El recorrido de las élites hacia la agenda 2030

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Los personajes de las élites globalistas del presente son los herederos de los ideólogos del pasado, que continúan con el plan destructor que amenaza nuestra realidad. Para una mejor comprensión, daremos unas pinceladas sobre este proyecto de control de la humanidad, así como de algunos de sus protagonistas más insignes.

En la actualidad se habla de Bill Gates, de George Soros o de Klaus Schwab y se continúa citando a los clásicos e incombustibles de siempre tales como Kissinger, la saga Rockefeller y la Rothschild. Desandar lo andado y llegar al origen de estos grupos ideologizados que derivarían en lo que hoy constituye la Agenda 2030, no es nada fácil, pero vamos a dar algunos datos cronológicos muy significativos.

En 1913 se crea la Fundación Rockefeller, activa aún en nuestros días, muy involucrada en los proyectos de manipulación, a través de la educación, la sanidad, la política o los conflictos armados.

La Primera Guerra Mundial fue un hito importante. Sirvió para que arrasaran el imperio de los zares e hiciesen de Rusia una especie de fortaleza del comunismo; lo mismo que la Revolución Francesa había erradicado la monarquía e iniciado el proceso de descristianización de Francia.

En 1921 se funda el Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, por sus siglas en inglés). En 1937, la citada  Fundación Rockefeller, que llevaba un cuarto de siglo funcionando, inicia el Proyecto de Investigación de la Radio, con el fin de conocer la influencia de la radio en los oyentes.

Después de la Segunda Guerra Mundial se actualizan y aceleran los planes para el mundo futuro, siempre de manera críptica y ocultando a los ciudadanos el verdadero propósito del proyecto. A la masa se le proporcionará el pan y circo adecuados a los tiempos y se controlarán los poderes fácticos y las instituciones: ciencia, educación, religión, justicia, prensa, y cualquier ámbito relacionado con el hombre y su evolución como ser mental y espiritual.

En 1945 se crea la ONU, con su Carta de Derechos Humanos y sus organismos internacionales, de los cuales la OMS se convertiría en portavoz de las élites para controlar el mundo a través de la salud.

En la actualidad, la OMS es una especie de pantalla de un gran conglomerado de chiringuitos, del que forman parte organismos especuladores y que, en realidad, son lobbies, think tanks e institutos peculiares, dirigidos por millonarios sin escrúpulos. Muchos de ellos están involucrados, directa o indirectamente en el diseño de la nueva moral, así como en la fabricación de agroquímicos, transgénicos y medicamentos, justo lo que mantiene al Primer mundo crónicamente enfermo y medicado, y a los africanos y asiáticos muriendo por miles o naciendo con gravísimas taras, por los efectos secundarios de sus panaceas. El negocio es redondo. Y esto lo consiguen presionando a los países de diferentes maneras.

Asimismo, se funda la Comisión Trilateral, El Club de Roma, el Instituto Tavistock y el Club Bilderberg, que tienen como matriz sociedades secretas –logias—, como la B’nai B’rith o Hijos de la Alianza, el Consejo de los 33, el Gran Consejo de los 13, la Liga de los Hombres o El Tribunal.

Los conceptos izquierda y derecha utilizados en política, son solo armas de control, con el fin de crear disensión, enfrentamiento y caos; propiciar que la humanidad continúe en el bucle de las guerras que ellos diseñan, programan y ejecutan. Por ejemplo, Europa está inmersa ahora en el conflicto de Ucrania, cuyo origen y objetivos nada tienen que ver con la realidad. No hay guerra o revolución sin un diseño previo. Como bien expresó en su día Franklin Delano Roosevelt: “… en política, nada es casual. Si algo sucede, estad seguros de que se planeó así”.  Todos los grandes movimientos bélicos han sido cuidadosamente planificados: desde las guerras de la independencia de las colonias, la revolución francesa o la revolución rusa a las dos contiendas mundiales. Lenin se había dado cuenta de ello, a juzgar por sus palabras: “Detrás de la Revolución de octubre hay personajes mucho más influyentes que los pensadores y los ejecutores del marxismo”.

Esto no quiere decir que todos sus planes les hayan salido bien a lo largo del tiempo, ni que lo que tienen previsto para la humanidad del futuro vayan a poder concretarlo en su totalidad. No nos cansaremos de repetir que el ser humano es mucho más poderoso de lo que cree. Por eso siempre decimos que hay que mantener viva la esperanza y poner en valor nuestras potencialidades.

(Con información de El Diestro)

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