Pedro Castillo muestra su odio a España insultándola gravemente delante de Felipe VI

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El nuevo presidente de Perú, el comunista Pedro Castillo, ha mostrado el estilo de gobernante que es desde el minuto cero de su mandato. Pedro Castillo ha revivido el viejo odio a España en su discurso inaugural como nuevo presidente del Perú culpando a “los hombres de Castilla” de todos los males que sufre el país andino, en contraste con las culturas aborígenes, a quienes exaltó por haber vivido en “armonía con la rica naturaleza” hasta la llegada de los conquistadores.

Su toma de posesión ha estado marcada por un discurso en el que ha mostrado todo su resentimiento hacia España, y eso que estaba delante del monarca español, Felipe VI, al que no ha dudado en insultar mediante un juego de palabras.

Ataviado con su característico sombrero, Castillo anunció en su primer discurso presidencial una serie de medidas entre las que figura la decisión de cambiar la sede de su Ejecutivo, actualmente situada en el llamado Palacio de Gobierno -que también es conocida como la Casa de Pizarro por estar ubicada en el mismo solar que alguna vez ocupó el conquistador trujillano-, y donde se levantó el Palacio de los Virreyes durante los casi trescientos años en que el Perú estuvo unido a la Corona de Castilla. y con una gran carga simbólica, puesto que este edificio ya era la sede de los virreyes durante la época colonial. “No gobernaré desde la Casa de Pizarro, porque tenemos que romper con los símbolos coloniales, para acabar con las ataduras de la dominación que se han mantenido tantos años”, indicó. delante de Felipe VI.

El nuevo peón del Foro de Sao Paulo señaló que el Palacio de Gobierno será otorgado al ministerio de Cultura, renombrado “ministerio de las Culturas”-supuestamente en reconocimiento de la diversidad cultural peruana-, para que sea usado como museo. “Cederemos este palacio al nuevo ministerio de las Culturas para que sea usado como un museo que muestre nuestra historia desde sus orígenes hasta la actualidad.

Castillo repite el discurso de la “izquierda andina” -que incluye al Perú, Bolivia y Ecuador-, anclado en una reivindicación fantasiosa e idílica del pasado prehispánico, narrativa que no resiste ningún análisis histórico.

El discurso de Castillo fue aplaudido enérgicamente por su bancada, Perú Libre, un partido cuyo ideario se sostiene en el marxismo-leninismo y reivindica el pasado prehispánico como único componente identitario del Perú, dejando de lado el aporte europeo, principalmente español, al que acusa de colonizador. No obstante, las palabras del nuevo presidente ultraradical también fueron calificadas como “divisionistas”.

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