Ataque sin precedentes del gobierno alemán a Telegram
Marco Buschmann, el ministro de Justicia ha señalado que el gobierno de coalición empezará a ‘regular’ los mensajes que se transmiten por la red Telegram para evitar que los usuarios alemanes puedan quedar expuestos a otra información sobre la pandemia, las restricciones y las inoculaciones distintas de la verdad oficial. Lejos de los alemanes la funesta manía de pensar por cuenta propia.
Por su parte, la ministra alemana del Interior, Nancy Faeser, ha anunciado que el Gobierno tiene previsto endurecer las medidas contra los mensajes de odio e incitación a la violencia a través del servicio de mensajería Telegram. «Debemos tomar medidas más decisivas contra la incitación, la violencia y el odio en la red», ha dicho Faeser, que ha recordado los dos procedimientos que la Oficina Federal de Justicia ha iniciado contra Telegram por violar la legislación alemana. «Este Gobierno no lo aceptará», ha alertado Faeser.
Mucho más que una simple censura
Pero quienes quieren comparar este intento de mordaza al disidente con los viejos cierres de periódicos y televisiones, se equivocan: es mil veces peor. Telegram es una red social similar a WhatsApp, es decir, la censura no se ejercería sobre el negocio de un medio convencional, sino directamente sobre los mensajes privados que los particulares quieran compartir, algo parecido a tener el gobierno espiando las conversaciones telefónicas de sus ciudadanos e interrumpiéndolas cuando dicen algo inadecuado. Es decir, hay una gran diferencia entre un medio de comunicación (periódico, radio, por ejemplo) y un canal de comunicación (teléfono, RRSS, etc.). Pues esto sería un paso más para controlar el canal de comunicación. Mañana controlarán y te censurarán por lo que hablas por teléfono.
En la actualidad, los servicios de mensajería (Canal de comunicación) no están contemplados por la legislación alemana sobre el uso de estas aplicaciones siempre que estén destinados a la comunicación individual. Sin embargo, Telegram permite ahora difundir mensajes en grupos públicos de hasta 200.000 miembros (¿Y whatsapp no lo hace?). Según Faeser, los canales públicos pueden ser suscritos por un número ilimitado de personas, por lo que estos canales abiertos ya están sujetos a las mismas normas legales que, por ejemplo, Facebook o Twitter.
Este gobierno alemán tiene prisa en implantar la agenda globalista
Cinco días, cinco, ha tardado Buschmann en poner en marcha todo un sistema para llevar a los tribunales a quienes en redes sociales critiquen las vacunas o incluso organicen protestas callejeras contra las autoridades por esta causa. ¿Se imaginan a un gobierno europeo prohibiendo las marchas de protesta hace, no sé, dos o tres años? Bienvenidos a la nueva normalidad política, a la nueva dictadura política-sanitaria.
Un paso más a la dictadura. Solo esperamos que Telegram aguante y no permita esta injerencia de los estados en la libertad de expresión de los miembros de esta red social.
(Con información de la Gaceta y Agencias)