¡Nerviosismo! | José Antonio Ruiz de la Hermosa

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin

Con admiraciones o con interrogantes, casi da igual cómo llevemos adelante el titular del artículo. ¿Por qué?, pues la respuesta es sencilla. Hemos entrado en una deriva en la que la sucesión de noticias, unas verdaderas, otras inventadas es tan rápida que hemos perdido la perspectiva para analizarla. Lo que esta mañana era noticia, ahora es historia de la más rancia. Ahora bien, ¿hasta qué punto son noticias? Y ¿hasta qué punto son imágenes ficticias? He ahí el problema…

Cuando escribo este artículo, todavía no se conocen los resultados de las elecciones italianas. Ya que entra en máquinas, como se decía antes en las redacciones de los periódicos de papel. Hoy apenas si eso sucede y las máquinas son la edición digital y la publicación de lo dicho, de lo escrito en realidad, en las redes de internet. Y volviendo a Italia, no sabemos quién es el ganador, aunque las encuestas envenenadas y las predicciones ya nos han dicho quién va a ganar. Pero, mi pregunta es: ¿Importa?

Los medios de comunicación ya han salpicado con todo tipo de insultos, falsedades e ignominias a los candidatos de lo que ellos llaman ultra-derecha. Yo personalmente no sé qué es la ultra-derecha y tengo muchos años a mi espalda. La realidad es que los que aseveran dicho calificativo, tampoco lo saben, simplemente o siguen las directrices de la voz de su amo, o se apuntan a la corriente de movilización que creen que les va a llevar al nirvana de la “pasta gansa” que lloverá en sus bolsillos desde las manos de los poderosos, aunque quizás sean simplemente migajas o nada.

Este domingo y mientras en Italia se celebran esas elecciones escaparate, en las que ponemos como ejemplo un sistema como el bipartidismo español o el multipartidismo italiano ven sus vergüenzas, no ofreciendo más solución que el que pederastas, ladrones de guante blanco o esclavos del poder financiero obtengan escaño, se vilipendia a quien posiblemente cambie el rumbo, eso sí sin grandes tirones en el timón de una democracia moribunda como son las de cualquier país europeo. Ya ahí es donde debemos abrir el melón.

No hay gran diferencia entre la podredumbre de Italia y la de aquí. Allí, simplemente, el pueblo le dio la espalda a los políticos hace muchísimos años, y procura ignorarlos y sobre todo sobrevivir a sus rocambolescos, pérfidos y maquiavélicos dictados. Solo pensados para que los integrantes, sus amigos y los mentores de los “67 desgobiernos”, que en tan solo 71 años hayan existido, se hayan llenado los bolsillos y los de todo aquel corruptible o corrompido. Una democracia surgida de la “invasión aliada” en la Segunda Guerra Mundial y que, si lo fue, es por la gracia de la “camorra” comprada, dice perfectamente que se entiende por democracia en la antigua Roma republicana.

Nuestro caso, más reciente, es el de los que ocupan el poder, cuando muere un Jefe del Estado que, elegido en una guerra civil, consigue levantar un país destruido en medio de una guerra mundial, un bloqueo internacional y la animadversión de quien representa a la más espermática masonería internacional. Ciertamente desde 1937 a 1975 se pasó de la destrucción a ser la octava potencia económica mundial, algo fenomenal, para quien estando en el poder y una vez eliminado a bombazo limpio quién podría impedir el regreso al pasado, pacto con la entrada en la moqueta, el evitar salir de ella. El medio, era repartirse el pastel y las migajas, expoliando a una Nación, que pasó de la octava a la treinta y seis en su potencia económica, pero que, a base de maquiavélicos pactos con terroristas y representantes de la destrucción de Europa, están destruyendo a España.

Nos encontramos con que lo mediático desprestigia a alguien y “alguienes” que todavía no han tocado poder, como Meloni, mientras en España esos mediáticos atacan fulgurantemente a desde dentro y desde fuera a quien representa una nueva opción, a la que por cierto se le acusa de cosas que todavía no ha podido hacer, pero que, si es culpable de no plantarse más dura en su devenir, lo que facilitaría echar fuera de sus filas, a quien desde dentro está destruyendo sus opciones. Personalmente soy testigo en una rueda de prensa, del lunes pasado, como antes de empezar el pseudoperiodista de un medio de derechas, pactaba con las chiquitas de la ultra-izquierda y el amarillismo más cutre: como acorralar a la portavoz de aquesta formación política. Todo en aras de aprovechar a una tránsfuga, a la que simplemente le habían fallado sus cálculos de encumbramiento.

Por desgracia, estamos viendo cómo los medios de comunicación se han convertido en medios de desinformación, y no solo en lo interno, sino también en lo internacional. Participaba este domingo en un medio televisivo de los que los servidores de Satán dicen que el contrario es de Satán, y hablábamos varios comentaristas políticos, militares y económicos, sobre los montajes tipo “primavera rosa” para desprestigiar a las autoridades del país al que le había tocado el turno de ser los malos de esta película. Y mientras en los telecircos se veían imágenes sesgadas, veíamos allí, las imágenes que se habían eliminado por lo sicarios de los lobbys de Wall Street. Verdaderamente patético. Aunque lo preocupante era lo que un comentarista, muy alejado de mis posturas políticas y más cercano a las que denunció, achacaba al “nerviosismo” de los suyos, quienes ven cada día más difícil ganarle la guerra a los que no quieren ser esclavos del tipo “1984”.

Por desgracia, lo que ha pasado en Italia este domingo, marcará lo que van a pisar el acelerador Vanguard o Black Rock o Bill Gates y sus amigos de la Internacional de la que hablaba el Jefe del Estado Español en sus discursos. ¿Nerviosismo?, puede, pero ellos tienen la sartén por el mango, ¿lograran quitársela y darles con ella una buena tunda? Lo sabremos bien porque seremos libres, bien porque volveremos a 1984. Y ahí lo dejo…

José Antonio Ruiz de la Hermosa es, de primera formación, Sanitario y Capitán retirado de Sanidad Militar. Después, historiador, escritor y divulgador. Actualmente dirige en Decisión Radio varios programas de divulgación histórica y “La Cortina de Humo” sobre la actualidad nacional.

Deja un comentario