Campaña de Abogados Cristianos ante el intento de Sánchez de atentar contra los fundamentos mismos de la Iglesia Católica

En un nuevo ataque frontal a la libertad religiosa, el Gobierno de Pedro Sánchez pretende controlar aspectos fundamentales de la Iglesia Católica. Hace apenas unos días, un sacerdote de la diócesis de Segovia negó la comunión al alcalde de Torrecaballeros, abiertamente homosexual y conviviente con su pareja. Esta decisión, totalmente ajustada a la doctrina de la Iglesia, no debería sorprender a nadie. Sin embargo, el Gobierno de Sánchez ha utilizado este hecho como excusa para retomar su ofensiva contra los católicos y, en particular, contra los sacerdotes.

La Ministra de Igualdad, en una aparición televisiva, calificó la acción del sacerdote como “inconstitucional” y “claramente discriminatoria”. Este tipo de afirmaciones son el preludio de una agenda más amplia: forzar a los sacerdotes a distribuir la comunión a quienes viven abiertamente en pecado mortal. Además, no han dudado en amenazar, implícitamente, con sanciones económicas o incluso penas de cárcel a quienes se nieguen a acatar esta imposición.

Este episodio, que refleja el creciente autoritarismo del Ejecutivo, ha generado una oleada de indignación entre la sociedad civil, que resiste frente a esta amenaza sin precedentes. Gracias a entidades como Abogados Cristianos, que no han sucumbido ante estas presiones, se mantiene viva la defensa de los valores cristianos

El intervencionismo del Estado contra la doctrina de la Iglesia

Tolerar que el Estado intervenga en la Iglesia, mancillando lo más sagrado, representa un ataque directo a la libertad religiosa y a los principios fundamentales que rigen la fe católica. En los próximos días, está prevista una reunión entre el Gobierno y la Conferencia Episcopal Española (CEE) para discutir la última exigencia absurda de la Ministra de Igualdad: que los homosexuales en pecado mortal puedan recibir la Comunión.

Esta acción no es más que un intento descarado de que la Iglesia renuncie a su doctrina y ceda ante la agenda del lobby LGTBI. No se trata solo de una cuestión religiosa, sino de un intento de degradar el valor de la Eucaristía y someter a los sacerdotes que permanecen fieles a su vocación y principios.

Si lo logran, el resultado será catastrófico: convertirán a la Iglesia en un ente más al servicio del Estado y de sus intereses ideológicos. Este escenario sería el principio del fin para la independencia de la Iglesia en España.

La sociedad civil, en pie de lucha

Afortunadamente, todavía quedan sectores de la sociedad dispuestos a resistir. Abogados Cristianos ha lanzado una campaña para exigir al Gobierno que respete la autonomía de la Iglesia y retire sus manos de sus asuntos internos. Esta organización ha demostrado ser un bastión de defensa frente a los ataques del Ejecutivo, liderando iniciativas legales y sociales para preservar los valores cristianos en nuestro país.

En palabras de Polonia Castellanos, presidenta de Abogados Cristianos: “No vamos a permitir que el Gobierno pisotee nuestra fe y nuestros derechos. La Eucaristía es sagrada y no puede ser utilizada como herramienta de imposición ideológica”. Esta afirmación recoge el sentir de miles de españoles que ven en esta ofensiva un ataque no solo a la Iglesia, sino también a la libertad de todos los ciudadanos.

La intromisión en la vida interna de la Iglesia no es un hecho aislado, sino parte de una estrategia más amplia para desmantelar cualquier resistencia a su agenda. La Iglesia Católica, con su doctrina y valores, se ha convertido en un obstáculo para el proyecto ideológico del Gobierno, y por eso buscan someterla.

¿Qué podemos hacer?

La resistencia comienza con la movilización. Desde Abogados Cristianos, se ha lanzado una campaña que invita a todos los españoles a firmar contra esta intromisión estatal en la Iglesia. Es fundamental que la sociedad civil se una y demuestre que no está dispuesta a tolerar estos atropellos. Puedes apoyar esta causa firmando aquí: https://abogadoscristianos.es/comunion-homosexuales-inconstitucional-firma/.

La defensa de la fe, la libertad y los valores cristianos debe ser firme. No podemos rendirnos ante una dictadura ideológica que busca acabar con lo más sagrado. La verdadera lucha comienza ahora, porque detener esta ofensiva no es solo una cuestión religiosa, sino una obligación moral para quienes creen en la dignidad humana y la libertad.