Siguiendo la agenda globalista: La coalición PP-PSOE rechazan moción que pide que los vecinos puedan decidir si quieren o no un centro de menas en su barrio

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El Partido Popular y el Partido Socialista han rechazado una propuesta en el municipio de Torrelodones (Madrid) que pedía que los vecinos decidan si quieren o no un centro de menas o de inmigrantes ilegales en su barrio.

En los últimos años, se ha hecho evidente que tanto el PP como el PSOE, a pesar de presentarse como partidos opuestos en la arena política, en muchos aspectos terminan alineándose y votando de manera similar. Y es que no podemos olvidar que ambos responden a intereses globalistas.

Un claro ejemplo de esta simulada y teatralizada dualidad se refleja en su postura respecto a temas como la inmigración masiva y, más concretamente, en la gestión de los Menores Extranjeros No Acompañados (MENA). La reciente situación en Torrelodones, un municipio en la Comunidad de Madrid, es solo un episodio más en una tendencia que no es nueva, y que muestra cómo ambas formaciones coinciden en apoyar agendas «globalistas».

El caso de Torrelodones: una muestra de la sintonía entre PP y PSOE

En el municipio de Torrelodones, la propuesta presentada por el partido VOX para que los vecinos pudieran decidir si deseaban un centro de MENA en su barrio fue rechazada por la coalición implícita del PP y el PSOE. Esta moción no solo buscaba dar voz a los residentes sobre la ubicación de estos centros, sino que planteaba una reflexión más amplia sobre la inmigración ilegal y las consecuencias que tiene para las comunidades locales.

Sin embargo, tanto el cómplice PP como el PSOE votaron en contra de esta iniciativa, argumentando que este tipo de propuestas promueven la discriminación y fomentan el rechazo a la integración. La concejal del PP, Manuela Sánchez, se mostró especialmente crítica,  acusándolos de incitar al odio y la xenofobia.  «Me quedo perpleja con su promoción e incitación a la discriminación contra personas por su origen». «Es verdad, es más fácil rechazar y no ayudar; es más fácil victimizarse que fomentar un buen desarrollo. Todo es más fácil un humanidad, ¿verdad?», ha manifestado. Típico discurso demagógico de un partido alineado con el globalismo

Esta respuesta del PP lo que constata es una alineación total cn una agenda política que trasciende las fronteras de España y se inscribe en el marco de las políticas migratorias impulsadas por las élites globalistas y sus organismos supranacionales. Es una agenda,  en definitiva, que promueve una inmigración -masiva legal e ilegal- y el efecto llamada, sin tener en cuenta los problemas reales de adaptación, convivencia y saturación de servicios sociales y sanitarios que están sufriendo muchos municipios.

La inmigración masiva: dos caras de la misma moneda

Lo que ha sucedido en Torrelodones no es un hecho aislado. En otras ocasiones, tanto PP como PSOE han coincidido en apoyar políticas que facilitan la inmigración masiva. Esta convergencia ha llevado a que se perciba, y con razón, a ambos partidos como las dos caras de la misma moneda en cuanto a su postura sobre la inmigración y la gestión de los MENA.

Este fenómeno no es nuevo. En otros contextos, hemos visto cómo PP y PSOE se han unido para apoyar decisiones que, de manera directa o indirecta, fomentan la inmigración masiva -ya sea legal o ilegal-. Esto ha llevado a que ambos partidos se perciban como parte de una misma estructura que, lejos de representar los intereses de sus votantes, estaría siguiendo una hoja de ruta marcada desde fuera, respondiendo a intereses globalistas internacionales antes que a las necesidades reales de los ciudadanos españoles.

El efecto llamada y las consecuencias para las comunidades locales

Uno de los puntos centrales en el debate sobre la inmigración masiva ilegal es el llamado «efecto llamada», un fenómeno en el que las políticas de acogida y apertura hacia los inmigrantes generan un incentivo para que más personas intenten entrar en el país de manera ilegal. Tanto PP como PSOE lo están fomentando al rechazar cualquier iniciativa que busque controlar la inmigración o limitar el número de MENA y otros inmigrantes ilegales que llegan a España.

La creación de centros para MENA en barrios como los de Torrelodones es un ejemplo claro de este efecto llamada. Al facilitar la llegada de inmigrantes y al no poner freno a las mafias que trafican con personas, los gobiernos locales y nacionales están creando un incentivo para que más personas intenten entrar en el país, agravando así los problemas de seguridad, convivencia y saturación de servicios que ya están afectando a muchos municipios.

En este contexto, la moción presentada en Torrelodones no solo planteaba una cuestión sobre la localización de los centros de MENA, sino que iba mucho más allá. La propuesta ponía sobre la mesa un debate necesario sobre quién tiene el control de las políticas migratorias en España y si los ciudadanos deberían tener más voz en decisiones que afectan directamente su calidad de vida.

La agenda globalista y la pérdida de soberanía

Y es que tanto el PP como el PSOE están alineados con una «agenda globalista» que promueve la disolución de las fronteras nacionales y la entrada de inmigrantes sin ningún tipo de control. Las políticas migratorias de ambos partidos responden más a los intereses de organismos supranacionales  como la ONU o la Unión Europea, que a los intereses de los ciudadanos españoles.

Este alineamiento con la agenda globalista está provocando una pérdida de soberanía en España, donde las decisiones clave en materia de inmigración ya no se toman en función de las necesidades y deseos de los ciudadanos, sino en función de presiones externas. El hecho de que tanto PP como PSOE rechacen constantemente propuestas que buscan limitar la inmigración o dar más poder a los ciudadanos para decidir sobre la ubicación de centros de MENA es una prueba de que ambos partidos están sirviendo a intereses que van más allá de los de España.

La crisis de la representación política

Lo ocurrido en Torrelodones pone de manifiesto un problema más amplio: la crisis de la representación política en España.

La votación en contra de la moción de VOX en Torrelodones no es solo una cuestión local, sino un reflejo de una tendencia más amplia en la política española. Tanto PP como PSOE, al rechazar cualquier intento de poner freno a la inmigración masiva y de dar más voz a los ciudadanos en temas cruciales, están alimentando una creciente sensación de desconexión entre la clase política y el pueblo.

En conclusión, el caso de Torrelodones es solo un ejemplo más de cómo PP y PSOE, a pesar de sus diferencias aparentes, terminan actuando de manera similar en temas clave como la inmigración. Esta convergencia, lejos de ser accidental, refleja una alineación con agendas internacionales que priorizan la apertura de fronteras y la disolución de la soberanía nacional, dejando a los ciudadanos sin capacidad de decisión en cuestiones que afectan directamente su vida diaria.

G. Romero| Adelante España

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