La OMS pide 1.500 millones de dólares para mantener su chiringuito 

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¿La excusa? atender las emergencias sanitarias que se den en 2025

La Organización Mundial de la Salud (OMS) necesita mantener su chiringuito. Y para ello, enumera un catálogo de desastres naturales y brotes epidémicos que provocarán, según la OMS, que unos 300 millones de personas requieran ayuda humanitaria. Pare ello, la entidad ha pedido a los gobiernos, empresas y otros donantes 1.500 millones de dólares para atender estas emergencias.

¿La excusa? Pandemias y Epidemias. La nueva normalidad

La OMS ha establecido que los brotes de enfermedades como la malaria, el sarampión o la polio serán prioridades, sin olvidar los riesgos latentes de virus como la gripe aviar o la mpox. Con el recuerdo reciente de la pandemia de covid-19, Tedros subrayó: «Sin una financiación adecuada o sostenible, nos enfrentamos a la tarea imposible de decidir quién recibe ayuda y quién no«.

La situación en países como Sudán, Ucrania o Yemen ilustra los conflictos que agravan las crisis sanitarias. “En Yemen, años de conflicto han dejado a millones vulnerables a las enfermedades y la malnutrición”, indicó Tedros, quien recordó su experiencia personal al sobrevivir a un ataque en el aeropuerto de Saná.

La OMS y los intereses privados

La financiación de la OMS depende en gran medida de donantes privados como Bill Gates – en 2020-2021 donó 591 millones de dólares y 400 millones a través de GAVI)-, lo que plantea serias dudas sobre la neutralidad y los intereses reales de la organización. Estas donaciones de las élites globalistas, utilizan a la OMS como testaferro para influir en las políticas sanitarias mundiales, direccionando a las naciones según sus propios intereses.

El modelo de financiación actual permite que estas élites dicten las acciones de la OMS, convirtiéndola en un instrumento al servicio de sus agendas globalistas, dejando a los Estados en una posición subordinada. “La OMS, con su dependencia de fondos privados, no está respondiendo a las necesidades reales de los pueblos, sino a los intereses de sus principales financiadores”, afirmó un analista sanitario.

Usurpación de la soberanía nacional

El control que la OMS intenta ejercer sobre las políticas sanitarias nacionales es una amenaza directa a la soberanía de las naciones. Bajo la excusa de emergencias sanitarias globales, impone directrices que, muchas veces, no se ajustan a las realidades de cada país. Esto se traduce en una pérdida de autonomía para los gobiernos, que se ven obligados a seguir las pautas dictadas por una organización cuya independencia está claramente en entredicho.

Es fundamental que los Estados recuperen el control de sus políticas sanitarias, desmarcándose de las imposiciones de una OMS que actúa como instrumento de las élites globalistas. La petición de 1.500 millones de dólares es sólo la punta del iceberg de un sistema que busca perpetuar su poder a expensas de la soberanía nacional. La verdadera seguridad sanitaria solo puede ser garantizada por gobiernos que actúen en el mejor interés de sus ciudadanos, libres de la influencia de organizaciones que responden a intereses ajenos.

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