey Felipe de haberse metido en política y le relaciona con la supuesta «ultraderecha», en referencia a VOX, con unas palabras muy parecidas a las utilizadas hace poco por Gabriel Rufián, de ERC.

«Felipe VI está ayudando poco a enfrentar esa situación de adhesión por parte de la extrema derecha, porque tiene un papel muy diferente al que tenía su padre: su padre parecía la figura que se posicionaba por encima de los diferentes partidos políticos y, sin embargo, Felipe VI parece que está dispuesto a intervenir en política, y así lo demostró en el discurso del 3 de octubre a raíz de la crisis catalana», sentencia en referencia a la intervención que, sin embargo, elevó como nunca la popularidad del Jefe del Estado.

La cadena de ataques de Serra no se para ahí, y le lleva a presagiar el fin de la Monarquía en España, a la que tilda de «corrupta» con una ristra de acusaciones genéricas, sin citar ningún nombre ni caso, pero de extrema gravedad.

Nunca desde 1978 un partido de Gobierno, imputado además, había atacado a la Corona para acabar con ella

«Creo que la república va a llegar inevitablemente, por mucho que la derecha trate de atrincherarse en la defensa de la monarquía, que es una institución corrupta, con numerosos casos de corrupción y que, además, es más que la Jefatura del Estado. En este país la monarquía ha servido como epicentro de un montón de relaciones económicas entre grandes empresarios y magnates, algunas de ellas legales y otras ilegales», afirma sin prueba alguna.

Y prosigue: «Ha servido de clave de bóveda de un régimen político y económico que ha reinado desde la Transición, pero que también ha sido continuista en muchas cuestiones con la dictadura. Eso es evidente en tanto que precisamente estos poderes económicos o grandes empresarios que se han servido de los escándalos de corrupción son en algunos casos continuadores de la fase previa a la democracia».

Iglesias acelera contra el Rey

La portavoz de Podemos no hace mención a la evidencia de que, quien está siendo procesado por delitos tradicionalmente adscritos a la corrupción, como la financiación irregular, es su propio partido, sumido en el «Caso Neurona» entre otros. Tampoco lo menciona Pablo Iglesias en el otro gran mensaje que fija la posición de Podemos contra la Casa Real, difundido igualmente este fin de semana.

Nunca en la historia reciente de España un partido que no fuera independentista había colocado a la Monarquía Parlamentaria, votada por los ciudadanos de manera abrumadora en el referéndum constitucional, en el centro de la diana con tanta contumacia. Y mucho menos desde dentro del propio Gobierno, cuyos miembros son designados por el propio Rey y toman posesión ante él.

La poca defensa de Sánchez

Fuentes del entorno de Moncloa aseguran a ESdiario que el discurso de Podemos no representa la postura oficial del Gobierno, que seguirá alineado en la defensa de la Constitución. Pero lo cierto es que Pedro Sánchez no ha podido o querido frenar una escalada que cada día pone más difícil el equilibrio constitucional al coincidir con las exigencias del nacionalismo en materia de arquitectura territorial del país.

Aún más, mientras oficialmente se difunde el respeto y respaldo de Moncloa a Zarzuela, el Ejecutivo trabaja en una Ley de la Corona, cuyo papel ya está definido en el Título II de la Constitución, para dificultar sus movimientos y hacerla más dependiente aún del Gobierno. Y ha sido Sánchez, en persona, quien exigió la salida de España del Rey Emérito y quien ha presionado para que no vuelva en Navidad, pese a no tener ninguna causa judicial formal en calidad de imputado.

(Manuel Villa | Javier Rodriguez. EsDiario)

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