Guerra de desinformación y manipulación informativa | Javier Muñoz

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Desde que apareció la pandemia del Covid-19, hemos visto cómo se utilizaban nuestros miedos y zozobras, agravados o minorados a conveniencia de quien ha conseguido en estos 42 años montar un cuasi-monopolio del mundo de la Información, con un gigantesco aparato de medios y periodistas, constantemente regados de prebendas y fondos públicos procedentes de gobiernos socialistas, cuando no de regímenes incluidos en lo que se ha llamado Socialismo del Siglo XXI, o de teocracias absolutistas de fuera de nuestras fronteras, con oscuras intenciones de influir en los asuntos de nuestro país.

Así hemos podido ver cómo, desde que la OMS comenzará a dar avisos de lo que se venía encima, este Gobierno Social-comunista, fue derivando las sensaciones y descontentos por su inacción o incompetencia, bien hacia la irrelevancia, silenciándolas, bien señalando hacia administraciones de  la Oposición, como en el caso de Madrid.

Hemos podido constatar cómo se restaba importancia y se silenciaban los primeros avisos de pandemia: la permisividad de manifestaciones feministas, políticas y deportivas de los primeros días de marzo, la inacción del Vicepresidente Iglesias tras asumir el mando y coordinación de la gestión unificada de las Residencias de Ancianos (centros no medicalizados), el relevo de la Gestión Sanitaria por el Gobierno Central (retirándoselo a las CCAA, para devolvérselo tras dos meses de desastrosa incompetencia), o la Logística de Compras de Material Sanitario, requisando e interviniendo inicialmente los canales utilizados regularmente por ellas e improvisando otros nuevos, desconocidos y sospechosos, que resultaron más arriesgados y caros, lo que supuso de hecho un retardo fatal en la disponibilidad de esos recursos para atajar la explosión vírica entre marzo y junio.

Tres meses que nos pusieron a la cabeza mundial de contagios por número de habitantes, de sanitarios afectados por el Covid-19 y de letalidad o número de fallecidos en relación al número de infectados y de habitantes. 

A la vez que se minoraban o se negaban estos datos se creaba una cortina de humo para desviar la atención hacia la Comunidad de Madrid por la gestión de las Residencias de Ancianos y su falta de medios sanitarios.

Para ello no dudaron en obviar que se trataba de miles de instalaciones cuya función es netamente residencial y de entretenimiento para hacer llevadera la ancianidad de nuestros mayores, imposible de dotarles de los servicios sanitarios y las especialidades de la red de hospitales públicos y privados de la Sanidad Española, a la que se recurre cuando es preciso como todos los demás ciudadanos. La demagogia es de aplicación siempre que pueden sin pudor alguno y sin importar las consecuencias. 

Naturalmente se ocultaba que la sobresaturación de la Red Hospitalaria aconsejaba a las autoridades sanitarias a confinar y atender a los mayores en las propias residencias para evitar tenerles por los suelos o en camillas en las Urgencias de dichos hospitales y que el Vicepresidente Iglesias era el encargado de coordinar todo ello.

Por contra, los aciertos de la C. de Madrid, reconocidos internacionalmente, eran ocultados o atribuidos a entidades que dependían jerárquicamente del Gobierno Central:

   Caso de los convenios con hoteles privados, para medicalizar 9.000 camas en las que confinar infectados leves, asintomáticos o en cuarentena y separarlos así tanto de enfermos más graves como de entornos sanos, lo que además de evitar contagios, permitió dedicar todas las potencialidades de los Sistemas Sanitarios, públicos y privados, a descongestionar los centros hospitalarios y dedicarlos a atender a verdaderos enfermos graves. 

   O tratando de derivar el éxito de la creación en IFEMA en apenas 48 horas, de un macro hospital de 5.500 camas medicalizadas y UCI’s, al grado de participación del Ejército en el operativo, obviando que lo hicieron a las órdenes de la Comunidad de Madrid, propietaria de las instalaciones y en cuyo operativo, coordinado y soportado por su Consejería de Sanidad, colaboraron ejemplarmente tanto empresas privadas como técnicos, soldadores, fontaneros y electricistas privados que acudieron espontáneamente a ayudar, ante el dramático llamamiento de la Comunidad. 

    O la transformación en morgue de las pistas de un conocido centro privado de patinaje sobre hielo, evitando así la acumulación de cadáveres en hospitales, residencias de ancianos y domicilios privados, pendientes de que funerarias, cementerios e incineradoras pudieran ocuparse de ellos. 

Todos pudimos comprobar cómo durante el mes de junio y ante los efectos del confinamiento de toda la población, aquel Comité de Expertos que nunca existió, iba discriminando «por razones técnicas» a la Comunidad de Madrid, frente al resto, dejándola para el último lugar en la desescalada, sin importarles lo más mínimo el daño económico que con ello le producía a sus estructuras económicas y empresariales y dando pie a que todo el país tratase a sus habitantes como apestados. 

Tras todo esto y por si fuera poco, hemos pasado todo el verano (Julio y Agosto), con un Gobierno Central “missing” o de vacaciones, dejando la evolución de la pandemia, nunca controlada del todo, en manos de las CCAA sin ninguna coordinación entre ellas, con la inmigración ilegal a través del Estrecho y los flujos de entrada a nuestro país (estaciones de ferrocarril y aeropuertos internacionales) sin ningún tipo de controles por PCR’s y dejando la vuelta de las vacaciones, con la reincorporación al trabajo y a las escuelas, sin planes de homologación y contingencia hasta una semana antes del mes de septiembre. Un paréntesis que apenas ha despertado critica alguna por los canales mediáticos masivamente controlados por el Gobierno.

Cómo era de esperar, todo esto ha tenido su correspondiente efecto en forma de rebrotes de infección por todo el país, particularmente en Cataluña, Aragón, País Vasco, Comunidad Valenciana, Castilla la Mancha, Andalucía y otros focos más aislados…, y ¿cómo nó?, vuelve a ser de nuevo Madrid el foco de todas las atenciones mediáticas: todos han señalado cómo las comunidades vecinas (especialmente socialistas) ponían el foco en «la explosión nuclear» que Madrid irradiaba a sus vecinos, los medios de comunicación afines y los portavoces del Gobierno todos a una arremeten, ¿contra quién?: contra Madrid, su Presidenta y todas las Consejerías que guardan alguna relación con el problema: Sanidad, Asuntos Sociales, Educación…

  Del efecto de la falta de controles en el aeropuerto de Barajas, vector principal de entradas internacionales de nuestro país y de la permeable movilidad entre provincias vecinas cuyos habitantes acuden a diario a su trabajo y ocio en Madrid silencio absoluto, pese a los constantes requerimientos por parte de la CAM desde el comienzo de la desescalada. 

En toda esta persecución perfectamente organizada para soliviantar a los madrileños y lanzarle contra el Gobierno Regional, son resaltables y resultan curiosas y ofensivas las diferentes formas de manipulación, con que, con la apariencia de espontaneidad, supuesta transparencia y objetividad se miente y manipula a los españoles, recurriendo a todo tipo de trampas y juego sucio que ofenden nuestra inteligencia, pero que a juzgar por los resultados electorales y las encuestas, tienen demostrada su eficacia, veamos algunas:

1. Manejo perverso de la Estadística: tomados los datos en términos absolutos es evidente que éstos siempre serán mayores en las Comunidades con mayor población y más densamente pobladas.

     Madrid como comunidad uni-provincial siempre estará a la cabeza. La probabilidad de contagio al ser la capital administrativa del Estado, donde están la Presidencia del Gobierno y todos los Ministerios es superior a otras provincias. Además ser el centro geográfico del país, punto cultural y de paso entre todas las provincias y lugar reivindicativo de todos los conflictos del Estado tampoco ayuda. Pero con todo, si estas estadísticas se midieran en función del número de habitantes descubriríamos, oh casualidad, que Madrid queda muy atrás en el ranking de la desgracia, pero claro, eso aunque lo saben no les interesa.

2. Presentación y debate en los Medios: la manipulación aquí es más variada y grosera. Básicamente tiene que ver con la elección de los temas a resaltar durante los informativos y los debates. 

   Se trata de bombardear unas noticias, a menudo sacándolas de contexto, al tiempo que se silencian otras que no interesa divulgar. Lo vemos constantemente en RTVE, SER, MEDIAPRO, A3MEDIA, EL PAIS y tantas y tantas cabeceras de medios Autonómicos afines o controlados internamente por los Sindicatos.

    Por otro lado a la hora de seleccionar los temas a tratar y los participantes en debates, fijar la proporción y el nivel del número de opinantes, grado de compromiso con la causa progresista o incluso participantes con posiciones de matices contradictorios en «las Derechas» en contraposición a la uniformidad de los afines a «las Izquierdas». Lo vemos en programas de todos conocidos en la SEXTA, CUATRO, RTVE y tantas otras. 

Pero lo más grave es cómo se manipula a la audiencia a la hora de seleccionar los sketches o entrevistas que ponen en suerte las ideas fuerza que se quieren fijar en la opinión de los oyentes y fijarse en los debates: desde la selección de las preguntas intencionadas a las respuestas escogidas de entre las que más interesan a quienes dirigen el programa y el desecho del resto. Pero lo peor es cuando sin ningún tipo de escrúpulos ni pudor se pide opinión en nombre de supuestos colectivos profesionales, teóricamente cualificados e imparciales, a quienes no son más que militantes seleccionados para preformar la opinión de la audiencia, ocultando el grado de afinidad con opciones progubernamentales o progresistas: Asociaciones Sociales, Sindicatos de Médicos, personal de Enfermería, representantes de Medios afines, etc… 

   Con todo ello  bajo la apariencia de transparencia y objetividad se predispone al auditorio de forma ideológica según interesa y a costa del desprestigio y manipulación de los verdaderos especialistas y profesionales acreditados, cuya opinión les es sustraída sin ningún tipo de vergüenza. 

Ahora toca de nuevo dejar a un lado la dejación e incompetencia de un gobierno que prefirió irse de vacaciones a mantenerse a la cabeza de la lucha contra la Pandemia y en cambio vuelve a trazar el foco, otra vez, sobre la Comunidad de Madrid por banalidades tales como si se han producido colas y esperas para hacer PCR’s al personal de Educación que en apenas unos días tendrán que asumir el regreso de los escolares a las escuelas y universidades o sí se piden voluntarios, interinos o no, para controlar la trazabilidad de los contactos que han podido tener los nuevos detectados con los PCR’s. 

El objetivo como se ha hecho con éxito en otros casos, es claro: preparar el terreno para el asalto a la Comunidad de Madrid, que desde el Tamayazo se les resiste y que desde entonces no han cesado de buscar por fuera de las urnas, ya que los madrileños siempre les han dado de lado. Pero los madrileños no son tontos, aunque ellos crean que sí. ¿Lo conseguirán esta vez?. 

Javier Muñoz Barrios | Informático

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