Y añade su directora general:

Las teorías de conspiración causan un daño real a las personas, a su salud y también a su seguridad física. Amplifican y legitiman conceptos erróneos sobre la pandemia y refuerzan estereotipos que pueden exacerbar la violencia y las ideologías extremistas violentas.

Esto es, la primera premisa de la Unesco es que la versión oficial es la verdadera y las demás son, incluso, una amenaza a la seguridad física de las personas. El que no comulgue con lo que digan los ‘expertos’ oficiales, es un extremista peligroso.

Campaña realizada por la Unesco, la Comisión Europea, Twitter y el Congreso Judío Mundial

La campaña, por cierto, se realiza junto a la Comisión Europea, Twitter y el Congreso Judío Mundial. Lo cierto es que no sorprende nada.

Según su propia página, la Unesco, el Congreso Judío Mundial y Facebook aúnan fuerzas contra los discursos de odio. Y lo justifican así: “En las redes sociales están proliferando toda clase de declaraciones en las que se niega, tergiversa o incluso de ensalza el Holocausto. Espoleadas por grupos neonazis y otros fuerzas extremistas, estas manifestaciones contemporáneas del antisemitismo se están difundiendo rápidamente en Internet. Para contrarrestar el auge de ese alarmante fenómeno, la Unesco está apremiando a las empresas de medios sociales a que cambien sus políticas para ponerle coto inmediatamente”.

Es tal el peligro que acecha al mundo que la Unesco se ha visto obligada a preparar diferente material para distintos supuestos que pueden perturbar la vida de los ciudadanos.

Con la expansión del Covid -ese es el mensaje de la Unesco- proliferaron teorías de la conspiración sobre su origen y sus efectos. Desde quienes afirmaban que se creó en un laboratorio hasta cuestionar aspectos de la vacuna o identificar esas mismas vacunas o las mascarillas como mecanismos de control de la población por parte del Estado.

Pensar con la oficialidad

Otro aspecto a tener en cuenta y una de las claves de la campaña: nuestras propias creencias pueden ser mentira, si no están alineadas con la oficialidad. Es mejor que no pensemos por nosotros mismos. La Unesco, Facebook, Twitter y el Congreso Judío Mundial lo harán mucho mejor.

Por cierto, si pensamos en España, no nos olvidemos de los Newtral, Maldita y otros verificadores que, como la Unesco, velan por la verdad… Siempre la suya, claro está.