La orquesta sigue sonando pero todo el mundo percibe el fin de ciclo
El sanchismo es un gobierno Titanic. Hace como que no pasa nada y que todo está controlado pero lo cierto es que el gobierno está sobrepasado. Es verdad que la orquesta sigue tocando como si la fiesta no hubiera terminado, pero todo el mundo busca un refugio donde poder sobrevivir a tanta ineptitud.
Es verdad que la crisis del covid y la guerra en Ucrania afecta a todo el mundo, que ha habido un shock de producción y que la inflación se ha disparado. Pero también es verdad que algunos países se anticiparon a los problemas y los afrontaron mejor, mucho mejor. España es el país que más sufrió el covid y que mayor inflación acusa. Y eso es más pobreza. La culpa puede tenerla Putin. Pero la culpa del diferencial con países de nuestro entorno es exclusiva del gobierno.
La receta para salvar el escollo es más impuestos y más gasto. Cuando todos los países de nuestro entorno bajan impuestos, el nuestro ni se plantea deflactar la tarifa del IRPF que no es otra cosa que adecuarla al IPC para que no penalice la progresividad fiscal una falsa riqueza que no es tal. Nada. Agua.
Y ya el último conejo de la chistera es el impuestazo a la banca, que no es un impuesto sino un gravamen indirecto pluscuamperfecto. Cuando se darán cuenta de que -como diría Echenique- si anda como un pato y dice Cuá Cuá probablemente sea un pato. Si se impone es un impuesto. Si lo quieren llamar tasa o gravamen, es indiferente.
Porque lo que es seguro es que el sobrecoste se trasladará a los clientes; más inflación. – Y si no se traslada a los clientes, se contraerá el crédito-; más recesión. Gracias, Sánchez. El gobernador Hernández de Cos ya ha advertido que el BCE no lo ve con buenos ojos. La AEB anuncia litigios y el Santander saca tarjeta amarilla: el impuestazo reducirá el crédito en 50.000 millones de euros.
Da igual. Sánchez se ha vestido de Robin Hood: robar a los ricos para dárselo a los pobres. Y lo malo es que la retórica revanchista puede que funcione. Pero el mensaje de que si las cosas te van mal no puedes despedir pero si te van bien te crujo es exactamente lo contrario que se necesita para atraer inversión. Y sin inversión no hay riqueza ni empleo. ¿Le importa a alguien?
Luis Losada Pescador| Periodista