La ley de Bienestar Animal, además de ideológica, es un coladero de subvenciones para chiringuitos animalistas

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Más chiringuitos: Se crearán dos nuevos organismos públicos integrados por representantes de ministerios, Comunidades Autónomas y asociaciones animalistas.

La ley de Bienestar Animal de la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, la comunista Ione Belarra, ha sido un coladero de la agenda ideológica animalista, pero además, abrirá de par en par las puertas de las subvenciones públicas a este tipo de chiringuitos animalistas.
Creación de chiringuitos y sin necesidad de cualificación

«Llevar a cabo esta ley supone un incremento de gasto tremendo aunque en la propia ley no se diga. El papel lo aguanta todo, pero la realidad es que se generan organismos nuevos como el Consejo Estatal de Protección Animal y el Comité Científico y Técnico de la Protección y Derechos de los Animales«, explica el veterinario Manuel Fuentes, que también es cetrero y miembro de Nostra Terra, una asociación sin ánimo de lucro que tiene como función principal promover la conservación de la riqueza natural de España.

Manuel Fuentes destaca que la ley no exige ningún tipo de cualificación para los miembros que van a integrar ese consejo y ese comité. «Cuando uno piensa en los dos comités, piensa en personas de relevancia en el mundo científico, pero no es así». Sus miembros serán representantes de los ministerios, comunidades autónomas y entidades locales, dirigidos por la persona que designe la comunista y seguidora de la agenda animalista, Ione Belarra.

El Consejo estará presidido por una persona del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 con rango de Director General y estará integrado por representantes de los departamentos ministeriales, las Comunidades Autónomas y las Ciudades de Ceuta y Melilla (…) así como representación de las entidades locales a través de la Federación Española de Municipios y Provincias. Su composición concreta y sus funciones se determinarán reglamentariamente (…) garantizándose, en todo caso, la participación de las organizaciones profesionales y de protección de los animales más representativas. (Artículo 5.2 de la Ley de Bienestar Animal)

«Sólo habrá un miembro del Colegio de Veterinarios, cuya opinión y voto se diluirán entre los del resto de responsables políticos», denuncia Fuentes. «Tal y como está redactada la ley, en el consejo y el comité cabe todo el mundo, porque no estamos hablando de catedráticos o profesionales con experiencia. Eso sí, en el artículo 7 se hace hincapié en que debe haber una presencia equilibrada de hombres y mujeres. Es una ley ideológica desde el principio hasta el final».

La ley también destaca que tendrá que garantizarse en todo caso «la participación de las organizaciones profesionales y de protección de los animales más representativas», es decir, lo lobbies animalistas: Faada, ANDA, AAP Primadomus y AnimaNaturalis. «Esta ley lo que intenta es clarísimamente es una vía de financiación para chiringuitos», afirma Fuentes.

Ambulancias, veterinarios e instalaciones especiales

La ley de Bienestar Animal también obliga a todos los Ayuntamientos, independientemente de su número de habitantes, a contar con un «servicio de urgencia para la recogida y atención veterinaria disponible las veinticuatro horas del día», es decir, un sistema sanitario de ambulancias, veterinarios y clínicas similar al de los humanos.

Fuentes destaca que es «demencial» obligar a que los ayuntamientos dispongan de establecimientos habilitados para atender a cualquier animal: caballos, reptiles, anfibios, aves… «Esto demuestra que es una ley pensada exclusivamente para perros y gatos urbanos». También incide en que nuevamente la ley pide la colaboración con entidades de protección animal: «Es una coletilla que se repite a lo largo del texto continuamente y que persigue abrir vías de subvención a estas organizaciones para captar dinero público», señala Fuentes.

Equipara a personas con animales

«Llevar la ley de Bienestar Animal a la práctica va a conllevar un gasto público», resume Fuentes. «Porque en esta ley hay dos pilares básicos: equiparar en el mismo plano a personas y animales y, en segundo lugar, generar unas formas de subvención para las asociaciones animalistas. Todo lo demás, gravita en torno a estas dos cuestiones«.

(Con información de Libertad Digital)

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