El desfonde de Kamala Harris, el resurgimiento de Trump y los estados clave que pueden inclinar la balanza

Las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos, programadas para el 5 de noviembre, están perfilándose como uno de los eventos políticos más críticos de la historia reciente. Mientras la vicepresidenta Kamala Harris se está desfondando a marchas forzadas y se encuentra bajo un intenso escrutinio dentro de su propio partido, Donald Trump no solo está recuperando fuerzas, sino que está consolidando su posición en los estados claves y volviendo a ganar el favor de un electorado que se siente cada vez más alejado de la administración Biden/Harris.

Lo que en algún momento parecía un segundo mandato garantizado para los demócratas, ahora está bajo seria amenaza, ya que Trump, con su base electoral sólida y un discurso dirigido a las preocupaciones de la clase trabajadora, está consiguiendo que los llamados «swing states» —o estados indecisos— se decanten a su favor.

A medida que se acerca la fecha decisiva, el panorama electoral está cambiando de manera acelerada. El control de estos estados clave puede determinar el futuro de la Casa Blanca, y si Trump logra una victoria suficiente en el voto popular y electoral, se minimizaría la posibilidad de que cualquier intento de fraude electoral —o «pucherazo»— pueda influir en el resultado.

Este artículo analiza el debilitamiento de las opciones de Kamala Harris, el renacimiento de la candidatura de Trump y cómo los estados dudosos podrían ser decisivos.

1. El bluf Kamala Harris y las crecientes dificultades dentro del Partido Demócrata

Kamala Harris llegó a la vicepresidencia en 2020 con grandes perspectivas en el pueblo norteamericano para ser la sustituta de Biden – se habló que habían pactado que le sustituiría a Biden a mitad de legislatura para preparar y asegurar la reelección-. Sin embargo, tras casi cuatro años en el gobierno, su popularidad ha ido disminuyendo, tanto entre los votantes como dentro de su propio partido. Las dudas sobre su capacidad para liderar el país en caso de que Joe Biden, el presidente más anciano en la historia de Estados Unidos, decidiese no continuar su mandato o no buscar la reelección en 2024, han generado incertidumbre entre los demócratas. Y ahora, como candidata siguen sin disiparse.

Incompetencia y falta de protagonismo político

Uno de los principales problemas que enfrenta Harris es la percepción de que no ha desempeñado un rol significativo dentro de la administración Biden. Es más, en lo poco que ha involucrado ha demostrado una incompetencia total. Aunque fue designada para encargarse de temas críticos como la inmigración, la reforma policial y la crisis fronteriza, Harris ha sido criticada por no lograr avances concretos en estas áreas. Su gestión ha sido un desastre. Esto ha llevado a una creciente desilusión entre los votantes demócratas y los sectores más izquierdistas del partido, quienes esperaban un liderazgo más fuerte y visible por parte de la vicepresidenta.  Como botón de muestra de su impopularidad, Kamala Harris tiene el registro de votantes negros más bajo de los últimos 50 años.

Incompetencia y bluf son las dos palabras que la definen.

Tensiones internas en el Partido Demócrata

Además de las críticas externas, Harris también se enfrenta a tensiones dentro de su propio partido. Varios líderes demócratas, han expresado en privado y en público sus dudas sobre su capacidad para unificar al partido de cara a las elecciones de 2024.

Aunque el golpe de estado dado por los demócratas en contra de Biden y a favor de Harris le ha dado una última baza, pero aún así, es vista con preocupación por muchos en el partido, que temen que su falta de popularidad y su incapacidad pueda poner en riesgo la continuidad demócrata en la Casa Blanca.

2. Donald Trump: el resurgimiento de una figura política 

Mientras Kamala Harris lucha por mantener a flote e intentar consolidar su posición dentro del Partido Demócrata, Donald Trump está aprovechando el momento para recuperar terreno en el panorama político estadounidense. A pesar de los múltiples intentos de quitarlo de enmedio que ha enfrentado desde que dejó la presidencia, Trump sigue siendo una figura dominante en el Partido Republicano y, lo que es más importante, en los estados clave que decidirán las próximas elecciones.

La consolidación de su base electoral

Uno de los mayores activos de Trump es su capacidad para mantener una base de apoyo leal y comprometida. A lo largo de los últimos años, ha logrado consolidar un electorado que lo sigue viendo como un líder dispuesto a enfrentarse a las élites políticas, mediáticas y económicas que, según él, han traicionado al pueblo estadounidense. Este mensaje resuena particularmente en los estados del cinturón industrial del Medio Oeste, donde muchos votantes sienten que las políticas de la administración Biden han fracasado en revitalizar la economía local.

El mensaje contra la inflación y el deterioro económico

La economía será uno de los temas clave en las elecciones de noviembre, y Trump ha sido especialmente efectivo en capitalizar el descontento por la inflación, los altos precios de la energía y las dificultades económicas que enfrentan los hogares estadounidenses. Trump ha logrado transmitir y visibilizar que la administración demócrata ha sido la responsable de la desaceleración económica, destacando que su propio mandato había conseguido la recuperación económica más rápida en décadas, hasta que la pandemia interrumpió su gestión.

Con la inflación como uno de los principales dolores de cabeza para los votantes, Trump ha redoblado sus esfuerzos en presentar a los demócratas como responsables de las políticas que han empeorado la situación financiera de millones de estadounidenses. Esta narrativa está ayudando a Trump a fortalecer su apoyo en los estados indecisos, particularmente entre los votantes de clase trabajadora, un grupo que fue crucial en su victoria de 2016 y que podría decidir las elecciones de 2024.

3. Los estados indecisos: el campo de batalla decisivo

En las elecciones estadounidenses, los llamados «swing states» son los que, al no tener una tendencia política clara y consistente, terminan inclinando la balanza electoral. Estados como Florida, Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Arizona y Georgia son vistos como los grandes escenarios de batalla en 2024, y en estos territorios es donde Trump parece estar ganando terreno.

Florida y Arizona: fortalezas republicanas

Florida, que ha sido un estado indeciso durante décadas, ha mostrado una inclinación cada vez mayor hacia los republicanos en las últimas elecciones. Con un gobernador republicano, Ron DeSantis, que ha implementado políticas conservadoras populares entre la base del partido, el estado parece más inclinado hacia Trump en esta contienda. Arizona, por su parte, es otro estado clave que ha experimentado un cambio significativo en los últimos años, pero donde la popularidad de Trump sigue siendo alta entre los votantes republicanos, especialmente tras los debates sobre las elecciones de 2020.

Las últimas encuestas le dan a Trump vencedor en ambos estados.

El cinturón industrial: Pensilvania, Michigan y Wisconsin

El llamado «cinturón del óxido» (Rust Belt), que incluye estados como Pensilvania, Michigan y Wisconsin, fue crucial para la victoria de Trump en 2016 y la posterior derrota en 2020. Sin embargo, las políticas económicas de la administración Biden, sumadas a la creciente inflación y la crisis energética, han generado descontento en estas regiones. Trump está aprovechando este malestar para recuperar el apoyo de los trabajadores industriales y las comunidades rurales que se sienten olvidadas por los demócratas.

Las últimas encuestas le dan a Trump vencedor en Pensilvania y Michigan y a Harris en Wisconsin.

Georgia y los votos afroamericanos

Georgia fue una sorpresa en 2020 cuando los demócratas lograron una victoria ajustada en este tradicional bastión republicano. Sin embargo, las recientes encuestas indican que Trump está recuperando terreno, en parte debido a su capacidad para movilizar el voto rural en las zonas más conservadoras del estado. Aunque Kamala Harris y los demócratas han intentado atraer al electorado afroamericano y urbano en Georgia, las cifras indican que la victoria se decanta por Trump.

Trump está adelante en todos los estados indecisos, menos Wisconsin

Con todo lo anterior, podemos señalar que Trump (al que han intentado matar de nuevo) está por delante en todas las Top Battlegrounds menos Wisconsin.

Arizona Trump +1.0

Nevada Trump +0.2

Wisconsin Harris +0.3

Michigan Trump +0.9

Pennsylvania Trump +0.1

North Carolina Trump +0.5

Georgia Trump +0.5

Y quedan 20 días…

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4. El temor a un fraude electoral y la posibilidad de una victoria clara de Trump

Una de las mayores controversias tras las elecciones de 2020 fue la acusación de Donald Trump y sus seguidores de que hubo fraude electoral. De cara a las elecciones de noviembre de 2024, Trump ha insistido en la necesidad de garantizar la transparencia del proceso electoral y ha sugerido que una victoria contundente evitaría cualquier posibilidad de un «pucherazo».

El argumento de una victoria incuestionable

La campaña de Trump está apostando por generar una movilización masiva que le permita obtener una victoria lo suficientemente amplia como para evitar cualquier disputa o acusación de fraude. Los republicanos han reforzado su red de observación electoral y han intensificado sus esfuerzos para garantizar que las reglas se cumplan estrictamente en todos los estados clave. Según los estrategas republicanos, una victoria clara en el voto popular y en los estados indecisos dificultaría cualquier intento de los demócratas de impugnar los resultados o alegar irregularidades en el proceso.

Conclusión

A medida que se acercan las elecciones presidenciales de Estados Unidos del 5 de noviembre, el panorama electoral sigue siendo incierto, pero la candidatura de Kamala Harris parece debilitarse, mientras que Donald Trump está recuperando impulso. Los estados indecisos serán el campo de batalla clave que determinará el futuro de la Casa Blanca, y Trump, a través de su retórica populista y su capacidad para conectar con los votantes de clase trabajadora, parece estar ganando terreno en estas zonas.

Si logra obtener una victoria suficientemente amplia, no solo derrotará a los demócratas, sino que también evitará que cualquier sospecha de fraude pueda empañar el resultado. El próximo mes será decisivo no solo para los Estados Unidos, sino también para el escenario global, ya que el retorno de Trump a la presidencia tendría implicaciones profundas en la política internacional y las relaciones geopolíticas del país.

En definitiva, todo parece indicar que salvo un atentado exitoso contra Trump o un fraude electoral sin precedentes, el vencedor de las elecciones del 5N será Donald Trump…pero aún quedan 20 días y pueden pasar muchas cosas

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