Alarma social: El fentanilo ya está en las calles españolas

Share on facebook
Share on twitter
Share on linkedin

Se verifica su distribución en Cañada Real

El programa de Alejandra Andrade, ganadora del Ondas por este espacio, recorre varias localidades españolas tras el fentanilo. Empieza por Barcelona, donde yonquis que dan la cara a cámara cuentan que la llamada droga zombie se esta usando para cortar la heroína y la cocaína. Lo notan porque lo que consumen es «algo abrupto». Lo confirman en el Hospital del Mar, donde en 2020 hicieron un estudio analizando la orina de un grupo de toxicómanos, y resultó que en el 8% de las muestras detectaron fentanilo, incluidas varias de drogadictos que aseguraban no haberla consumido, al menos conscientemente. Por ahora el porcentaje es para «estar alerta», dicen en ese hospital.

Tras Barcelona, Alejandra Andrade viaja a Madrid. Primero pisa Lavapiés, donde varios drogadictos cuentan que existe, pero «es complicado de pillar», y añaden que han notado el cambio en lo que consumen porque desde hace unos meses les pica todo el cuerpo. La periodista toma rumbo después a Cañada Real, el conocido supermercado de la droga de la Comunidad de Madrid. Habla con Soraya, una joven de 28 años enganchada a la cocaína y la heroína que cree que el fentanilo se vende ya en este poblado. Juan, que también anda por estos lares, advierte: «La cocaína ahora te duerme». Es lo que consume él, y si hace ese efecto es porque pueden haberla cortado con la droga que ha asolado Estados Unidos. «Yo la compré en una casa donde dicen que venden fentanilo», detalla.

Alejandra Andrade le pide a Juan un poco de ese producto, supuestamente cocaína, que ha comprado. Y también se lleva del poblado parte de un saquito que le ha dado alguien que no ha querido hablar a cámara. Las dos pequeñas dosis las lleva a analizar a un laboratorio del Grupo Gualdasalus, que trabaja en la desactivación y rehabilitación de conductas adictivas. La recibe su director, Luis Rebolo. Este especialista les empieza diciendo que han tratado pacientes que consumían fentalino legal, como «anestesistas, enfermeros y enfermeras» que se engancharon, entre los cuales han atendido sobredosis. Pero que últimamente se ha detectado «un incremento muy grande» del consumo de fentanilo ilegal, al estilo barrio degradado de Estados Unidos.

Rebolo analiza las dos muestras que le entrega Andrade. El tubo de ensayo se pone amarillo en ambos casos. Eso significa que sí hay fentanilo. Alejandra se acuerda entonces de la frase que escuchó en la Cañada: «La droga está rara». Y tanto. A los drogadictos que la compraron, y que se la dieron a ella para que la analizase, les metieron fentanilo sin previo aviso.
(Con información de El Debate)

Deja un comentario