El juez considera que la agresión a dos antidisturbios fueron un ataque a su vida y su integridad física
Ni 48 horas ha durado la alegría en la casa del pobre socialista. Y mira que ha tenido que tragar sapos. Todos. Puigdemont exigía ampliar el perímetro de la Ley de Amnistía a los delitos de terrorismo para garantizarse la impunidad. Voilá. Ahí estaba Bolaños ejerciendo de contorsionista para diferenciar el terrorismo que viola gravemente los Derechos Humanos de otras formas de terrorismo. ¿Humanitario quizás?
El ‘papelón’ era tan burdo que en tiempo real inventan argumentario: ‘todos sabemos lo que fue el terrorismo etarra y ese afortunadamente no existe y lo del 1 de octubre no tiene nada que ver; quien los quiere equiparar sólo pretende confundir’. Y ahí está todo el gabinete Sánchez repitiendo argumentario. Miente que algo queda. Porque destrozar un cráneo de un policía siempre será terrorismo. En el País Vasco, en Cataluña y en Sebastopol. Y la Justicia española lleva muchos años juzgando lo que se llamó “terrorismo de baja intensidad”, la llamada ‘kale borroka’.
Y en los disturbios de 2019 tras conocerse la sentencia del procés, estalló la violencia. Terrorista. Y el resultado fue de dos antidisturbios gravemente heridos con unas agresiones “incompatibles con la vida y la integridad física”, señala el auto del juez García Castellón. Tampoco cabe descartar el ánimo de homicidio en el caso de un tercer servidor público. El tema fue tan grave que hasta Sánchez se personó en el hospital para mostrar su apoyo a los policías gravemente heridos. Por tanto, no cabe la exclusión de la enmienda pactada entre el PSOE y Junts.
Pero es que además, García Castellón considera que las responsabilidades máximas recaen en Puigdemont que a pesar de ser advertido de la posibilidad de que hubiera muertos, no frenó las movilizaciones. Apreteu. Ergo mantiene la imputación al prófugo por presunto delito de terrorismo en aplicación también de lo dispuesto en el derecho europeo. Guiño al Tribunal de Justicia de la UE…
¿Y ahora qué? Ahora habrá que esperar a ver que ficha mueve el fugado de Waterloo. El gobierno dirá que no controla a los jueces, que no tiene la culpa de que haya ‘lawfare’, que la culpa es del PP que tiene secuestrado el poder judicial. Muy bonito para el relato pero poco esperanzador para el del maletero que mantiene sus contingencias penales.
La duda es si Puigdemont romperá la baraja o no. Probablemente no porque es casi imposible encontrar un chollo mayor que Sánchez. Patalear, amenazará, amagará, pero finalmente aceptará pulpo como animal de compañía. Y vuelta a empezar. Vuelve la burra al trigo porque para quien no tiene otro elemento en su agenda personal, vital y política. ¿Lo último? Volver a enmendar la ley para eludir el falló de García Castellón.
En Ferraz la situación está muy tensa y hay riesgo de explosión.. Tras la acusación de Page de que el PSOE está en el extrarradio de la Constitución y su compadreo con barones populares, los de Ferraz se señalaron la puerta de salida y el castellano-manchego reculó. Sin novedad en el Alcázar.
Luis Losada Pescador | Periodista