Más libros y menos pantallas | Michael Desmurget

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Atención padres, educadores y gente a quienes les preocupa la infancia y la adolescencia. Acaba de salir publicado un manual para acabar con los cretinos digitales. El título lo dice todo: más libros y menos pantallas.
El autor es Michael Desmurget,  doctor en neurociencia y director de investigación en el Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica de Francia. Es autor de una vasta obra científica y de divulgación y ha colaborado en centros de investigación como el MIT o la Universidad de California. Con «La fábrica de cretinos digitales» ganó el premio Femina de las letras francesas. Lo que ocurre en Francia hoy, mañana será lo que vivamos aquí, si no es que ya estamos al mismo nivel de decadencia docente.

La propuesta es sencilla: ¡Que lean! Nuestros hijos leen cada vez menos. Sin embargo, cientos de estudios demuestran que ninguna otra forma de ocio ofrece tantos beneficios como la lectura, pues fomenta pilares fundamentales del desarrollo integral: las habilidades intelectuales, las emocionales y las sociales.

Michel Desmurget propone un enfoque optimista con soluciones concretas para frenar la invasión de las pantallas y ayudar a los padres a cultivar el placer de la lectura en sus hijos, con el fin de impedir que se conviertan en cretinos digitales. Insiste en que es importante que los pequeños y adolescentes lean libros en papel, que lo toquen. Que se sumerjan en ellos y que dibujen, subrayen y doblen sus páginas. Que atesoren libros, que acudan a las bibliotecas y que asistan a clase sin artefactos tecnológicos frente a ellos. Cientos de estudios demuestran que la lectura por placer tiene un impacto único en el aprendizaje cognitivo de los niños. Fomenta el lenguaje, los conocimientos generales, la creatividad, la atención, la escritura, la expresión oral, la autocomprensión y la empatía.

Está dividido en cinco partes, con un total de doce capítulos, y todos ellos terminan con un resumen. No es una obra científica, sino divulgativa, amena, basada en hechos y en experiencias. La conclusión es que no hay herramienta más útil para el desarrollo cerebral que un libro.

Como demuestra, los actores de la industria electrónica del ocio llevan a cabo intensas campañas de publicidad y presión para defender los ilusorios beneficios de sus productos para el cerebro de nuestros hijos. Mientras tanto, los editores de literatura infantil y juvenil y el resto de los profesionales del sector del libro guardan silencio, como si la calidad —por lo general, elevada— de su abundante producción bastase por sí sola para resolver el problema. Como si, en el fondo, los beneficios de la lectura fuesen evidentes y, por tanto, no necesitasen ni divulgación ni promoción. Esta obra aborda, precisamente, esas renuncias. Además, las propuestas pedagógicas digitales, de los colegios e institutos que se dicen a sí mismos como modernos y avanzados, son una buena campaña de marketing pero con resultados docentes más que dudosos. «Ha llegado el momento, si se me permite expresarlo así, de devolverle al libro el lugar que le corresponde y de demostrar que la lectura “por placer” no es en modo alguno una práctica elitista, reservada tan solo a unos cuantos eruditos privilegiados sino una necesidad acuciante para el desarrollo de nuestros hijos».

Frente a los efectos desastrosos de las pantallas, muchos padres y profesores no saben qué hacer. Los responsables políticos, que cada vez tienen menos hijos, lo solucionan todo con «más presupuesto», alimentando estructuras y burocracias estériles. Aquí, por lo menos, tenemos una voz que lleva tiempo alertando de los efectos perniciosos de las pantallas en el cerebro infantil. Lo bueno es que propone un enfoque optimista con soluciones concretas para evitar que nuestros hijos se conviertan en cretinos digitales. Está diseñado también como un manual, donde se proporciona información para comprender todo esto y ofrece herramientas para cultivar el hábito de la lectura en la educación del hogar y la escuela (Epílogo: «Convertir al niño en un lector»).

Este libro constituye una declaración de utilidad pública de los beneficios de la lectura por placer.

(Autor: Gabriel Cortina) 

Ficha técnica:

Más libros y menos pantallas
Michael Desmurget
Editorial Península
448 páginas

 

 

 

 

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