El jefe de gabinete de Sánchez y el ministro de Presidencia chocan para controlar el Gobierno y el partido. La excusa: no están bien definidas las funciones de cada uno. Y es que la vanagloria y la soberbia aparecen cuando tocas el poder
Esa fue la perdición de Iván Redondo
Es más, algunas fuentes apuntan que de los dos, es Bolaños quien se considera más sucesor de Pedro Sánchez. Y todo porque, dicen, está absorbiendo rápidamente todo el poder que le ha dado el presidente del Gobierno. Estas fuentes vienen a decir que es lógico que alguien que gestiona el engranaje del Ejecutivo se imagine al frente de él. O, al menos, con más poder. Y esa fue la perdición de Redondo, ya que Sánchez se limitó a cortarle la cabeza cuando se lanzó a tomar el control del PSOE.
El otro problema es que las funciones que ejercen ambos en Moncloa son, en ocasiones, indistinguibles, de manera que el lío está servido al igual que les pasó a Calvo y Redondo, quienes reconocieron su mala relación. Según el decreto que regula el cometido del gabinete de la presidencia, López debe “conocer los programas, planes y actividades de los distintos departamentos ministeriales […] para facilitar al presidente del Gobierno la coordinación de la acción del Gobierno”.
Algo parecido a lo que tiene que hacer Bolaños desde Presidencia, según recoge la propia web institucional: “La coordinación interministerial que le encomienden las disposiciones vigentes, el Gobierno o su presidente y la coordinación y el análisis de la calidad de la actividad normativa del Gobierno”. En definitiva: asegurarse de que sus compañeros en el Consejo de Ministros no se pisan y de que las normas que elaboren cumplen los estándares.
La clave Belarra
Los dos hombres de Sánchez trabajan todos los días mano a mano con el resto de equipos ministeriales en Moncloa. Y es ahí donde se producen algunas fricciones, porque según ha sabido este diario de fuentes gubernamentales, López aborrece a Unidas Podemos aunque pertenece al ala izquierdista del PSOE.
Nada que ver con su ‘alter ego’ en Moncloa. Y es que Bolaños, sin ir más lejos, tiene una magnífica relación profesional y personal con la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra. Pese a que el ministro de presidencia no está tan escorado a la izquierda en lo ideológico, lo cierto es que la coordinación con la secretaria general de Podemos es “total”. En parte, porque la relación entre ambos está engrasada desde que los dos se encargaron de negociar la estructura del Gobierno antes de que la coalición echara a andar hace poco más de dos años.
(Con información de VozPopuli)