Y Bernardo Arévalo ha sabido moverse en la ambigüedad ideológica para no comprometerse de momento. El caso es que Arévalo nunca ha apoyado directamente -al menos en público- la ampliación del aborto, que en Guatemala sólo se permite si hay riesgo para la vida de la madre. Tampoco se ha posicionado a favor de las uniones de personas del mismo sexo, aunque su discurso, durante la campaña electoral, no fue tan contundente como el de Torres. “En este día (17 de mayo), quiero reiterar mi compromiso junto con @msemillagt de combatir los discursos de odio, discriminación y distintas violencias a las que se somete a las personas de la comunidad LGBTIQ+”, publicó a través de Twitter (ahora X) y repitió a lo largo de la campaña.

Ley de Protección de la Vida y la Familia

Conviene recordar que en marzo de 2022, bajo la Presidencia de Alejandro Giammattei -miren por dónde, vinculado a casos de sobornos y corrupción- Guatemala aprobó la Ley de Protección de la Vida y la Familia con el objetivo de “resaltar el derecho a la protección de la vida, la familia, la institucionalidad del matrimonio entre un hombre y una mujer, la libertad de conciencia y de expresión, así como el derecho de los padres para orientar a sus hijos en los ámbitos de la sexualidad”.

Es lógico, pues, que el mensaje de Arévalo durante la campaña no fuera más claro, pero ahora que ha ganado es sólo cuestión de tiempo ver hacia dónde y hasta dónde pretende llegar. Para empezar, todos los medios españoles le califican de progresista. O sea, un izquierdista o de extrema izquierda. Malos tiempos para la cultura de la vida y de la familia en Guatemala.

(Con información de Hispanidad)